Nos mudamos a Dossier Geopolítico

21 de marzo de 2011

¿Humanismo? Un eufemismo para no hablar de petróleo






Tony Blair, sonriente en Trípoli en 2004.

En una pirueta curiosa, Muamar Gadafi

pasó de paria internacional a aliado clave

en la lucha contra el terrorismo.

Hoy vuelve a ser considerado una

amenaza por Occidente.

El argumento de que los ataques occidentales a Libia (que llevan a cabo, con mayor o menor protagonismo, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, España, Italia, Canadá y otros países) son un modo de defender a la población de las matanzas de su dictador no es sólo insuficiente sino que, peor, impide entender lo que pasa y lo que puede venir.



Algo falla en la explicación de que recién ahora todos esos gobiernos descubrieron (o recordaron) que Muamar Gadafi es un déspota monstruoso. ¿O, acaso, la defensa de los pueblos árabes que pelean por la democracia llevará también a Occidente a bombardear Yemen, donde las fuerzas del dictador Alí Abdalá Saleh mataron a decenas sólo el último fin de semana, o Bahréin, donde la brutalidad de las fuerzas locales y sus auxiliares sauditas (virtuales tropas de ocupación) es incluso reconocida por la Casa Blanca?

Adivine, lector... Sí, se trata, una vez más, del petróleo.



UN DOMINÓ INCONTENIBLE

La «primavera árabe» que comenzó en Túnez tomó por sorpresa al mundo y supuso para Occidente la incomodidad de confrontar la distancia entre sus palabras dulces sobre la promoción de la democracia y el más pedestre apoyo a dictadores de toda laya en la región. Valientemente, los luchadores tunecinos hicieron lo suyo, y el tirano Ben Alí se marchó al exilio. Pero la cosa siguió, nada menos que en Egipto, una pieza clave para la geopolítica de Medio Oriente y la lucha contra el extremismo islamista. Las dudas de Barack Obama fueron elocuentes, pero, finalmente, cuando se constató que las revueltas ya habían derivado en un efecto dominó imparable, se optó por acelerar y forzar la jubilación de Hosni Mubarak. Los antiguos regímenes árabes ya no podían garantizar el mantenimiento de las políticas que Occidente necesita, y era hora de operar para que éstas se reciclaran en nuevos liderazgos relegitimados.

Pero la ficha siguiente fue Libia, el primer país petrolero de importancia tocado por la tendencia. Los antecedentes, esto es la altísima efectividad de los manifestantes prodemocráticos en forzar las caídas de sus opresores, recomendaban abandonar a Gadafi. Por si había alguna duda, éste ayudó a tomar tal decisión al bombardear salvajemente a los disidentes.

A LAS ARMAS

Pero el cálculo falló. Los manifestantes habían logrado solamente el concurso de algunos líderes tribales y de sectores del Ejército libio, una fuerza vaciada de poder de fuego por el dictador, que había apostado todas sus cartas en los últimos años a sus tropas de elite, reducidas en número pero muy bien pertrechadas y razonablemente entrenadas, al menos en términos regionales. Las promesas occidentales a los rebeldes, sin la contraprestación de la entrega de equipamiento, habían sido algo así como enviarlos a una muerte segura. El régimen salió de su encierro en Trípoli y comenzó a arrasarlos. La «primavera» parecía a punto de abortarse en el acosado reducto rebelde de Bengasi (en el este libio, depositario del 80% de la riqueza petrolera y gasífera del país) y Gadafi, cerca de resucitar.

Impedida de mostrarse cerril ante la ola democrática que amenaza a muchos de sus miembros, la Liga Árabe legitimó la idea de una intervención al pedirle al Consejo de Seguridad de la ONU la imposición de una zona de exclusión aérea para impedir los bombardeos de las fuerzas de Gadafi. Oportunista, ayer criticó la amplitud de la ofensiva y abrió un flanco más a la denuncia islamista, que retrata a sus gobiernos como puertas de ingreso de los «infieles» a la región.

Entre el papelón y el miedo concreto a una expulsión masiva de Libia de las petroleras francesas, italianas, estadounidenses, británicas y de los otros países que habían jugado a perdedor, el activo Nicolas Sarkozy logró imponer a sus reluctantes socios la idea de la guerra.


CRUDO PETRÓLEO

Pero si todo se trata nuevamente del petróleo, ¿cuál es el lugar de Libia en el mercado mundial de los hidrocarburos? Uno importante, sin dudas, y más destacado a futuro, tal la apuesta de las principales empresas mundiales, que han invertido sumas ingentes en el país. Entre ellas: la italiana ENI; las estadounidenses ConocoPhillips, ExxonMobil, Chevron y Occidental Petroleum; la británica British Petroleum; la anglo-holandesa Royal Dutch Shell; la francesa Total; la alemana Wintershall; la española Repsol YPF, sin olvidar a la rusa Gazprom y a la china CNPC, de fuerte apuesta.

Libia es el principal productor de petróleo de África, el séptimo más importante de la OPEP y el dueño del 4,5% de las reservas mundiales de crudo según proyecciones recientes (cerca de un 20% de las de Arabia Saudita, por caso, pero el doble de las de Estados Unidos). Con un agregado: la elevada calidad del producto lo hace difícilmente sustituible para muchas refinerías europeas, algo que podría salvar Riad. Claro, si los hechos no se terminan precipitando también allí.

