Nos mudamos a Dossier Geopolítico

30 de agosto de 2011

La lección de Libia para los Latinoamericanos




Hasta febrero de este año parecía que el hombre fuerte de Libia: Muamar el Gadafi, el “guía” de la Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista nombre oficial del Estado de Libia, que había logrado superar los embate de las revoluciones árabes en el norte de África y en Oriente Medio que derribaron a “dos viejos dictadores seudos democráticos”: Ben Ali de Túnez y Hosni Mubarak de Egipto ambos apoyados por los EE.UU. y Europa en Túnez y Egipto respectivamente, que cumplían ampliamente con el un brutal pero sencillo ejercicio de la realpolik de las potencias occidentales: individuos que recurren a métodos repugnantes y son éticamente detestable, pero que enfrenta a nuestros enemigos con mucha eficacia, y eso nos viene tan bien que resulta razonable hacer la vista gorda ante sus desmanes.



Otro detalle no menor, que diferenciaba a los regimenes egipcio y tunecino, era que el Libio se basaba en una tribucracia (gobierno de las tribus) que fue el sistema que funciono durante los últimos 40 años y que antes de la invasión occidental había logrado que “la Libia de Gadafi era el único país africano con un índice de desarrollo humano similar al de cualquier país de Europa, con un ingreso per cápita aproximadamente de unos 13.000 dólares estadounidenses, una esperanza de vida al nacer de 77 años, una población de apenas 6.530.000 habitantes en un basto territorio con 1.759.540 km², con un índice de pobreza que no llegaba al 5% y tenía una tasa de alfabetización del 83%. Además Libia tenia un jugoso producto interno bruto de unos $ 76.557.000.000(1).



Pero Gadafi había cometido un gravísimo acto de indisciplina para la triada occidental al poner trabas a la negociación con empresas de capital norteamericano e ingles para extraer sus recursos energéticos (solo actuaban secundariamente), había abierto el juego a compañías petroleras chinas y lo mas grave era su idea de abandonar el patrón dólar para sus transacciones internacionales y a los ojos de los poderes mundiales tradicionales con la crisis financiera actual era demasiado.



Allí empezó la demonizacion de Gadafi y “espontáneamente” aparecieron grupos rebeldes que rompieron con el tradicional equilibrio de poder en especial en la zona de la Cirenaica con centro en Benghazi y aquí el primer movimiento: durante varios días la “prensa seria” se hizo eco de informaciones del accionar del ejercito libio asesinando a cientos de pacíficos manifestantes (en general las denuncias las generaban ONG de DDHH de dudoso origen), pero fueron transmitida como datos ciertos; ello fue así hasta que ingresaron periodistas independientes y de la cadena Telesur de Venezuela, que demostraron que los supuestos ataques contra la población civil por parte de aviones y tanques eran falsos y que los “pacíficos manifestantes” o “rebeldes” se paseaban por la calles de Benghazi en tanques y con armas automáticas, adquiridas en sus ataques a cuarteles de la Ciudad.



Luego en un segundo movimiento: las potencias occidentales encabezadas por Inglaterra y Francia apoyadas por EE.UU., iniciaron presiones en el consejo de seguridad de la ONU para que se estableciera un mandato para impedir la utilización del espacio aéreo libio por parte de las fuerzas del estado libio y bloqueo de las costas para impedir la llegada de armas a las fuerzas gadafistas (resolución de la ONU que no contó con la aprobación de China y Rusia); igual con este “mandato” la OTAN inicio las operaciones militares para dar cumplimiento al nuevo modelo de ingerencia en asuntos internos de otros estados que establecieron recientemente con el “principio” basado en “su” “responsabilidad de proteger”(¿?), que se abrogan unilateralmente las viejas potencias colonialistas europeas y con ello dieron inicio a la operación “Odisea del Amanecer” (que hasta el viernes de la semana pasada representaban 20.000 vuelos sobre Libia y mas de 7500 ataques al suelo); a pesar del bloqueo, los ataques aéreos y misilisticos, los “rebeldes” no lograban avanzar y quedo el país dividido en dos grandes zonas la Tripolitana con su capital en Trípoli (tribus gadafistas) y la Cirenaica con capital en Benghazi (tribus antigadafistas).



