Nos mudamos a Dossier Geopolítico

29 de marzo de 2011

LA GEOPOLITICA IMPERIAL TOMA FUERZA EN LIBIA:



Se iniciaba el dos mil once con cambios estructurales geopolíticos en el mundo árabe, focalizados geográficamente en Oriente Medio y en el norte de África.


Túnez y específicamente la caída de Mubarak en Egipto, enclave geopolítico norteamericano, parecían deslizar en la superficie el agotamiento interno de dictaduras cleptocráticas y repúblicas dinásticas, que en nombre de la “estabilidad de la Seguridad regional” explotan a su pueblo pero que cumplía con el objetivo estratégico de “contener el terrorismo” islámico, no dejar aislado a Israel, brindarle previsibilidad al flujo del petróleo, y afianzaban a Estados Unidos en al corazón geopolítico del sistema mundo. En el fondo, se trata de la actualidad histórica de la concepción geopolítica del ingles Halford Mackinder y ratificada por Z. Brezinski de controlar el corazón mundial de la tierra.



Estos movimientos sin embargo, tuvieron sus causas aun no del todo dilucidadas, con el tiempo lo iremos percibiendo con mayor claridad, como el alza de los precios de los alimentos, la revolución demográfica de las juventudes y el uso de las nuevas tecnologías de las comunicaciones.


Ahora bien, el caso Libia, es una demostración que todo proceso no es lineal, ni homogéneo y que los conceptos de uso estratégico pueden ser palabras –trampas. Es el caso si tomamos de “rebeldes”, “revolucionarios”, “insurgentes”, “tiranos”, o “revolución democrática”. Todas estas palabras parecen que dicen mucho, pero si la escarbamos no dicen nada en si mismo, aplicados a la problemática que estamos analizando.



Los conceptos se mueven y su función consiste en aprehender los fenómenos geopolíticos de un sistema mundo en bifurcación, que está lejos de constituir un “orden mundial”. Si los conceptos se vuelven estáticos no sirven para un universo que justamente es la antípoda de lo estático.


Este fue el objetivo cuando publicábamos en el dos mil nueve el Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, porque pretende ser instrumento dinámico de análisis de un mundo unimultipolar en traspaso a la multipoliaridad, pero en una actual fase, posiblemente apolar, es decir que todavía no se ha formado y delineado totalmente los actores que instrumentaran la multipoliaridad del siglo XXI. Una sola cuestión es clara, los configuradotes de la multipoliaridad serán Estados continentales industriales. Decíamos en el diccionario que nos resultaba más que importante clasificar los conceptos porque lo obvio, nunca puede ser considerado mecánicamente como tal. Y resaltábamos la necesidad de clasificar los tipos de Estados, las clases de guerras, las doctrinas geopolíticas, los terrorismos, etc.



Y ello se ve demostrado, en las convulsiones geopolíticas del Mundo Árabe, y para tratar de entender lo de Libia y la nueva guerra en curso, porque estamos observando una sobreinformación pero con escasa conceptualización.


Podemos afirmar que la denominación Mundo Árabe identifica desde el punto de vista geográfico al norte de África y a Oriente Medio y al mismo tiempo identificamos tres tipos de Estados, que en nada se parecen al modelo clásico de Estado Moderno emergente de la modernidad europea. Estos modelos son:



1- Republicas Autoritarias: aquí ubicamos a Egipto, Siria, Túnez, entre otros. El Gobierno es vitalicio y la competencia política es minima.


2- Monarquías Árabes: aquí se hallan Marruecos, Bahrein, Jordania y Arabia Saudita. En este último caso, la dinastía monárquica tiene una alianza estratégica directa con los Estados Unidos.


3- El Modelo de Tribucracia de Libia: el modelo implantado por Khadafy, es único, ya que al destronar a la monarquía en la Revolución de 1969 e instaurar la República de Libia, implementa una alianza de tribus, con un fuerte componente estatalista financiado por los recursos estratégicos y él se erige como “hermano y guía”, suprimiendo toda institucionalidad política. Aquí no hay la minima sociedad política, como en el caso de las dos anteriores.





Los analistas coinciden que mientras en el caso Túnez y Egipto, nos encontramos ante cambios y transiciones vinculados al tipo de régimen, y en el caso de Libia, en verdad hubo un quiebre de los acuerdo preexistentes tribales.


Y aquí, la originalidad del caso Libia, para muchos analistas reiteramos, es que para que caiga Khadafy se debe dar las siguientes condiciones: que el acuerdo tribal implosione, que las fuerzas armadas se dividan o que la “insurgencia” sea un instrumento de una guerra imperial bajo el “ropaje” de los derechos humanitarios y en verdad, es guerra por los recursos. Aquí la guerra cambia su naturaleza y pasa de ser guerra civil a guerra imperial.



Y en esta situación, que es la que nos encontramos hoy, recobra actualidad histórica la Doctrina de Mackinder, reactualizada por Brzezinski en su obra “El gran tablero mundial: la supremacía estadounidense y sus imperativos estratégicos. 1988”, donde plantea que la sustentabilidad estratégica de los Estados Unidos pasaba por controlar la isla mundial con la limitación de no formar parte geográfica de la misma. Y para ello, la Otán resulta imprescindible para llegar a Europa, Asia y África.


Estados Unidos ha entrado a su tercera guerra desde el 2001: guerra en Afganistán, en Irak y en Libia.


A dos años que el mundo ponía expectativas en el presidente Obama para la paz mundial, incluso siendo distinguido con el Premio Nobel de la Paz, la Doctrina de Mackinder y su discípulo Brzezinski, esta más viva que nunca con Obama.



Miguel Ángel Barrios


Dr. en Ciencia Política


Universidad del Salvador. Buenos Aires. Argentina

27 de marzo de 2011

La ruta del dinero



Es un crimen de cuello blanco de lesa humanidad, ya que sin la complicidad financiera las dictaduras no podrían sostenerse. Los miles de millones que se roban cada año de los países más pobres siempre siguen el mismo camino, que lleva a los mayores bancos de las democracias occidentales.






Por Eduardo Febbro


Desde París



Un crimen contra la humanidad. Silencioso, sin violencia aparente. Una espantosa empresa de expoliación de los recursos de los pueblos llevada a cabo con la inacabable complicidad del sistema bancario mundial. Las fortunas de los dictadores duermen en los bancos occidentales el fructuoso sueño de los beneficios mientras decenas de miles de personas se mueren de hambre o sin medios para pagar un tratamiento contra el sida.