Si se tiene en cuenta que el 85% del petróleo y buena parte del gas que Libia exporta se dirigen al mercado europeo, y que el estallido de la revuelta redujo en un 80% las actividades de extracción y exportación, no sorprende que la nafta haya subido más de un 20% en países como Italia y España sólo durante el tramo inicial de la rebelión. Eso, en un contexto de recesión y crisis económica como el actual, en el que se calcula que un aumento de 10 dólares en la cotización internacional del barril de crudo reduciría en medio punto el PBI en los países europeos más dependientes... por no mencionar el desequilibrio que genera en los balances comerciales.

El caso italiano, en ese sentido, es paradigmático: sólo a ese país se dirige el 25% de las exportaciones libias de petróleo y gas, y ENI tenía previsto invertir allí 18.200 millones de euros en los próximos veinte años.

En el caso francés, pueden decirse cosas parecidas, con enormes negocios armamentísticos incluidos, ferretería con la que hoy, paradójicamente, Gadafi intenta defenderse. Antes de la crisis, Total extraía en Libia el 2,3% de su producción global, y la proyección iba a más.

UN SOCIO IMPRESENTABLE

¿Cómo se llegó a semejante imbricación de negocios con un socio tan deplorable como Gadafi, un dictador que lleva 41 años en el poder y cuyo régimen estuvo sujeto a sanciones internacionales en los años 80 y 90?

El historial terrorista del libio es conocido y prácticamente fue admitido por él mismo cuando, por no mencionar varios hechos más, aceptó la realización de un juicio internacional contra dos acusados (hombres de su régimen), finalmente condenados, por el atentado contra una avión de Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, que dejó 270 muertos en 1988.

Esa entrega de los dos sospechosos, producida en 1999, y la aceptación de responsabilidades civiles para el pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas por 2.700 millones de dólares marcaron su forzada reconciliación con Occidente. Que este último gesto se haya producido en agosto de 2003 (ya en plena invasión a Irak) y que haya sido acompañado por la desactivación de los programas libios para la producción de armas de destrucción masiva da una idea de que el hombre será loco pero no come vidrio.

Tras el 11-S se convirtió en un aliado vital de la administración de George W. Bush en la lucha contra Al Qaeda, grupo al que acusa de haber montado la revuelta en su contra pero al que, extraviado como es, amenazó con aliarse si Occidente atacaba el país. ¿Nace otra amenaza terrorista, tal como el mismo Gadafi amenazó el jueves, cuando la virtual declaración de guerra de la ONU lograba el visto bueno de los más y la complaciente abstención de Rusia, China, Alemania, India y Brasil?

RESURRECCIÓN Y NEGOCIOS

Rehabilitado para la causa del mundo libre, las sanciones internacionales se convirtieron en cosa del pasado; era tiempo de perdonar. ¿Quién no se equivocó alguna vez, acaso?

En 2004, Tony Blair visitó Trípoli, donde exhortó a «no olvidar el dolor del pasado», pero a «reconocer que llegó el momento de ir hacia adelante». Poco después Shell se hacía con un contrato para la explotación de gas por 500 millones de dólares. Condoleezza Rice, entonces canciller, lo siguió en el peregrinaje a la capital libia.

En 2009, en medio de una escandalosa polémica internacional, Gran Bretaña liberó a uno de los condenados por el caso Lockerbie, Abdelbaset al Megrahi, alegando razones humanitarias: se trataba de un enfermo terminal de cáncer. Sin ahorrarle ni una pizca de bochorno al sucesor de Blair, Gordon Brown, el régimen libio lo recibió con fastos de héroe en Trípoli. Obvio: Al Megrahi sigue hoy vivito y coleando.

Los malpensados ligaron el hecho a un contrato por 900 millones de dólares a favor de British Petroleum que se mantenía congelado desde 2007. El clamor fue tal que BP terminó por reconocer que había hecho lobby desde esa fecha en favor del desdichado paciente.

«BP le dijo al Gobierno del Reino Unido que estaba preocupada por el lento progreso que se había hecho para concluir el Acuerdo de Transferencia de Prisioneros con Libia (...). Estábamos conscientes de que eso podía tener un impacto negativo en los intereses comerciales del Reino Unido, incluyendo la ratificación de un acuerdo de exploración de BP con el Gobierno libio», admitió el año pasado la compañía en un comunicado.

Cuando la crisis económica arreciaba en 2009, y el crudo cotizaba por debajo de los 45 dólares, el beduino volvió a mostrar la hilacha. Tras señalar que no deseaba seguir vendiendo a ese precio, amenazó con sacarse de encima a las empresas extranjeras y convertir a la Compañía Petrolera Nacional en la única responsable de la explotación. Su advertencia fue tomada muy en serio en Estados Unidos, donde se destacaba la coincidencia entre esa definición, finalmente sin consecuencias, y su creciente amistad con el nacionalizador serial venezolano Hugo Chávez.

Con la actual guerra civil la canilla se cerró y el proveedor de petróleo dejó definitivamente de resultar confiable. Y Occidente, preso del mencionado y acaso inevitable error de cálculo, que dejó en la cuerda floja a sus empresas, comenzó a pensar en cómo acompañar al libio hasta la puerta de salida.

Por si faltara algo para demoler la idea de la «intervención humanitaria» en Libia, baste recordar que varios de los líderes antigadafistas son «demócratas» de última generación, personas que hasta quince minutos antes habían sido personeros del régimen.

Si finalmente cae, no cabrá derramar una sola lágrima por el sanguinario Gadafi, como, pese al cinismo que supuso la invasión de 2003, no se lo hizo por Sadam Husein. Pero para saber qué va a pasar en el mundo habrá que seguir olfateando el petróleo, más cuando la tecnología nuclear quedará en entredicho por buen tiempo por los graves hechos de Japón. Algo serio para todos los jugadores grandes (Alemania, Estados Unidos, el mismo Japón), pero sobre todo para Francia, que depende de ella para el 80% de su generación eléctrica.