Y aquí entra en juego el tercer movimiento y es la participación directa de EE.UU. en el conflicto, para romper el equilibrio inestable del mismo (que a la larga redundaría en la victoria de los gadafistas de continuar así), “reorganizando” a los rebeldes con la incorporación de mercenarios y de grupos islamistas fundamentalistas como al Qaeda, sumando el apoyo de las petro-monarquías de Qatar y de Emiratos Árabes, más, apoyo logístico, armamentístico, y de bombardeos puntuales (utilización los “drones” aviones a control remoto sin tripulantes), e instalando la nueva “doctrina militar que defiende el nuevo director de la CIA, el general de Ejército David H. Petraeus. La guerra la hacen los correspondientes “nativos”, mientras que Washington se limita a prepararlos para tal operación y a lo mejor sólo interviene con su aviación y/o su armada, pero ya no con tropas terrestres, tal y como ocurrió en Irak y Afganistán” (2). De esto podemos concluir que en el aspecto militar EE.UU. sigue manteniendo un poder unilateral a nivel global. Y profundizando el uso del arma que más éxito le ha dado en los últimos años para legitimar sus guerras: las cadenas mediáticas, gracias a ellas han logrado desinformar a gran parte de la población mundial, tergiversando la información y armando un escenario que nada tiene que ver con la verdad sino con sus intereses. Esta concentración que se profundizo en los 80 y que ha continuado hasta ahora, nos lleva a afirmar que la concentración de medios en pocos magnates con lleva a una menor libertad de información, y además a afirmar que los grupos mediáticos están interrelacionados económicamente con el complejo industrial militar tecnológico norteamericano (CNN International se puede ver en 212 países, con una audiencia diaria de mil millones a nivel mundial o el Imperio de Murdoch incluye Inglaterra, Australia, START TV en Asia, FOX, NBC etc.).


Sorpresivamente el status quo bélico se rompió y fuerzas rebeldes ingresaron a Trípoli poniendo en fuga a Gadafi y sus seguidores, la realidad es que la OTAN con apoyo de USA actuaron directamente y las imágenes de los rebeldes libios que tomaron la capital del país formaron parte de un escenario teatral más que real. Pues jóvenes sin experiencia militar jamás hubieran logrado derrotar a un ejército profesional por más debilitado que estuviera, la falsificación mediática llego al extremo de utilizar actores para interpretar la captura del hijo de Gaddafi, Seif el Islam. “Todo el mundo vio como los rebeldes detenían al hijo del coronel”, la noche siguiente, el propio Seif el Islam apareció sano y salvo ante los periodistas extranjeros para desmentir la información sobre su arresto. Pero la imagen de la derrota del régimen gadafistas ya estaba instalada y 11 países reconocieron a los rebeldes como los nuevos dueños del País. (3).



Esta historia de una muerte anunciada, nos debe llevar a reflexionar como actúa el mundo capitalista occidental atlantista en crisis y los sudamericanos debemos tomar debida nota de esta realidad, especialmente después del éxito de la operación OTAN-USA para poner en “orden” el norte de África, e instalar la cabeza operativa del Comando África (AFRICOM), con facilidades portuarias en Libia y controlar los recursos energéticos tan necesarios para sus debilitadas economías especialmente las Francesa e Inglesa.



Ahora sabemos que los nuevos argumentos intervencionistas se basaran en la teoría del Derecho de Proteger y el arma mediática allanara el camino para su aplicación. Latinoamérica es un gigantesco espacio apetecible a los intereses de las potencias de la triada y sobre esta dramática experiencia la UNASUR y el Consejo de Defensa Sudamericano con su CEED, deben establecer doctrinas para garantizar la paz y la prosperidad de nuestra región.-



Lic. Carlos Pereyra Mele


Fondo de la Cultura Estratégica de Rusia





(1) Articulo “El Coronel no tiene quien le escriba”, Lic. Juan Manuel Lozita


(2) Alerta para los países del ALBA por el modelo libio: http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=5245


(3) Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/internacional/issue_28811.html


28 de agosto de 2011

La OTAN que bombardea Libia sostiene que defiende a los demócratas contra los tiranos




¿Cuán cierto es eso?