Jean Claude Duvalier en Haití, Ben Alí en Túnez, Hosni Mubarak en Egipto, Joseph Mobutu en el Zaire (hoy República Democrática del Congo), Sanu Abacha en Nigeria, Omar Bongo en Gabón, Manuel Noriega en Panamá, Mu-ssa Traoré en Malí, Augusto Pinochet en Chile, Muammar Khadafi en Libia, Ferdinando Marcos en Filipinas y Sassu N’Guesso en Congo Brazaville, las fortunas de estos tiranos diplomados depositadas en los bancos internacionales o transformadas en fabulosas inversiones inmobiliarias en Londres, París, Nueva York o Dubai sobrepasan la imaginación.



Hace unos días, la Unión Europea decidió congelar los haberes del fondo soberano libio, el Libyan Investment Authority, LIA, y del banco central libio. Ambos depósitos representan 150 mil millones de dólares. Colosal. La revista de gestión de activos My Private Banking calcula que 33 por ciento de las fortunas de Africa y de Medio Oriente depositadas en el extranjero están en los bancos suizos, lo que representa 74 mil millones de dólares. Cada año, entre 20 mil y 40 mil millones de dólares salen ilegalmente de los países en vías de desarrollo. En los últimos 15 años sólo 5 mil millones fueron restituidos. Suiza maneja el 30 por ciento de los haberes offshore del mundo y Londres una cuarta parte.



Los déspotas o políticos corruptos que llevan la plata al exterior tienen un nombre específico en el lenguaje bancario: Politically exposed individuals. Ello no les impide, sin embargo, la posibilidad de colocar su dinero donde se les antoje. Los hay de todos los colores. Los muy eficaces y discretos “shadow banking” (bancos de la sombra) se encargan de reciclar el dinero manchado de sangre. La prensa inglesa calculó que la fortuna del clan Mubarak asciende a cerca de 70.000 millones de dólares. El dictador tunecino ha sido mucho más modesto en la expoliación de su pueblo, con una fortuna de 5000 millones de dólares, prácticamente la mitad de lo robado por el déspota Ferdinando Marcos en Filipinas durante el cuarto de siglo en el que martirizó a su país, unos 10 mil millones. Ante estos tres, el dictador haitiano Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, parece un pobretón con sus 200 millones de dólares transferidos a Suiza. Y el pobre Augusto Pinochet y sus 20 millones de dólares robados se asemeja a un triste mendigo de barrio rico. Los había depositado en el Riggs Bank de Estados Unidos y, desde luego, en paraísos fiscales.



El ex presidente de Gabón Omar Bongo tiene 39 propiedades en Francia, 70 cuentas bancarias y 9 autos de lujo. Sassu N’Guesso cuenta con 18 propiedades y 112 cuentas bancarias abiertas en Francia. Al cabo de interminables procesos judiciales, la Justicia francesa aceptó que se abriera una investigación sobre esos “bienes mal adquiridos”. El sociólogo y político suizo Jean Zigler, hoy vicepresidente del Consejo de Derechos humanos de la ONU, calcula que “de los 905 mil millones de haberes extranjeros en Suiza, 280 mil millones provienen de los países de Asia, América latina y Africa. En el 90 por ciento de los casos, se trata de plata robada a los pueblos más pobres del planeta”.



Los inescrupulosos Joseph Mobutu de Zaire, Sanu Abacha de Nigeria, Omar Bongo de Gabón y Mussa Traoré de Malí son un ejemplo ilustrado del análisis de Jean Zigler. Al cabo de cinco años de un poder despótico, el nigeriano Abacha aspiró 2200 millones de dólares de las cajas del Estado. El maliense Traoré tenía 2400 millones de dólares en Suiza y Mónaco. La Confederación Helvética identificó 3400 millones de dólares pertenecientes al ex presidente del Zaire Joseph Mobutu –34 años en el poder– y esa suma no es más que una fracción de los 10 mil millones que se llevó. Un informe del Banco Mundial calculó moderadamente que los fondos robados cada año por los dictadores a sus pueblos oscilan entre 20 mil y 40 mil millones de dólares. La sed de esos asesinos de sus propias sociedades con la complicidad del sistema bancario internacional no tiene límites. La impunidad y la connivencia de Occidente son perfectamente asimilables a crímenes contra la humanidad cuando se sabe que apenas 100 millones de dólares permiten tratar durante un año a 600 mil personas enfermas de sida. Y, sin embargo, en el seno del famoso y moralizador G-20, países como Alemania y Japón todavía no ratificaron la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción, Cnucc, la Convención de Mérida, como lo hizo Argentina en 2006.



Las rutas de esa expoliación son conocidas por todos: Londres, Luxemburgo, Suiza, Bélgica, Mónaco, las islas anglonormandas o las islas Caimán. El dispositivo Stolen Assets Recovery que la ONU y el Banco Mundial emplean para combatir la corrupción choca a menudo con las argucias legales. El Stolen Assets Recovery colaboró con el Estado haitiano en el procedimiento legal con vistas a la restitución de 7 millones de dólares de la familia del dictador Jean-Claude Duvalier congelados en Suiza. El Estado suizo se prestó al juego pero, luego, la Corte Suprema helvética anuló la querella.



Sin embargo, para los actores de la anticorrupción, las revueltas en el mundo árabe y la posterior ola de bloqueo de cuentas y congelamiento de fondos hará cambiar las cosas. Daniel Lebègue, presidente de Transparencia Internacional Francia, destacó que “se ha recorrido en tres semanas más camino que a lo largo de 15 años”. Las tribulaciones político-financiero-militares de Muammar Khadafi demuestran hasta el absurdo cómo el sistema financiero internacional, cuyo corazón está en las grandes democracias de Occidente, desempeña un papel clave en la protección de los fondos de los dictadores. Hasta 2003, Libia no participaba en el mercado mundial de las finanzas. A partir de ese año Khadafi se reconcilió con Occidente y Libia dejó de estar bajo el peso de las sanciones internacionales. Occidente le abrió las puertas de sus capitales, de sus bancos, de sus empresas y de la ONU. En 2006 el régimen de Trípoli copió el modelo de los famosos fondos soberanos de los países del Golfo y creó el LIA, Libyan Investment Authority.