Ah, el petróleo, esa sustancia tan oscura y viscosa.



Por: Marcelo Falak

http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=573632





19 de marzo de 2011

La Guerra por el Petróleo-Military action in Libya-A ação militar na Líbia


Fuente: http://www.lemonde.fr/afrique/infographie/2011/03/08/carte-de-situation-en-lybie_1490269_3212.html

Acción Militar en Libia

Esta infografía del diario “Le monde” Frances, nos da información sobre la realidad de lo que esta ocurriendo en Libia, el 75 % del territorio esta en manos del gobierno de Gadafi y los “rebeldes” solo dominan parte del este del país en retroceso, también es de observar que esa región es donde se encuentra la mayor concentración de las reservas petroleras.

Como Benghazi (centro de la rebelión), estaba a punto de caer inmediatamente las fuerzas “humanitarias internacionales”, forzaron la resolución de la ONU (sin discutir los informes que la misma ONU había ordenado realizar sobre la situación de Libia), y en el día de la fecha iniciaron una ofensiva por mar y aire, que por supuesto no será “quirúrgica” (porque no solo se ataca a los militares y sus equipos) como siempre se las presente.

Tenemos en marcha un nuevo ajuste de la realidad internacional, que esto es una nueva vuelta de tuerca para establecer de nuevo el control en esa región (importantísima por que tiene el 60% de las reservas mundiales del petróleo y el gas), que se habían puesto en peligro para las potencias occidentales con las revueltas populares.

Bahrein fue invadida por las fuerzas armadas de Arabia Saudita, en Yemen se inicio una brutal represión a los manifestantes, y ahora, Europa y EE.UU. intervienen en Libia para controlar la misma y manejar el recurso petróleo encabezada la ofensiva por Francia e Inglaterra y ahora se sumara Italia y España

.

La clave no es Gadafi sino esterilizar la revuelta de los países árabes siguiendo el modelo del Gatopardismo (cambiar todo para que nada cambie) y poner coto a nuevas revueltas muy particularmente que las mismas no estallen en Arabia Saudita.

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

19 de marzo de 2011



Military action in Libya

The graphics for the newspaper "Le Monde" Frances, gives information about the reality of what is happening in Libya, 75% of the territory is in the hands of Gadhafi's government and the "rebels"just dominate this part of the country's declining Is also of note that this region is home to the largest concentration of oil reserves.

As Benghazi (center of the rebellion), was about to drop immediately the forces of "international aid", forced the UN resolution (without discussing the UN reports that it had ordered done on the situation in Libya), and days of the date began an offensive by sea and air, which of course will not be "surgical" (because not only attacking military personnel and their equipment) and they were always present.

We set up a new international reality, this is a new twist to re-establish control in that region (important because it has 60% of global reserves of oil and gas), which had jeopardized for the Western powers with popular uprisings.

Bahrain was invaded by armed forces of Saudi Arabia, Yemen began a brutal crackdown on protesters, and now, Europe and USA involved in Libya to control it and manage the petroleum resources on the offensive led by France and England and now Italy and Spain will join.

The key is not sterilized Gaddafi but the revolt of the Arab countries following the model of Leopard (change everything so that nothing changes) and to curb new revolts most notably that they do not explode in Saudi Arabia.

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

March 19, 2011

A ação militar na Líbia

Os gráficos para o jornal "Le Monde" Frances, dá informações sobre a realidade do que está acontecendo na Líbia, 75% do território está nas mãos do governo de Khadafi e os "rebeldes" apenas dominar esta parte do país em declínio É também de notar que esta região abriga a maior concentração de reservas de petróleo.

Como Benghazi (centro da rebelião), estava prestes a cair imediatamente as forças da "ajuda internacional", forçou a resolução da ONU (sem discutir os relatórios da ONU que tinha ordenado feito sobre a situação na Líbia), e dias a contar da data de início de uma ofensiva por mar e ar, que naturalmente não será "cirúrgica" (porque não é só atacar pessoal militar e seus equipamentos) e eles estavam sempre presentes.

Montamos uma nova realidade internacional, esta é uma novidade para restabelecer o controle da região (importante, porque tem 60% das reservas mundiais de petróleo e gás), que teve comprometida para as potências ocidentais, com revoltas populares.

Bahrein foi invadida pelas forças armadas da Arábia Saudita, Iêmen começou uma ofensiva brutal contra os manifestantes, e agora, Europa e EUA envolvidos na Líbia para controlar e gerenciar os recursos do petróleo para a ofensiva liderada pela França e Inglaterra e agora Itália e Espanha vão aderir

A chave não é esterilizado Khadafi, mas a revolta dos países árabes, seguindo o modelo do Leopard (mudar tudo para que nada mude) e para travar novas revoltas notadamente que elas não explodem na Arábia Saudita.

Lic. Carlos A. Pereyra Mele

19 março, 2011


OBAMA en BRASIL



EUA querem petróleo e mercado,


diz Moniz DE SÃO PAULO



Doutor em ciência política pela USP e autor de mais de 20 livros, muitos tratando de Brasil e Estados Unidos, o professor Luiz Alberto Moniz Bandeira, 75, fala sobre a visita de Obama. (EL)



Folha - O que buscam os EUA com essa visita?


