Nos mudamos a Dossier Geopolítico

23 de febrero de 2011

ESPAÑA A 30 AÑOS DEL 23 F







Hoy hace 30 años, el 23 de febrero de 1981, la joven democracia española vivió su prueba más difícil. Militares nostálgicos del antiguo régimen protagonizaron un intento de golpe de Estado que pudo haber acabado en un baño de sangre o una nueva dictadura. El resultado final fue la consolidación definitiva del sistema democrático, aunque a costa de un retraso en el proceso de descentralización del Estado. La intentona golpista no fue un hecho del todo inesperado, dado el amplio malestar existente en sectores del Ejército por el cambio político emprendido tras la muerte de Franco.



La suerte del golpe quedó echada tras la intervención del Rey en TVE en torno a la una y cuarto de la madrugada: el monarca ordenó expresamente a los militares sublevados que se retirasen a sus cuarteles. (http://www.rtve.es/mediateca/videos/20080128/mensaje-del-rey-juan-carlos-tras-intentona-golpista-del-23-f/393739.shtml). Pasado el mediodía del 24 de febrero, los asaltantes del Congreso se entregaron tras haber liberado a los diputados retenidos. El resto de los golpistas ya estaban a disposición de la justicia militar.



Antes esos trascendentales momentos para la joven democracia española y el peligro que este golpe retardatario impidiera su consolidación, como un joven argentino que vivía en carne propia las trágicas consecuencias del golpe militar de 1976 que no era otra cosa que la etapa final de los golpes neoliberales que se iniciaran en septiembre de 1955 en mi Patria, me dirigí por correspondencia epistolar a su Majestad el Rey Juan Carlos I para felicitarlo por su decidida acción y deseándole el mayor de los éxito para frenar la intentona facciosa, el mismo día 24 de febrero. Creo haber procedido de acuerdo con mi conciencia y militancia política a favor de las grandes mayorías nacionales, realmente no medí el riesgo que implicaba utilizar el Correo Argentino para enviar la carta en cuestión ya que transitábamos el año 1981, y la dictadura estaba férreamente instalada y sostenida por los poderes mundiales y las fuerzas económicas beneficiadas por el modelo instalado a sangre y fuego.



Su excelencia el Rey Juan Carlos respondió mi carta y en memoria de estas tres décadas pasadas, y con una democracia ya consolidad, mas allá de sus defectos tanto en España como en Argentina, la publico en mi blogs con gran satisfacción personal.



Lic. Carlos A. Pereyra Mele

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