Ese fondo, cuyas oficinas están en Trípoli y Londres, mueve entre 65.000 y 75.000 millones de dólares. El Tesoro norteamericano bloqueó hasta hoy 32.000 millones. El LIA invirtió sus capitales en grandes empresas italianas (bancos, la Fiat, Finmeccanica) y en empresas-pantalla en Francia y Gran Bretaña, entre otros países. Pero de soberano no tiene nada. En vez de beneficiar al pueblo libio el LIA está controlado enteramente por uno de los hijos de Khadafi, Seif al Islam. El bloqueo de las cuentas personales de Khadafi y de diez de sus allegados permitió que Londres inmovilizara 1500 millones de dólares del dictador y de cinco miembros de su familia. Pero esa suma es una “propina” al lado de la fortuna real escondida en el exterior y calculada en 14.000 millones de dólares.



El obstáculo mayor radica en cómo identificar los fondos. Tony Wicks, especialista del blanqueo de dinero y director de Nice Actimize, una empresa especializada en luchar contra el fraude, destaca que la transcripción de los nombres árabes es una de las grandes argucias para evitar ser descubierto. “En Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña el nombre de Khadafi puede escribirse Gaddafi o Qadafi. Hemos calculado que con el nombre y el apellido completo de Muammar Khadafi se pueden hacer 115.000 combinaciones posibles.”



La ONG británica Global Witness formuló dos preguntas pertinentes que abarcan la conducta occidental frente a los dictadores: ¿Esos dinosaurios asesinos hubiesen permanecido en el poder sin la complicidad bancaria de las grandes democracias? ¿Hubiera sido necesaria una intervención militar en Libia si los bancos occidentales se hubiesen rehusado a trabajar con la plata de Khadafi? Sin duda, nada habría sido igual. “Al aceptar ese dinero, los bancos propiciaron esos regímenes brutales y les permitieron pagar a sus amigos políticos, falsear elecciones y aterrorizar a sus poblaciones”, anota Global Witness.



En lo que atañe a las fabulosas fortunas resguardadas en el extranjero por el egipcio Hosni Mubarak, el tunecino Ben Alí o el mismo Khadafi, Anthea Lawson, responsable de la campaña Cleptocracia en Global Witness, acota que “los bancos nunca hubiesen debido aceptar ese dinero ni los gobiernos permitir que lo hicieran”. Pero el dinero no tiene olor. Salga de un prostíbulo, de un paquete de cocaína, de los circuitos encorbatados y sucios del sistema financiero internacional o de la sangre de los pueblos oprimidos por los déspotas del mundo, el dinero siempre llega limpio al mismo lugar: los bancos.



http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-164971-2011-03-27.html


26 de marzo de 2011

EL LATINOAMERICANISMO EDUCATIVO EN LA PERSPECTIVA DE LA INTEGRACION



Un nuevo libro de Miguel Barrios, mas allá de la amistad que nos une y teniendo en cuenta que Miguel es nuestra guía para el equipo que conformamos, no podemos menos que felicitarlo y difundir su excelente ultima obra, la opinión de la revista patria Grande sobre su libro nos enorgullese. Carlos Pereyra Mele.



EL LATINOAMERICANISMO EDUCATIVO EN LA PERSPECTIVA DE LA INTEGRACION



De Miguel Barrios,


ISEN Un libro hacia el desarrollo


de sistemas educativos latinoamericanistas



El último trabajo del investigador Miguel Angel Barrios(*), devenido en referente del pensamiento latinoamericano de integración después de una profusa producción especializada, afronta un tema esencial para el futuro regional: la educación y la escuela como herramientas en una estrategia de construcción del Estado continental sudamericano, según sostiene Emilio Tanti Fanfani en su introducción.



Hijo de la frontera viva e intelectual orgánico de la integración


El latinoamericanismo educativo en la perspectiva de la integración regional es un aporte fundamental de Miguel Ángel Barrios a la urgente tarea de pensar con claridad los caminos posibles ante los desafíos que el siglo XXI ya formula a los pueblos y naciones de esta parte del mundo, asegura en la presentación Enrique Martínez Larrechea -Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de la Empresa de Montevideo. Miguel Ángel Barrios es un hijo de la frontera viva que puede asegurar el mejor bien común a la región: la frontera argentino-brasileña, dice. Esta expresión, parafraseada de su maestro, Alberto Methol Ferré, nos permite caracterizar brevemente al autor. Nacido en Corrientes y ciudadano de la provincia de Misiones en la Argentina, Barrios nació –también como intelectual en el espacio confederal del antiguo protectorado artiguista.



Sin embargo, Miguel Ángel Barrios es también un investigador académico, profesor de Historia y poseedor de dos doctorados: en Ciencias de la Educación y en Ciencias Políticas, en esta última disciplina por la Universidad del Salvador de Buenos Aires, precisamente con una tesis que dirigió Methol Ferré consagrada a la peripecia profética de Manuel Ugarte. Como docente e investigador, Miguel Ángel Barrios es profesor del Instituto de Servicio Exterior de la Nación Argentina (Isen) y profesor invitado en instituciones de educación superior del MERCOSUR, entre ellas la maestría en Derecho de las Relaciones Internacionales de la Integración de la Universidad de la Empresa (Ude) y el Espacio de Relaciones Internacionales (Edri) de Uruguay. Es, por tanto, un “intelectual orgánico” de una perspectiva emancipatoria y nacional, sostiene el profesor uruguayo. Miguel Ángel Barrios se propone el objeto de “interrogar los discursos emergentes” de la generación latinoamericana por antonomasia. Y centra su esfuerzo en los legados intelectuales de José Martí, Manuel Ugarte, José Vasconcelos y Pedro Henríquez Ureña. Asimismo, toma de Jaume Carbonell Sebarroja las categorías de modelo social, modelo escolar, modelo pedagógico y modelo de gestión y participación, explica. La aproximación del escritor argentino al latinoamericanismo educativo es, pues, sistemática y erudita. Recorre un vasto arco teórico desde la teoría política, la historia y el debate teórico-filosófico, para pasar revista luego, en el capítulo 2, a la influencia cultural del positivismo, corriente a la que tocó el papel de articular los sistemas educativos nacionales, en sus vertientes comteana y spenceriana.