Luiz Alberto Moniz Bandeira - O maior interesse dos Estados Unidos, no momento, é abrir mercados para as suas exportações e garantir seu abastecimento energético, do qual é absolutamente dependente. E o Brasil não só apresenta um grande potencial de crescimento como também deverá se tornar uma das maiores fontes de petróleo com a exploração do pré-sal. Com a instabilidade no Oriente Médio, a possibilidade de que o Brasil possa suprir suas necessidades é fundamental para os EUA.




Quais devem ser os principais temas?


Obama tentará convencer Dilma de que a moeda desvalorizada da China é maior problema para o Brasil do que para os EUA. Entretanto, em 2010, a China conseguiu um superavit comercial de US$ 181 bilhões com os EUA. Ao contrário do que ocorreu com o Brasil, um deficit de cerca de US$ 7 bilhões. A verdade é que os EUA, para aumentar a competitividade de suas exportações, tratam de desvalorizar o dólar. Obama alimenta a pretensão de alinhar o Brasil com os EUA, mas é difícil consegui-lo. A China provavelmente já é o maior investidor estrangeiro no Brasil.




A relação comercial com os EUA pode mudar?


Não creio. Devido aos imensos déficits comercial e fiscal e a uma dívida pública que ultrapassa US$ 14 trilhões -virtualmente igual ao seu PIB- o interesse dos EUA não é importar, mas exportar. Precisa reduzir seu deficit comercial, aumentando exportações para também conter a alta de desemprego.




No Brasil o antiamericanismo é maior ou menor ao do passado?


É necessário entender que a defesa dos interesses nacionais não significa antiamericanismo. O Brasil e os EUA têm contradições de interesses, assim como convergências. As relações entre os dois países nem sempre foram suaves, como geralmente se supõe. No século 19, o Brasil suspendeu três vezes (1827, 1847 e 1869) suas relações diplomáticas com os EUA, apesar de destinar para lá, desde 1848, a maior parte de suas exportações (café). O relacionamento só melhorou a partir de 1870, quando o Brasil se tornou extremamente dependente das exportações de café para lá.




Como o sr. avalia a situação econômica e política dos EUA?


A situação econômica e financeira dos EUA é muito ruim e dificilmente Obama poderá superá-la. É similar à da Grécia e de alguns outros Estados na União Europeia. Os EUA têm a maior dívida externa líquida do mundo. A vantagem deles consiste no fato de que o dólar é ainda a moeda fiduciária, a moeda internacional de reserva.




O sr. concorda com a avaliação de que Obama cedeu aos interesses do mercado financeiro? Em que ele se diferencia de Bush?


Ele cedeu a todos, ao mercado financeiro, aos neoconservadores, que continuam a dominar a máquina do Estado americano, ao complexo industrial-militar etc. A secretária Hillary Clinton a ele se sobrepõe na política exterior. Até agora Obama quase nada cumpriu do que prometeu. Sua política, na essência, é a mesma da que realizou George W. Bush. A diferença está no estilo e na tonalidade. Ambos defendem interesses imperiais dos EUA.

9 de marzo de 2011

HISTORIA DE LIBIA



Entender el pasado para comprender el presente y proveer el futuro, seria la función de la historia y sin esos antecedentes los “análisis de política internacional, que hoy “explican” la crisis árabe y muy especialmente la situación de Libia que hoy atosigan a los teleespectadores en decenas de programas de los medios masivos de comunicación occidentales, mas que aclarar: oscurecen, a las preguntas que nos hacíamos ayer con las reflexiones de: Libia y la Prensa, aportamos esta otra arista histórica que nos permitirá entender el laberinto que crearon las potencias europeas en el norte de África y que hasta la fecha tiene sus consecuencias políticas.


Lic. Carlos Pereyra Mele



Las anteriores guerras de Libia


Por Isaac Bigio (*)




Londres, 04/03/11.- Por primera vez desde hace dos tercios de siglo Libia viene siendo sacudida por una guerra. Hoy, se contempla la posibilidad de una intervención militar foránea sobre ese país, algo que podría recordar la experiencia de ocupación europea que dicha nación tuvo en 1911-51.


Entre 1911 y 1943 Italia dominó estas tierras, las cuales arrebató al imperio turco otomano en la guerra de 1911-12, y que consolidó el 11 de septiembre de 1931 (justo 7 décadas antes del ataque de Al Qaeda a EEUU) al capturar a Omar Mukhtar, quien durante 2 décadas lideró la resistencia local a la invasión italiana.



Las actuales fronteras y el nombre de Libia fueron impuestas por Mussolini. En la antigüedad los geógrafos hablaban de 3 continentes: Europa, Asia y Libia. Luego hace unos dos milenios los romanos hicieron que Libia pasase de ser la denominación de toda África a solo su parte norte al oeste de Egipto. En 1934 la Roma fascista bautizó como ‘Libia’ a sus territorios norte-africanos.



Al siguiente año el Duce invade Etiopía conquistando de esta forma al último gran reino africano independiente en 1935-36. Tras ello Mussolini unió a sus antiguas colonias de Eritrea y Somalia creando el África Oriental Italiana. Su ambición era unir a su ‘colección de desiertos’ del Mediterráneo sur y del cuerno de África capturando a las dependencias británicas del valle del Nilo.



El 11 de junio de 1940 Italia declaró la guerra a Reino Unido y Francia, la cual entonces estaba siendo ocupada por los nazis. Mussolini entró a la II Guerra Mundial unos 9 meses después que Hitler y Stalin la iniciaron al invadir Polonia. En el mismo momento en que los italianos marcharon a repartirse Francia con los alemanes, éstos avanzaron sobre Egipto. Dos ejércitos italianos con 215,000 soldados se enfrentaban contra unos 50,000 soldados británicos que protegían a su protectorado del Nilo.