Imagen: Rebelde amenaza a prisioneros



Hasta el 28 de julio el comandante en jefe de las fuerzas armadas rebeldes era el general Abdul Fatah Younis, quien llegó a ser el número dos de Gadafi, a quien acompañó desde su golpe el 1 de septiembre de 1969 hasta el 22 de febrero en que dimitió del cargo de ministro de defensa.


Él, quien ha estado involucrado en todos los horrores que se le atribuyen al régimen contra sus opositores, fue asesinado presumiblemente por otros rebeldes que se quisieron vengar de la represión que éste comandó contra sus camaradas islamistas.



El presidente del gobierno transitorio es Mustafá Abdul Jalil, quien fue hasta febrero el ministro de justicia de Gadafi, quien avaló a dicha dictadura y fue co-responsable de proscribir el idioma de los bereberes (la principal minoría étnica no árabe de Libia).



La forma en la cual Younis fue muerto y en la cual Jalil arbitrariamente echó a todo su gabinete el 8 de agosto muestra las enormes tensiones internas y la forma nada democrática en la cual se basa este gobierno supuestamente dependiente de un Consejo Nacional de Transición con representantes de distintas regiones ‘liberadas’.



Los dos principales países árabes que enviaron fondos, armas, aviones y presumiblemente soldados para apoyar a los rebeldes son Qatar y Emiratos Unidos, dos petro-monarquías autoritarias que han despachado tropas para sofocar el movimiento democrático de Bahréin, cuyo reino tiránico acaba de reconocer al Consejo transitorio como el nuevo gobierno libio.


Qatar donde están prohibidos los partidos, las elecciones y los sindicatos ha tenido efectivos participando en las batallas de Libia.



Por otra parte, mientras en Túnez y Egipto las dictaduras cayeron en manos de levantamientos populares, en Libia la única razón por la cual los insurgentes no han sido derrotados y han avanzado es por haber recibido armas, dinero, entrenadores y apoyo de bombas de parte de la OTAN, la misma que, a cambio, querrá mejores contratos para sus petroleras.



Lo único que une a los rebeldes es su odio contra Gadafi. Por el momento el comando del Consejo Transitorio son oficiales que estuvieron con el tirano hasta febrero y que no querrán una mayor investigación de sus crímenes. También en la coalición está un popular abogado pro-derechos humanos en Bengazi (Abdul Hafiz Ghoga) y otros movimientos que intentaron deponer a Gadafi en los noventas (ya sea bajo financiamiento de la CIA o ligados a Al Qaeda o a la Hermandad Musulmana).



Las tribus de Tripolitana muestran un resentimiento contra las del centro y oeste que apoyaron a Gadafi. De estos sectores es donde salieron miles de guerreros santos que fueron a pelear en Afganistán y otros países por la causa de la Al Qaeda. Allí se incubó el Grupo de Combate Islámico Libio (ligado a Bin Laden) de cuyas entrañas, o las del Comando fundamentalista 17 de Febrero, parece haber salido el asesino del general Younis.





  • Isaac Bigio es analista internacional. Ha enseñado ciencias políticas en la London School of Economics & Political Sciences. http://www.bigio.org


Videos: Los "Rebeldes" en Libia son en realidad mercenarios y asesinos a sueldo, la desinformación:


http://www.youtube.com/watch?v=41Y-iMMQ520



27 de agosto de 2011

LA PLUTOCRACIA CAPITALISTA EN CRISIS




por Denes Martos


http://www.denesmartos.com.ar




La "perestroika" capitalista


En los últimos años el Imperio norteamericano viene debilitándose progresivamente en un proceso que, lo quiera uno o no, hace recordar el también progresivo colapso de la URSS. Sin embargo, la enorme diferencia de este proceso se da en dos planos.