En tal sentido, este libro está llamado a ser, no un ejercicio correcto destinado a un merecido descanso en anaqueles polvorientos y silenciosos, sino una obra desafiante y lúcida, que nos pone frente a un combate aun en ciernes: hacer de nuestras universidades y de nuestras plataformas institucionales de ciencia, conocimiento e innovación, espacios articulados y convergentes, en los que no sólo una elite tecnocrática participe sino la comunidad latinoamericana, como sujeto activo en la construcción de un vasto espacio integrado, tal vez un Estado continental, concluye Enrique Martínez Larrechea.



El ethos hispanoamericano



Por su parte, en el prólogo de la obra, la profesora emérita de UCA, Graciela Maturo, relata que Miguel Ángel Barrios forma parte de las nuevas promociones del campo nacional al que pertenecía Fermín Chávez, en prosecución del revisionismo católico de Vicente Sierra y José María Rosa, y de Jorge Abelardo Ramos, ampliado hacia el pensamiento latinoamericano que con diferentes matices han integrado Alberto Methol Ferré –director de su trabajo de tesis, Washington R. Reyes Abadie, Alberto Wagner de Reyna, Helio Jaguaribe y muchos otros estudiosos de la segunda mitad del siglo XX, que han visto llegada la hora impostergable de recomponer el fragmentado mapa de América Latina. Esa vertiente del pensamiento político latinoamericano, cuyas fuentes remotas se encuentran en las crónicas del siglo XVI, anticipadoras de la originalidad mestiza del Nuevo Mundo, adquiere innegablemente su consciente madurez con la generación del 900, propuesta en esta obra por Miguel Ángel Barrios como tema de investigación. Si bien es cierto que José Martí muere en 1895, sin alcanzar esa fecha, con plena justicia el autor lo integra al grupo generacional de comienzos del siglo XX, formado por Rubén Darío, Manuel Ugarte, José Enrique Rodó, Francisco García Calderón, José Santos Chocano, José Vasconcelos, entre otros. El antiimperialismo político de esa generación se traduce en un profundo rescate del ethos hispanoamericano, y un consiguiente rechazo del pragmatismo, el positivismo y otros instrumentos propios de la mentalidad dominante, difundidos incluso entre algunos prohombres de la etapa de la organización de las naciones. Tema insoslayable en este replanteo de la identidad cultural era, y sigue siendo sin duda, el de la educación. Sostiene que Miguel Ángel Barrios nos invita a participar en la reconstrucción de esta nación de repúblicas marcada por la mestización y la espiritualidad. Un “pequeño género humano”, como decía Simón Bolívar, que acaso se halle a tiempo de ofrecer un nuevo modelo a la humanidad, con solvencia académica, comprensión histórica y gesto vehemente.



La mirada política de la educación y la escuela



En la introducción, el profesor Emilio Tenti Fanfani, advierte sobre la importancia de la nueva producción del investigador. “Es preciso que el lector sepa que el libro de Barrios es una especie de invitación a mirar las cosas de la educación y la escuela desde la política. Una política que hoy debe trascender los límites estrechos heredados del Estado-nación que ya está cumpliendo doscientos años. Se trata de una invitación a considerar la escuela como una herramienta dentro de una estrategia de construcción de un nuevo campo político: el del Estado continental sudamericano”. “Hoy se requiere una nueva politización de la cuestión escolar. Ya no basta desarrollar la escolarización en el sentido tradicional (más alumnos, más escuelas, más eficiencia escolar, etc.) sino que es preciso encontrar un nuevo sentido a esta vieja institución. Hoy los sistemas escolares son cada vez más masivos, se extienden a lo largo y lo ancho del territorio, pero son como gigantes anémicos y bobos que han perdido sentido y orientación. Es probable que los procesos de redefinición de las configuraciones nacionales estatales que tienen lugar en todo el mundo y en América Latina en particular sean una ocasión para pensar la educación en función de otro proyecto político: el de la construcción de sociedades más ricas, más justas, más libres y también más fuertes para contribuir con la riqueza y diversidad de sus culturas a la construcción de una auténtica cultura universal”, sostiene con entusiasmo el consultor del IIPE-UNESCO.



Las propuestas



En sus palabras preliminares, Miguel Angel Barrios explica que la batalla por la educación únicamente cobra dimensión en los espacios que ubiquen como horizonte estratégico al Estado continental industrial de América del Sur en América Latina. Todo programa aislado sin respuestas regionales está condeno al fracaso. La educación dinamizadora de la cultura es el factor intangible del Estado continental, en un momento en que la verdadera soberanía es la cultural. El libro, según lo define el propio autor, persigue dos objetivos: 1) retomar la actualidad del programa educativo del nacionalismo latinoamericano del 900, y 2) rediseñar líneas de acción a partir de sus presupuestos filosófico-políticos, con el fin de no dejarlos congelados en el tiempo, pero que constituyen caminos posibles de planeamiento de políticas públicas desde la educación, con el fin de promover la ciudadanía regional del Estado continental industrial de América del Sur en América Latina. Avanzando en su obra, Barrios esboza líneas de acción que parten de una reconceptualización del fenómeno educativo: la educación en la mundialización significa internalización de información, conceptos y valores para la toma de decisiones en tiempos de incertidumbre, potenciando a la cultura en la dimensión identitaria de los pueblos. Propone la homogeneización de los sistemas educativos sudamericanos en todos sus niveles. El reconocimiento automático de los títulos de grado académicos en lo que será el estado continental. Implementar cátedras comunes en las academias diplomáticas, militares y de las fuerzas de seguridad. Implementar en la currícula el portugués como lengua obligatoria en el sistema educativo hispanohablante y el castellano en el mundo lusohablante. Crear las cátedras “Patriotas latinoamericanos” y “Segunda independencia” en forma itinerante en toda América del Sur, bajo la órbita de la Unasur, con metodología presencial y virtual. La creación de una Secretaría de cultura y educación de la integración con el fin de centralizar los programas para otorgarle coherencia política y eficacia estratégica a la Unasur, el Mercosur y la Comunidad Andina, a través de las diplomacias presidenciales. Implementación de programas formales y no formales, bajo el axioma de la educación permanente, y muchas propuestas más (ver dossier especial adjunto) La reactualización del latinoamericanismo educativo en la perspectiva de la integración regional nos permitirá, en nuestra opinión, narrarnos a nosotros mismos, para ser de una vez por todas sujetos de Nuestra América en la segunda independencia, expresa el profesor del ISEN.