Durante 3 años ambos bandos se disputaron sus colonias del norte y este de África. Italia en su cenit llegó a dominar Somalilandia británica y otros enclaves de dicha potencia en Egipto, Sudán y Kenia, así como ocupar Túnez, el sureste de Francia, la costa de Yugoeslavia, Macedonia y la mayor parte de Grecia. Mussolini decidió que la Libia ampliada (que incluyó a Túnez) pasase de ser una colonia a ser la ‘cuarta costa’ de Italia, siendo las otras 3 las de los 3 mares que bordean esa península.



En Libia Mussolini creó dos batallones nativos y declaró que varios de sus habitantes eran ‘musulmanes italianos’. Muchos mahometanos le apoyaron cuando invadió Etiopía y Egipto o cuando unió a los territorios albaneses musulmanes de Albania y la ocupada Yugoeslavia en una ‘Gran Albania’. Libia italiana conoció un boom en su economía, turismo y arqueología (Roma estaba muy interesada en rescatar las ruinas que su antiguo imperio había construido allí) así como una masiva inmigración de sus nacionales (la mitad de los habitantes de las dos mayores ciudades libias, Trípoli y Bengasi eran italianos).



Libia y su entorno fueron escenarios de uno de los 3 grandes frentes militares que se dieron entre nazi-fascistas y anglo-americanos en la II Guerra Mundial. Las guerras italianas del África cobraron entre uno y dos millones de vidas y en Libia se curtió Dwight Eisenhower, el único general que llegó a la presidencia de EEUU en la postguerra. Esta cifra es descomunal teniendo en cuenta que por aquel entonces solo un millón de personas eran libias.



Después que los aliados se impusieron en Libia y Túnez desembarcaron en Italia ocupando ésta. Entre 1943 y 1951 las provincias libias de Cirenaica y Tripolitana fueron administradas por los británicos en tanto que la de Fezzia estuvo a cargo de Francia. En 1951 ambas potencias decidieron que Libia se convirtiese en un reino unido bajo la corona de Idris.


En todo el proceso que va desde las gestiones por la independencia hasta la actualidad Libia siempre fue regida bajo mano dura, pero esta nación no tuvo una guerra civil, la cual hoy sí padece.



En la memoria histórica de los libios están los recuerdos de las grandes batallas y matanzas que se dieron en su suelo en 1940-43 y de la manera en la cual los europeos hicieron campos de concentración y carnicerías contra muchos nativos.



Gadafi hoy llama a que los libios sigan el ejemplo de Omar Mukhtar, cuya figura también es reivindicada por Al Qaeda, quien espera florecer en caso de darse una ocupación extranjera en el desierto libio.





(*) Analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha enseñando. Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha pasado por las aulas del Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres. Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).

8 de marzo de 2011

LIBIA y la PRENSA



Como la crisis Libia no se resuelve de acuerdo con los parámetros de "Libertad y Democracia" para las revoluciones árabes, establecidos por las potencias europeas y norteamericana, la situación empieza a perder portada en los grandes medios, pero el conflicto sigue y se recrudecen las intervenciones “silenciosas” o no tanto de las potencias occidentales para asegurarse el control del Petróleo Libio sin Gadafi, por ello enumere 6 puntos que no se habla o se ningunea en los medios masivos:



1 Agentes británicos en Libia


Un tema poco difundido, los verdaderos titiriteros detrás del conflicto:


Seis comandos de las fuerzas especiales británicas (SAS) y dos agentes del servicio secreto MI6, que buscaban contactarse con la oposición Libia, (buscaban contactarse o crear mas caos realizando acciones terrorista contra los dos bandos enfrentados para incentivar la crisis y provocar la “intervención humanitaria”). Habían llegado a Libia en helicóptero al amanecer del viernes. Fueron detenidos en una instalación agrícola vigilada por guardias libios. Cargaban explosivos, municiones, mapas y pasaportes de cuatro países (como se denuncian que tienen los supuestos mercenarios de Gadafi).



2 Gadafi contraataca en el este y el oeste los rebeldes piden a la OTAN que se establezca un área de exclusión aéreas, según la misma prensa ya hay desanimo entre los rebeldes (será porque la ayuda prometida desde afuera a los rebeldes no llega)



3 Porque los rebeldes son llamados luchadores por la libertad según la prensa occidental y las tropas de Gadafi mercenarios y no se habla de enfrentamiento de tribus (Libia es un país dividido en 140 tribus enfrentadas entre si que Gadafi intento manejar y hacerlas sedentarias)



4 EE.UU. interviene: según el diario británico The Independent habría pedido a Arabia Saudí que preste ayuda militar a los rebeldes libios y evitar así involucrarse directamente en el conflicto. Para no verse implicada directamente pues conoce el rechazo que causa entre los árabes su presencia. Este rol ya lo cumplió Arabia Saudita cuando armo y envío voluntarios a Afganistán ayudando a los Talibanes (con Bin Laden incluido) para expulsar a los soviéticos de ese país, todo bajo el control de la CIA. Ahora empezó la operación a través de los emiratos árabes que piden la intervención “humanitaria”. Además el portavoz de la Casa Blanca: El tema de armar, suministrar armas, es una de las opciones del amplio rango que está siendo considerado”, ha afirmado Carney, quien, no obstante, ha recalcado que “sería prematuro enviar unas cuantas armas a un apartado de correos en el este de Libia”.