Por un lado, el capitalismo, dada su incomparablemente mayor flexibilidad operativa, flexibilidad que en buena medida proviene de su hipocresía inveterada, tiene una curva de decaimiento mucho más prolongada que el comunismo. Por el otro lado, el comunismo, si bien nunca abdicó realmente – al menos en teoría – de sus aspiraciones internacionalistas y universales, con Stalin y después de él terminó sustentándose en una cadena de partidos social-marxistas locales de los cuales los estrechamente digitados desde Moscú no representaron siempre ni necesariamente la fuerza más relevante.


De este modo, mientras la crisis del capitalismo norteamericano, debido a sus ramificaciones financieras globales concretas, produce oleadas en todo el mundo, el colapso del marxismo soviético solo dejó sin reaseguro y apoyo organizativo a los marxistas combativos que fueron rápidamente suplantados por una nueva generación de "combatientes intelectuales" quienes, "periodismo militante" mediante, se han volcado ahora a esquemas trotskistas y gramscianos. Con dos grandes ventajas:



1)- el trotskismo nunca ejerció significativamente el poder por lo cual se considera libre de la refutación objetiva sufrida por el marxismo-leninismo tradicional y


2)- el gramscismo, con su inversión de prioridades que pone a la "revolución cultural" por delante y antes de la "revolución política" es, no sólo una estrategia mucho más coherente que la del alzamiento armado dirigido por una "vanguardia revolucionaria" supuestamente encargada de insuflarle la "conciencia de clase" a "las masas" sino que, además, se presta mucho mejor y con más facilidad a la erosión de un capitalismo en serios problemas. Sobre todo si tenemos en cuenta la casi increíble facilidad de penetración cultural y de difusión que ofrecen las nuevas tecnologías informáticas entre las cuales se destaca, por supuesto, la Internet y todo lo que con ella se relaciona.



El declive norteameriano



En otro orden de cosas, el debilitamiento de los EE.UU. puede constatarse también por la regla de la ciencia política que establece que, al no existir vacíos de poder permanentes en materia política, la pérdida de poder de un organismo político es rápida – por no decir casi inmediatamente – compensada por el aumento de poder de otros organismos políticos. Así, frente al progresivo debilitamiento de los EE.UU. podemos constatar un fortalecimiento innegable, y ya inocultable, de países como China, India o Brasil.



¿Perderán en este proceso los EE.UU. totalmente su poder mundial? Es poco probable, por más que esto parezca contradecir lo anteriormente expresado. Con alta probabilidad, la pérdida de influencia económica real de los EE.UU. será principalmente financiera, lo cual, en última instancia, no hará más que confirmar su ya evidentemente menor peso en la economía productiva real: a fines de la Segunda Guerra Mundial la producción industrial norteamericana representaba el 44% de la producción mundial mientras que hoy apenas si llega al 20%. Naturalmente, no debe pasarse por alto que estos porcentajes representan, como queda dicho, la producción industrial concreta. No reflejan, en absoluto, la dependencia que esa producción industrial tiene del mundo financiero, dónde el dólar norteamericano ha servido – y sirve todavía, mal que bien – de moneda internacional, entre otras cosas precisamente para la adquisición de la mayor parte de esa producción de bienes y servicios a escala mundial.



Los ciclos que se cierran


Analizando la situación desde otro ángulo, tampoco es posible pasar por alto que, muy probablemente, los EE.UU. y el mundo entero se encuentran en una encrucijada de ciclos muy compleja que no sólo influye sobre la muchas veces señalada característica cíclica del capitalismo sino también sobre otros procesos más amplios y genéricos.