La educación y la nueva diplomacia



En el epílogo de la obra, Franco Castiglioni, Director de Asuntos Académicos del ISEN, asegura que los resultados concretos en el mejoramiento de la vida de los pueblos son fundamentales para la legitimación de las instituciones como las del Mercosur y Unasur. Pero van de la mano, como lo fue en la construcción de los estados nacionales, de una decidida política cultural. Sin ciudadanía no puede haber democracia en un país. El ciudadano regional es una prioridad para avanzar y consolidar la integración. La educación, sin ser el instrumento exclusivo, constituye un plano de primaria importancia para la política cultural que pretenda dar sentido y fundamento a una ciudadanía democrática regional, basada en mutuos reconocimientos que valoren la diversidad. Precisamente el esfuerzo de concentrar el foco en la educación como eje de la construcción de una ciudadanía regional es la tarea propuesta con originalidad anticipatoria por Miguel Ángel Barrios en su libro El latinoamericanismo educativo en la Perspectiva de la Integración Regional. Barrios, con este texto, nos ofrece un nuevo capítulo de su producción intelectual y compromiso latinoamericanista. Por su carácter profundamente latinoamericano, el texto de Barrios es un importante aporte a la política exterior de la Argentina. En el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), donde se forman los futuros diplomáticos del país y se capacitan permanentemente los funcionarios del servicio exterior durante su carrera, otorgamos al estudio de la historia, la política y la economía de los países de nuestra región la importancia que le asigna la prioridad latinoamericana en la inserción internacional de nuestro país. Miguel Angel Barrios nos acompaña en el ISEN como profesor aportando a los jóvenes aspirantes nada menos que su profundo conocimiento sobre el pensamiento político latinoamericanista. Con orgullo podemos decir que la difusión de sus libros es una importante contribución al pensamiento latinoamericano en la que sobre la raíz de los precursores nos tramite la visión de unidad e integración regional adecuada a las complejas condiciones del siglo XXI, concluye Castiglioni.



Dossier especial con más información (*) Miguel Angel Barrios es Profesor de Pensamiento Politico Latinoamericano en el Instituto de Servicio Exterior -ISEN- de la Cancilleria argentina. Profesor en Historia.Instituto Superior del Profesorado "Antonio Ruiz de Montoya". Posadas. Misiones. Argentina Posgrado en Historia Politica Argentina Contemporánea. Universidad de Belgrano. Bs As. Argentina Magister en Sociologia. Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Bs As. Argentina Magister en Educación. Universidad Tecnológica Intercontinental .UTIC. Asunción. Paraguay Doctor en Educación. Universidad Tecnológica Intercontinental .UTIC. Asunción. Paraguay Doctor en Ciencia Politica. Universidad del Salvador. USAL. Bs As. Argentina Diploma en Relaciones Internacionales. Escuela Complutense Latinoamericana. Universidad Complutense de Madrid. España Es Director Académico de la Escuela de Politicas Públicas de la Fundación Democracia y Consejero Cientifico del Instituto de Estudios Estratégicos -IEERI- del Circulo de Legisladores del Congreso de la Nación Argentina. Ha publicado "El Latinoamericanismo en el Pensamiento Politico de Manuel Ugarte"-2007-Seleccionado por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares CONABIP de la Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación en el 2008 en el rubro Pensamiento Nacional para el Plan Nacional del Libro "Perón y el Peronismo en el sistema mundo del Siglo XXI"-2008- "Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolitica"-Director-2009 "Coautor de "La Revolución de Mayo y el Bicentenario Americano"-2010--junto a Norberto Galasso, Pacho O Donnell, Graciela Maturo y León Pomer, entre otros- "El Latinoamericanismo Educativo en la Perspectiva de la Integración Regional"-2011- Escribe articulos especializados de Politica Internacional para Academias Militares y Diplomáticas de América Latina Ha recibido el Premio a la Cultura Nacional en la Temática Investigación "Dr Arturo Jauretche" en 2009. Bs As Argentina



http://www.patriagrande.org.bo/articulos.php?idrevista=41&idarticulo=1298






24 de marzo de 2011

Sobre la agresión occidental a la República de Libia



Más allá de las hipocresías demagógicas y propagandísticas, la intervención armada anglo-franco-estadounidense en apoyo a la sedición desencadenada por las tribus secesionistas de Cirenaica constituye la enésima agresión colonial contra un país árabe que no ha atacado a nadie, una agresión perpetrada desde el total desprecio de los principios de la soberanía de los Estados.


Dejando a un lado las motivaciones básicamente de comercio electoral que han inducido a la oligarquía parisina a emprender esta criminal aventura, la agresión actual se enmarca en la estrategia atlántica de control del Mediterráneo, orientada a perpetuar el control de las fuentes energéticas, a mantener en estado de subordinación al mundo árabe y Europa, a condicionar la renaciente autonomía de la potencia regional turca y a completar el asedio de Rusia.


El gobierno italiano –que después de haber firmado un tratado de amistad con la República de Libia pone a disposición de los agresores las bases militares presentes en el territorio de la Península –festeja los 150 años de Unidad nacional añadiendo otra página vergonzosa a los anales de la historia patria.


La Coordinadora Proyecto Eurasia, haciéndose portavoz de los sentimientos de repulsa suscitados por esta nueva agresión occidental, exhorta a los ciudadanos italianos y europeos a manifestar con decisión su repulsa a las posiciones belicistas de la clase política colaboracionista.



Coordinadora Proyecto Eurasia



22 de marzo de 2011




Se invita a firmar el documento del Proyecto Eurasia

21 de marzo de 2011

¿Humanismo? Un eufemismo para no hablar de petróleo






Tony Blair, sonriente en Trípoli en 2004.

En una pirueta curiosa, Muamar Gadafi

pasó de paria internacional a aliado clave

en la lucha contra el terrorismo.

Hoy vuelve a ser considerado una

amenaza por Occidente.

El argumento de que los ataques occidentales a Libia (que llevan a cabo, con mayor o menor protagonismo, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, España, Italia, Canadá y otros países) son un modo de defender a la población de las matanzas de su dictador no es sólo insuficiente sino que, peor, impide entender lo que pasa y lo que puede venir.