5 La OTAN con su base en Malta prepara acciones militares, las potencias emergentes rechazan esta intervención (China y Rusia), China por primera vez desde que es potencia global se desplaza con una flota fuera del mar de la china hacia el mar mediterráneo para defender sus intereses estratégicos en Libia con la escusa de ayudar a sus connacionales a salir del Pais en crisis.



6 Desde el punto de vista geopolítico han surgido tres hechos trascendentales. 1. La travesía de ida y vuelta de dos naves iraníes por el canal de Suez, tras más de 30 años del boicot por el defenestrado Mubarak. 2. El jaque a los jeques petroleros del CCG por el “efecto dominó chiíta”. 3. La visita a Egipto del presidente de Turquía, Abdullah Gul, y su canciller muy creativo, Ahmet Davutoglu.



Vemos que las acciones siguen y la trascendencia de la solución del conflicto es de importancia vital para las economías de las potencias tradicionales.-


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Lic. Carlos Pereyra Mele

2 de marzo de 2011

La Revuelta Árabe IV





Arabia Saudita,


el factor clave





El terremoto de las pasadas cinco semanas en Medio Oriente ha sido la experiencia más tumultuosa, devastadora y pasmosa en la historia de la región desde la caída del imperio otomano. Por una vez, conmoción y pavor fue una descripción apropiada. Los dóciles, supinos, incorregibles y serviles árabes del orientalismo se han transformado en luchadores por la libertad y la dignidad, papel que los occidentales hemos asumido siempre que nos pertenece en exclusiva en el mundo. Uno tras otro, nuestros sátrapas están cayendo, y los pueblos a quienes les pagábamos por controlar escriben su propia historia: nuestro derecho a meternos en sus asuntos (el cual, por supuesto, seguiremos ejerciendo) ha sido disminuido para siempre.



Las placas tectónicas siguen desplazándose, con resultados trágicos, valientes e incluso humorísticos, en el sentido negro del término. Incontables potentados árabes habían proclamado siempre que querían democracia en Medio Oriente. El rey Bashar de Siria dice que mejorará la paga de los burócratas. El rey Bouteflika de Argelia ha levantado de pronto el estado de emergencia. El rey Hamad de Bahrein ha abierto las puertas de sus prisiones. El rey Bashir de Sudán no volverá a postularse a la presidencia. El rey Abdulá de Jordania estudia la idea de una monarquía constitucional. Y Al Qaeda, bueno, ha estado más bien callada. ¿Quién hubiera creído que el anciano de la cueva de pronto saldría al exterior y se deslumbraría por la luz de la libertad en vez de la oscuridad maniquea a la que sus ojos se habían acostumbrado? Ha habido montones de mártires en todo el mundo musulmán, pero las banderas islamitas no aparecen por ningún lado. Los jóvenes hombres y mujeres que ponen fin a los dictadores que los atormentan son musulmanes en su mayoría, pero el espíritu humano ha sido mayor que el deseo de morir. Son creyentes, sí, pero ellos llegaron allí primero y derrocaron a Mubarak mientras los esbirros de Bin Laden aún siguen llamando a deponerlo en videos ya rebasados.



Pero ahora una advertencia. No ha terminado. Experimentamos ahora ese sentimiento cálido, ligeramente húmedo que precede al restallar del trueno y el relámpago. La película de horror final de Kadafi aún debe terminar, si bien con esa terrible mezcla de farsa y sangre a la que nos hemos acostumbrado en Medio Oriente. Y el destino que le aguarda, sobra decirlo, pone en una perspectiva aún más clara la vil adulación de nuestros propios potentados. Berlusconi –que en muchos aspectos es ya una espantosa imitación de Kadafi–, Sarkozy y lord Blair de Isfaján se nos revelan todavía más ruines de lo que los creíamos. Con ojos basados en la fe bendijeron a Kadafi el asesino. En su momento escribí que Blair y Straw habían olvidado el factor sorpresa, la realidad de que este extraño foco estaba por completo chiflado y sin duda cometería otro acto terrible para avergonzar a nuestros amos. Y sí, ahora todo periodista británico va a tener que agregar la oficina de Blair no devolvió nuestra llamada al teclado de su laptop.



Todo el mundo insta ahora a Egipto a seguir el modelo turco, lo cual parece implicar un placentero coctel de democracia e islamismo cuidadosamente controlado. Pero si esto es cierto, el ejército egipcio mantendrá sobre su pueblo una vigilancia repudiada y nada democrática en las décadas por venir. Como ha expresado el abogado Alí Ezzatyar, “los líderes militares egipcios han hablado de amenazas al ‘modo de vida egipcio’… en una no muy sutil referencia a las amenazas de la Hermandad Musulmana. Parece una página tomada del manual turco”.



El ejército turco se ha revelado cuatro veces como creador de reyes en la historia moderna de su país. ¿Y quién si no el ejército egipcio, creador de Nasser, constructor de Sadat, se libró del ex general Mubarak cuando su tiempo llegó?



Y la democraciala verdadera, desbocada, fallida pero brillante versión que los occidentales hemos hasta ahora cultivado con amor (y con razón) para nosotros mismos– no va a convivir felizmente en el mundo árabe con el pernicioso trato que Israel da a los palestinos y su despojo de tierras en Cisjordania. Israel, que ya no es la única democracia en Medio Oriente, sostuvo con desesperación –junto con Arabia Saudita, por amor de Dios– que era necesario mantener la tiranía de Mubarak. Oprimió el botón de pánico de la Hermandad Musulmana en Washington y elevó el acostumbrado cociente de miedo en los cabilderos israelíes para descarrilar una vez más a Obama y a Hillary Clinton. Enfrentados a los manifestantes democráticos en las tierras de la opresión, ellos siguieron la consigna de respaldar a los opresores hasta que fue demasiado tarde. Me encanta eso de la transición ordenada: la palabra ordenada lo dice todo.