Algo falla en la explicación de que recién ahora todos esos gobiernos descubrieron (o recordaron) que Muamar Gadafi es un déspota monstruoso. ¿O, acaso, la defensa de los pueblos árabes que pelean por la democracia llevará también a Occidente a bombardear Yemen, donde las fuerzas del dictador Alí Abdalá Saleh mataron a decenas sólo el último fin de semana, o Bahréin, donde la brutalidad de las fuerzas locales y sus auxiliares sauditas (virtuales tropas de ocupación) es incluso reconocida por la Casa Blanca?

Adivine, lector... Sí, se trata, una vez más, del petróleo.



UN DOMINÓ INCONTENIBLE

La «primavera árabe» que comenzó en Túnez tomó por sorpresa al mundo y supuso para Occidente la incomodidad de confrontar la distancia entre sus palabras dulces sobre la promoción de la democracia y el más pedestre apoyo a dictadores de toda laya en la región. Valientemente, los luchadores tunecinos hicieron lo suyo, y el tirano Ben Alí se marchó al exilio. Pero la cosa siguió, nada menos que en Egipto, una pieza clave para la geopolítica de Medio Oriente y la lucha contra el extremismo islamista. Las dudas de Barack Obama fueron elocuentes, pero, finalmente, cuando se constató que las revueltas ya habían derivado en un efecto dominó imparable, se optó por acelerar y forzar la jubilación de Hosni Mubarak. Los antiguos regímenes árabes ya no podían garantizar el mantenimiento de las políticas que Occidente necesita, y era hora de operar para que éstas se reciclaran en nuevos liderazgos relegitimados.

Pero la ficha siguiente fue Libia, el primer país petrolero de importancia tocado por la tendencia. Los antecedentes, esto es la altísima efectividad de los manifestantes prodemocráticos en forzar las caídas de sus opresores, recomendaban abandonar a Gadafi. Por si había alguna duda, éste ayudó a tomar tal decisión al bombardear salvajemente a los disidentes.

A LAS ARMAS

Pero el cálculo falló. Los manifestantes habían logrado solamente el concurso de algunos líderes tribales y de sectores del Ejército libio, una fuerza vaciada de poder de fuego por el dictador, que había apostado todas sus cartas en los últimos años a sus tropas de elite, reducidas en número pero muy bien pertrechadas y razonablemente entrenadas, al menos en términos regionales. Las promesas occidentales a los rebeldes, sin la contraprestación de la entrega de equipamiento, habían sido algo así como enviarlos a una muerte segura. El régimen salió de su encierro en Trípoli y comenzó a arrasarlos. La «primavera» parecía a punto de abortarse en el acosado reducto rebelde de Bengasi (en el este libio, depositario del 80% de la riqueza petrolera y gasífera del país) y Gadafi, cerca de resucitar.

Impedida de mostrarse cerril ante la ola democrática que amenaza a muchos de sus miembros, la Liga Árabe legitimó la idea de una intervención al pedirle al Consejo de Seguridad de la ONU la imposición de una zona de exclusión aérea para impedir los bombardeos de las fuerzas de Gadafi. Oportunista, ayer criticó la amplitud de la ofensiva y abrió un flanco más a la denuncia islamista, que retrata a sus gobiernos como puertas de ingreso de los «infieles» a la región.

Entre el papelón y el miedo concreto a una expulsión masiva de Libia de las petroleras francesas, italianas, estadounidenses, británicas y de los otros países que habían jugado a perdedor, el activo Nicolas Sarkozy logró imponer a sus reluctantes socios la idea de la guerra.


CRUDO PETRÓLEO

Pero si todo se trata nuevamente del petróleo, ¿cuál es el lugar de Libia en el mercado mundial de los hidrocarburos? Uno importante, sin dudas, y más destacado a futuro, tal la apuesta de las principales empresas mundiales, que han invertido sumas ingentes en el país. Entre ellas: la italiana ENI; las estadounidenses ConocoPhillips, ExxonMobil, Chevron y Occidental Petroleum; la británica British Petroleum; la anglo-holandesa Royal Dutch Shell; la francesa Total; la alemana Wintershall; la española Repsol YPF, sin olvidar a la rusa Gazprom y a la china CNPC, de fuerte apuesta.

Libia es el principal productor de petróleo de África, el séptimo más importante de la OPEP y el dueño del 4,5% de las reservas mundiales de crudo según proyecciones recientes (cerca de un 20% de las de Arabia Saudita, por caso, pero el doble de las de Estados Unidos). Con un agregado: la elevada calidad del producto lo hace difícilmente sustituible para muchas refinerías europeas, algo que podría salvar Riad. Claro, si los hechos no se terminan precipitando también allí.

Si se tiene en cuenta que el 85% del petróleo y buena parte del gas que Libia exporta se dirigen al mercado europeo, y que el estallido de la revuelta redujo en un 80% las actividades de extracción y exportación, no sorprende que la nafta haya subido más de un 20% en países como Italia y España sólo durante el tramo inicial de la rebelión. Eso, en un contexto de recesión y crisis económica como el actual, en el que se calcula que un aumento de 10 dólares en la cotización internacional del barril de crudo reduciría en medio punto el PBI en los países europeos más dependientes... por no mencionar el desequilibrio que genera en los balances comerciales.

El caso italiano, en ese sentido, es paradigmático: sólo a ese país se dirige el 25% de las exportaciones libias de petróleo y gas, y ENI tenía previsto invertir allí 18.200 millones de euros en los próximos veinte años.

En el caso francés, pueden decirse cosas parecidas, con enormes negocios armamentísticos incluidos, ferretería con la que hoy, paradójicamente, Gadafi intenta defenderse. Antes de la crisis, Total extraía en Libia el 2,3% de su producción global, y la proyección iba a más.

UN SOCIO IMPRESENTABLE

¿Cómo se llegó a semejante imbricación de negocios con un socio tan deplorable como Gadafi, un dictador que lleva 41 años en el poder y cuyo régimen estuvo sujeto a sanciones internacionales en los años 80 y 90?

El historial terrorista del libio es conocido y prácticamente fue admitido por él mismo cuando, por no mencionar varios hechos más, aceptó la realización de un juicio internacional contra dos acusados (hombres de su régimen), finalmente condenados, por el atentado contra una avión de Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, que dejó 270 muertos en 1988.

Esa entrega de los dos sospechosos, producida en 1999, y la aceptación de responsabilidades civiles para el pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas por 2.700 millones de dólares marcaron su forzada reconciliación con Occidente. Que este último gesto se haya producido en agosto de 2003 (ya en plena invasión a Irak) y que haya sido acompañado por la desactivación de los programas libios para la producción de armas de destrucción masiva da una idea de que el hombre será loco pero no come vidrio.

Tras el 11-S se convirtió en un aliado vital de la administración de George W. Bush en la lucha contra Al Qaeda, grupo al que acusa de haber montado la revuelta en su contra pero al que, extraviado como es, amenazó con aliarse si Occidente atacaba el país. ¿Nace otra amenaza terrorista, tal como el mismo Gadafi amenazó el jueves, cuando la virtual declaración de guerra de la ONU lograba el visto bueno de los más y la complaciente abstención de Rusia, China, Alemania, India y Brasil?

RESURRECCIÓN Y NEGOCIOS

Rehabilitado para la causa del mundo libre, las sanciones internacionales se convirtieron en cosa del pasado; era tiempo de perdonar. ¿Quién no se equivocó alguna vez, acaso?

En 2004, Tony Blair visitó Trípoli, donde exhortó a «no olvidar el dolor del pasado», pero a «reconocer que llegó el momento de ir hacia adelante». Poco después Shell se hacía con un contrato para la explotación de gas por 500 millones de dólares. Condoleezza Rice, entonces canciller, lo siguió en el peregrinaje a la capital libia.

En 2009, en medio de una escandalosa polémica internacional, Gran Bretaña liberó a uno de los condenados por el caso Lockerbie, Abdelbaset al Megrahi, alegando razones humanitarias: se trataba de un enfermo terminal de cáncer. Sin ahorrarle ni una pizca de bochorno al sucesor de Blair, Gordon Brown, el régimen libio lo recibió con fastos de héroe en Trípoli. Obvio: Al Megrahi sigue hoy vivito y coleando.

Los malpensados ligaron el hecho a un contrato por 900 millones de dólares a favor de British Petroleum que se mantenía congelado desde 2007. El clamor fue tal que BP terminó por reconocer que había hecho lobby desde esa fecha en favor del desdichado paciente.

«BP le dijo al Gobierno del Reino Unido que estaba preocupada por el lento progreso que se había hecho para concluir el Acuerdo de Transferencia de Prisioneros con Libia (...). Estábamos conscientes de que eso podía tener un impacto negativo en los intereses comerciales del Reino Unido, incluyendo la ratificación de un acuerdo de exploración de BP con el Gobierno libio», admitió el año pasado la compañía en un comunicado.

Cuando la crisis económica arreciaba en 2009, y el crudo cotizaba por debajo de los 45 dólares, el beduino volvió a mostrar la hilacha. Tras señalar que no deseaba seguir vendiendo a ese precio, amenazó con sacarse de encima a las empresas extranjeras y convertir a la Compañía Petrolera Nacional en la única responsable de la explotación. Su advertencia fue tomada muy en serio en Estados Unidos, donde se destacaba la coincidencia entre esa definición, finalmente sin consecuencias, y su creciente amistad con el nacionalizador serial venezolano Hugo Chávez.

Con la actual guerra civil la canilla se cerró y el proveedor de petróleo dejó definitivamente de resultar confiable. Y Occidente, preso del mencionado y acaso inevitable error de cálculo, que dejó en la cuerda floja a sus empresas, comenzó a pensar en cómo acompañar al libio hasta la puerta de salida.

Por si faltara algo para demoler la idea de la «intervención humanitaria» en Libia, baste recordar que varios de los líderes antigadafistas son «demócratas» de última generación, personas que hasta quince minutos antes habían sido personeros del régimen.

Si finalmente cae, no cabrá derramar una sola lágrima por el sanguinario Gadafi, como, pese al cinismo que supuso la invasión de 2003, no se lo hizo por Sadam Husein. Pero para saber qué va a pasar en el mundo habrá que seguir olfateando el petróleo, más cuando la tecnología nuclear quedará en entredicho por buen tiempo por los graves hechos de Japón. Algo serio para todos los jugadores grandes (Alemania, Estados Unidos, el mismo Japón), pero sobre todo para Francia, que depende de ella para el 80% de su generación eléctrica.

Ah, el petróleo, esa sustancia tan oscura y viscosa.



Por: Marcelo Falak

http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=573632





19 de marzo de 2011

La Guerra por el Petróleo-Military action in Libya-A ação militar na Líbia


Fuente: http://www.lemonde.fr/afrique/infographie/2011/03/08/carte-de-situation-en-lybie_1490269_3212.html

Acción Militar en Libia

Esta infografía del diario “Le monde” Frances, nos da información sobre la realidad de lo que esta ocurriendo en Libia, el 75 % del territorio esta en manos del gobierno de Gadafi y los “rebeldes” solo dominan parte del este del país en retroceso, también es de observar que esa región es donde se encuentra la mayor concentración de las reservas petroleras.

Como Benghazi (centro de la rebelión), estaba a punto de caer inmediatamente las fuerzas “humanitarias internacionales”, forzaron la resolución de la ONU (sin discutir los informes que la misma ONU había ordenado realizar sobre la situación de Libia), y en el día de la fecha iniciaron una ofensiva por mar y aire, que por supuesto no será “quirúrgica” (porque no solo se ataca a los militares y sus equipos) como siempre se las presente.

Tenemos en marcha un nuevo ajuste de la realidad internacional, que esto es una nueva vuelta de tuerca para establecer de nuevo el control en esa región (importantísima por que tiene el 60% de las reservas mundiales del petróleo y el gas), que se habían puesto en peligro para las potencias occidentales con las revueltas populares.

Bahrein fue invadida por las fuerzas armadas de Arabia Saudita, en Yemen se inicio una brutal represión a los manifestantes, y ahora, Europa y EE.UU. intervienen en Libia para controlar la misma y manejar el recurso petróleo encabezada la ofensiva por Francia e Inglaterra y ahora se sumara Italia y España

.