Sólo el periodista israelí Gideon Levy lo entendió bien. ¡Deberíamos decir Mabrouk Misr!, escribió. ¡Felicidades, Egipto!



Sin embargo, en Bahrein viví una experiencia deprimente. El rey Hamad y el príncipe heredero Salman han estado plegándose a los deseos del 70 por ciento chiíta de su población –¿80?–, abriendo prisiones y prometiendo reformas constitucionales. Le pregunté a un funcionario del gobierno en Manama si tal cosa es de veras posible. ¿Por qué no tener un primer ministro electo en vez de la familia real Jalifa? “Imposible –respondió, chasqueando la lengua. El CCG no lo permitiría.” En vez de CCG –Consejo de Cooperación del Golfo–, léase Arabia Saudita.



Y es aquí, me temo, donde nuestro relato se vuelve más oscuro.



Ponemos muy poca atención a esa banda autocrática de príncipes ladrones; creemos que son arcaicos, analfabetos en política moderna, ricos (sí, como Creso nunca soñó, etcétera), y reímos cuando el rey Abdulá ofreció compensar cualquier descenso en el dinero de rescate de Washington al régimen de Mubarak, como ahora volvemos a reír cuando promete 36 mil millones de dólares a sus ciudadanos para mantenerlos callados. Pero no es para reír. La revuelta que finalmente echó a los otomanos del mundo árabe comenzó en los desiertos de Arabia; sus tribus confiaron en Lawrence, McMahon y el resto de nuestra banda (I). Y de Arabia salió el wahabismo, esa poción espesa y embriagadora –un líquido negro coronado por espuma blanca– cuya espantosa simplicidad ha atraído a todo aspirante a islamita y atacante suicida en el mundo musulmán sunita. Los sauditas criaron a Osama Bin Laden, a Al Qaeda y al talibán. No mencionemos siquiera que ellos aportaron la mayoría de los atacantes del 11 de septiembre de 2001. Y ahora los sauditas creerán que ellos son los únicos musulmanes que continúan en armas contra el mundo resplandeciente. Tengo la ingrata sospecha de que el destino del desfile de la historia de Medio Oriente que se desenvuelve ante nuestros ojos se decidirá en el reino del petróleo, de los lugares sagrados y de la corrupción. Cuidado.



Añadamos una nota ligera. He estado recogiendo las citas más memorables de la revolución árabe. Tenemos Regrese, señor presidente, sólo bromeábamos, de un manifestante contra Mubarak. Y el discurso de estilo goebbeliano de Saif al Islam al Kadafi: “Olvídense del petróleo, olvídense del gas… habrá guerra civil”. Mi cita favorita, egoísta y personal, llegó cuando mi viejo amigo Tom Friedman, del New York Times, se reunió conmigo a desayunar con su acostumbrada sonrisa irresistible. “Fisky –me dijo–, ¡un egipcio se me acercó ayer en la plaza Tahrir y me preguntó si yo era Robert Fisk!”



Eso es lo que yo llamo una revolución.



Por Robert Fisk


The Independent


Nota (I) El autor alude a Inglaterra


Traducción: Jorge Anaya

28 de febrero de 2011

LIBIA & TRIBALISMO




Las tribus contra el búnker







Por Pepe Escobar

Asia Times Online







Traducido del inglés para Rebelión

por Germán Leyens





La revolución en Libia es una revolución tribal. No fue, y sigue sin ser, dirigida por jóvenes intelectuales urbanos, como en Egipto, o por la clase trabajadora (que en su mayoría está compuesta, de hecho, por trabajadores extranjeros). Incluso a pesar de que los protagonistas del levantamiento contra Muamar Gadafi pueden ser una mezcla de libios de a pie, juventud educada y/o desocupada, una sección de las clases medias urbanas y desertores del ejército y los servicios de seguridad, lo que los traspasa a todos es la tribu. Incluso Internet, en el capítulo libio de la gran revuelta árabe de 2011, no ha sido un protagonista absolutamente decisivo.





Libia es tribal de la A a la Z. Hay 140 tribus (qabila), 30 de ellas clave: una de ellas, Warfalla, representa a un millón de personas (de una población de 6,2 millones). A menudo, llevan el nombre de las ciudades de las que provienen. El coronel Gadafi dice ahora que el levantamiento libio es un complot de al-Qaida impulsado por hordas drogadas con leche y Nescafé mezclados con drogas alucinógenas. La realidad es menos lisérgica: es un concierto de tribus que terminará por derribar al rey de reyes africano.





Un inmenso grafiti en la Bengasi liberada dice: «No al sistema tribal». Es una vana ilusión. Los oficiales del ejército libio son una colección de notables tribales seducidos o sobornados por Gadafi, que sigue una estricta estrategia de dividir para gobernar desde el nacimiento del régimen en 1969. Tanto en Túnez como en Egipto, el ejército fue crucial en la caída del dictador. En Libia, es mucho más complicado. El ejército no es tan importante en comparación con las milicias paramilitares, privadas y mercenarias, dirigidas por hijos y parientes de Gadafi.





Gadafi y su hijo «modernizador», Saif, ya han jugado las únicas cartas que les quedan, a falta del genocidio: sedición (fitna) e islamismo, muy al estilo de Hosni Mubarak, como cuando dice «soy yo o el caos». En el caso del clan Gadafi, es como sigue: sin mí, es guerra civil (en realidad fabricada por el propio régimen) u Osama bin Laden (invocado como deus ex machina por el propio Gadafi). La mayoría de las tribus no se tragan ese guión del «dios surgido de la máquina».





Las perspectivas de Gadafi son sombrías. La tribu Awlad Ali, en la frontera egipcia, está en su contra. Az Zawiyya se le ha opuesto desde principios de esta semana. Az-Zintan, a 150 kilómetros al sudoeste de Trípoli, está centrada en Warfalla; todos están en su contra. La tribu Tarhun, que, crucialmente, incluye más de un 30% de la población de Trípoli, se le opone. El Jeque Saif al-Nasr, ex jefe de la tribu Awlad Sulaiman, habló por al-Jazeera para llamar a los jóvenes tribales del sur a sumarse a las protestas. Incluso, algunos de su pequeña tribu, Qadhadfa, ahora está en su contra.





Matando a la sociedad civil





La tribu, con sus clanes y subdivisiones, es la única institución que ha regulado durante siglos la sociedad de esos árabes que han vivido en las regiones de los colonizadores italianos a principios del siglo XX, llamadas Tripolitania, Cirenaica y Fezzan.





Después que Libia llegó a la independencia en 1951, no hubo partidos políticos. Durante la monarquía, la política sólo tuvo que ver con tribus. Sin embargo, la revolución de Gadafi del 1969 replanteó el papel político de las tribus: sólo se convirtieron en garantes de valores culturales y religiosos. La ideología de la revolución de Gadafi giraba alrededor del socialismo, con el pueblo, teóricamente, como sujeto de la historia. Los partidos políticos también fueron descartados. Fue la hora de los comités populares y el congreso popular. La vieja elite, los ancianos de las tribus, fue aislada.





Pero el tribalismo devolvió el golpe. Primero, porque Gadafi decidió que los puestos en la administración debían ser distribuidos por afiliación tribal. Y luego, durante los años noventa, Gadafi renovó las alianzas con los dirigentes tribales; los necesitaba «para librarse de la creciente oposición y de diversos traidores». Y aparecieron los «comandos sociales populares», que combatieron la corrupción, solucionaron disputas locales y terminaron por consagrar a la tribu como protagonista político.



Gadafi se aseguró de tener una alianza impenetrable con los Warfalla y, medianteuna estrategia centrada en una consigna «pueblo armado», logró domar al ejército. Los puestos clave en el servicio secreto fueron entregados a su tribu, Qadhadfa, y a uno de sus compañeros revolucionarios, Maqariha. Esto significó esencialmente que esas dos tribus obtuvieron el monopolio todos los sectores clave de la economía, y eliminaron, literalmente, toda oposición.





El resultado inevitable de ese sistema político tribal fue el desgajamiento de una sociedad civil basada en instituciones democráticas. La clase media educada se quedó sin nada. Luego vino el embargo de las Naciones Unidas, que duró una década. La economía, que ya estaba en mal estado, cayó en picado; nunca hubo una redistribución decente de la riqueza del petróleo y del gas. La inflación y el desempleo se dispararon. La retórica fue siempre de «democracia directa»; la realidad era que los pocos «ganadores» formaban parte de una burguesía estatal reaccionaria, ya fueran reformistas, dirigidos por Saif; conservadores (fieles al Libro Verde de Gadafi); o tecnócratas (los que disciernen jugosos tratos con corporaciones extranjeras).





Año cero en Cirenaica





No es sorprendente que el levantamiento haya comenzado en Bengasi, que quedó fuera de toda estrategia de desarrollo, en una región, Cirenaica, con una infraestructura absolutamente pésima en comparación con Tripolitania.



Ahora el oficialmente llamado Jamahiriya, «el Estado de las masas», está a punto de derrumbarse. Es año cero en Cirenaica. Es imposible dejar de recordar los primeros días de Iraq «liberado» en abril de 2003. El Estado ha desaparecido. Comités populares, grupos islámicos, y bandas armadas controlan ahora territorios enteros. Nadie sabe cómo se desarrollará esto o lo que pueda suceder después de la batalla de Trípoli (suponiendo que la oposición pueda obtener algún armamento pesado serio). Una fuerte posibilidad es la emergencia de territorios tribales auto-gobernados controlados por las tribus, como en Afganistán y Somalia o, de hecho, que regiones enteras se independicen, a pesar de los esfuerzos de la oposición en el exilio por disipar esos temores.





Antes de eso, como ha advertido Gadafi, correrá la sangre. La fuerza aérea está controlada directamente por el clan Gadafi. Además, dos de sus hijos están en posiciones clave: Moutassim es jefe del Consejo Nacional de Seguridad y Khamis es comandante de una brigada de fuerzas armadas. El ejército tiene 150.000 soldados. Los máximos comandantes militares tienen todo que perder si no apoyan a Gadafi. Según los mejores cálculos, Gadafi todavía podría contar con 10.000 soldados. Para no hablar del ejército mercenario «africano negro» pagado en oro, en su mayoría insertado en Libia a través de Chad.





Sea lo que sea lo que emerja de este volcán, cuesta imaginar una Libia no fracturada siguiendo líneas tribales. Es justo decir que la juventud libia tribal que salió a las calles a luchar contra el régimen armado de Gadafi considera la mentalidad tribal como la peste. No desaparecerá de un día para otro. Sin embargo, la mejor esperanza posible bajo las difíciles circunstancias, con la amenaza de una crisis humanitaria y el espectro de la guerra civil, es que Internet impulse al país a una era post tribal. Antes de eso, debe caer un búnker.





Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su último libro es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com.



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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MB26Ak05.html