La clave no es Gadafi sino esterilizar la revuelta de los países árabes siguiendo el modelo del Gatopardismo (cambiar todo para que nada cambie) y poner coto a nuevas revueltas muy particularmente que las mismas no estallen en Arabia Saudita.

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

19 de marzo de 2011



Military action in Libya

The graphics for the newspaper "Le Monde" Frances, gives information about the reality of what is happening in Libya, 75% of the territory is in the hands of Gadhafi's government and the "rebels"just dominate this part of the country's declining Is also of note that this region is home to the largest concentration of oil reserves.

As Benghazi (center of the rebellion), was about to drop immediately the forces of "international aid", forced the UN resolution (without discussing the UN reports that it had ordered done on the situation in Libya), and days of the date began an offensive by sea and air, which of course will not be "surgical" (because not only attacking military personnel and their equipment) and they were always present.

We set up a new international reality, this is a new twist to re-establish control in that region (important because it has 60% of global reserves of oil and gas), which had jeopardized for the Western powers with popular uprisings.

Bahrain was invaded by armed forces of Saudi Arabia, Yemen began a brutal crackdown on protesters, and now, Europe and USA involved in Libya to control it and manage the petroleum resources on the offensive led by France and England and now Italy and Spain will join.

The key is not sterilized Gaddafi but the revolt of the Arab countries following the model of Leopard (change everything so that nothing changes) and to curb new revolts most notably that they do not explode in Saudi Arabia.

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

March 19, 2011

A ação militar na Líbia

Os gráficos para o jornal "Le Monde" Frances, dá informações sobre a realidade do que está acontecendo na Líbia, 75% do território está nas mãos do governo de Khadafi e os "rebeldes" apenas dominar esta parte do país em declínio É também de notar que esta região abriga a maior concentração de reservas de petróleo.

Como Benghazi (centro da rebelião), estava prestes a cair imediatamente as forças da "ajuda internacional", forçou a resolução da ONU (sem discutir os relatórios da ONU que tinha ordenado feito sobre a situação na Líbia), e dias a contar da data de início de uma ofensiva por mar e ar, que naturalmente não será "cirúrgica" (porque não é só atacar pessoal militar e seus equipamentos) e eles estavam sempre presentes.

Montamos uma nova realidade internacional, esta é uma novidade para restabelecer o controle da região (importante, porque tem 60% das reservas mundiais de petróleo e gás), que teve comprometida para as potências ocidentais, com revoltas populares.

Bahrein foi invadida pelas forças armadas da Arábia Saudita, Iêmen começou uma ofensiva brutal contra os manifestantes, e agora, Europa e EUA envolvidos na Líbia para controlar e gerenciar os recursos do petróleo para a ofensiva liderada pela França e Inglaterra e agora Itália e Espanha vão aderir

A chave não é esterilizado Khadafi, mas a revolta dos países árabes, seguindo o modelo do Leopard (mudar tudo para que nada mude) e para travar novas revoltas notadamente que elas não explodem na Arábia Saudita.

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

19 março, 2011


OBAMA en BRASIL



EUA querem petróleo e mercado,


diz Moniz DE SÃO PAULO



Doutor em ciência política pela USP e autor de mais de 20 livros, muitos tratando de Brasil e Estados Unidos, o professor Luiz Alberto Moniz Bandeira, 75, fala sobre a visita de Obama. (EL)



Folha - O que buscam os EUA com essa visita?


Luiz Alberto Moniz Bandeira - O maior interesse dos Estados Unidos, no momento, é abrir mercados para as suas exportações e garantir seu abastecimento energético, do qual é absolutamente dependente. E o Brasil não só apresenta um grande potencial de crescimento como também deverá se tornar uma das maiores fontes de petróleo com a exploração do pré-sal. Com a instabilidade no Oriente Médio, a possibilidade de que o Brasil possa suprir suas necessidades é fundamental para os EUA.




Quais devem ser os principais temas?


Obama tentará convencer Dilma de que a moeda desvalorizada da China é maior problema para o Brasil do que para os EUA. Entretanto, em 2010, a China conseguiu um superavit comercial de US$ 181 bilhões com os EUA. Ao contrário do que ocorreu com o Brasil, um deficit de cerca de US$ 7 bilhões. A verdade é que os EUA, para aumentar a competitividade de suas exportações, tratam de desvalorizar o dólar. Obama alimenta a pretensão de alinhar o Brasil com os EUA, mas é difícil consegui-lo. A China provavelmente já é o maior investidor estrangeiro no Brasil.




A relação comercial com os EUA pode mudar?


Não creio. Devido aos imensos déficits comercial e fiscal e a uma dívida pública que ultrapassa US$ 14 trilhões -virtualmente igual ao seu PIB- o interesse dos EUA não é importar, mas exportar. Precisa reduzir seu deficit comercial, aumentando exportações para também conter a alta de desemprego.




No Brasil o antiamericanismo é maior ou menor ao do passado?


É necessário entender que a defesa dos interesses nacionais não significa antiamericanismo. O Brasil e os EUA têm contradições de interesses, assim como convergências. As relações entre os dois países nem sempre foram suaves, como geralmente se supõe. No século 19, o Brasil suspendeu três vezes (1827, 1847 e 1869) suas relações diplomáticas com os EUA, apesar de destinar para lá, desde 1848, a maior parte de suas exportações (café). O relacionamento só melhorou a partir de 1870, quando o Brasil se tornou extremamente dependente das exportações de café para lá.




Como o sr. avalia a situação econômica e política dos EUA?


A situação econômica e financeira dos EUA é muito ruim e dificilmente Obama poderá superá-la. É similar à da Grécia e de alguns outros Estados na União Europeia. Os EUA têm a maior dívida externa líquida do mundo. A vantagem deles consiste no fato de que o dólar é ainda a moeda fiduciária, a moeda internacional de reserva.




O sr. concorda com a avaliação de que Obama cedeu aos interesses do mercado financeiro? Em que ele se diferencia de Bush?


Ele cedeu a todos, ao mercado financeiro, aos neoconservadores, que continuam a dominar a máquina do Estado americano, ao complexo industrial-militar etc. A secretária Hillary Clinton a ele se sobrepõe na política exterior. Até agora Obama quase nada cumpriu do que prometeu. Sua política, na essência, é a mesma da que realizou George W. Bush. A diferença está no estilo e na tonalidade. Ambos defendem interesses imperiais dos EUA.