Tenemos, por de pronto, que el ciclo económico de 40 años estudiado por Nikolai Kondratiev está llegando a su fin precisamente por estos tiempos, siendo que el actual comenzó allá por los años '70 del siglo pasado. El otro período, algo menos conocido en el ámbito económico, es el megaciclo de 200 a 250 años que llegó por última vez a su punto culminante en ocasión de la Revolución Francesa de 1789. Y, por si esto fuera poco, también es bastante probable que estemos al final de otro gran período que la Historia registra aproximadamente cada 2.000 años y como consecuencia del cual las culturas y las civilizaciones se enfrentan con la necesidad de revisar sus valores, sus estilos de vida – en suma: sus cosmovisiones – planteándose, ya sea una estructura política, social y cultural completamente nueva, o bien un necesario y temporal "paso atrás" hacia la última base firme y sólida que puedan encontrar en sus tradiciones para, desde allí, intentar un avance hacia nuevas fronteras.


El capitalismo, y después de la Segunda Guerra Mundial especialmente el norteamericano, constituye una de las construcciones más destructivas de la Historia de la humanidad. En el transcurso del megaciclo de sus aproximadamente 250 años de existencia el capitalismo se ha convertido en un aparato mundial capaz de sacrificar sobre el altar de la codicia y las ganancias todo el tejido de relaciones sociales que hace funcionar a la sociedad humana en absoluto y, además, también todo el ecosistema que sostiene la vida de los seres humanos del planeta. Lo trágico es que, alimentado por el constante y espectacular desarrollo tecnológico, este aparato es completamente incontrolable mediante las herramientas que tienen a su disposición los regímenes político-institucionales actuales.



La plutocracia y las dos Norteaméricas


En lo que a los EE.UU. se refiere, lo que hay que entender de una vez por todas es algo que no me he cansado y no me cansaré de repetir: los EE.UU. no son una democracia. Constituyen una plutocracia. Analizando la situación en profundidad hasta puede llegar a decirse que, en cierto modo, son ambas cosas a la vez. Porque lo que sucede, si uno cala hondo en la realidad norteamericana, es que se descubren dos Norteaméricas. Existe un Estados Unidos nacional, que es un Estado-Nación común y corriente, y existe otro Estados Unidos global, que es un Estado Imperial con ambiciones de hegemonía mundial. Ambos Estados, sin embargo, se hallan superpuestos y unidos por un mecanismo de poder que les hace compartir el mismo presupuesto y, en esto, el estrato plutocrático que tiene en sus manos el verdadero poder – el poder del dinero – ha dispuesto las cosas de tal manera que el Estado Nacional debe cubrir buena parte de las necesidades del Estado Imperial.


De este modo, el Estado Nacional norteamericano tiene que financiar en gran medida las aventuras del Estado Imperial como, por ejemplo, la guerra de Irak, la de Afganistán y, en el futuro, quizás la de Irán. Con dos agregados que no son menores:



1)- que la parte de las necesidades que no cubre el Estado Nacional norteamericano la cubren los Estados más o menos vasallos de los EE.UU. con lo cual los norteamericanos no cosechan precisamente las simpatías del mundo político internacional y2)- que la enorme mayor parte de las aventuras del Estado Imperial norteamericano ni siquiera están siempre y necesariamente al servicio del propio pueblo norteamericano sino que prácticamente siempre se disponen, ya sea en beneficio de la élite plutocrática realmente decisiva y gobernante, o bien en beneficio de un Estado aliado como lo es el de Israel.



De modo que no solamente buena parte del esfuerzo imperial recae sobre el Estado Nacional norteamericano – o, lo que es lo mismo, sobre el pueblo norteamericano – sino que, en tiempos de crisis como los actuales, el Estado Imperial presiona sobre los estratos más vulnerables del pueblo norteamericano para exprimir de ellos más recursos y más disponibilidades, porque los necesita para ayudar a solventar su aventura imperial. De este modo, los gastos crecen de modo exponencial y, mientras mayores sean las dificultades del imperio, más brutales tienen que volverse la plutocracia y sus socios para explotar a sus vasallos nacionales e internacionales. Es tan sólo lógico que, frente a esta brutalidad expoliadora, comiencen a generarse en el mundo entero fuerzas contrapuestas que buscan sustraerse a la hegemonía norteamericana y al papel de proveedores de las necesidades globales del Estado plutocrático norteamericano.



Para superar este callejón sin salida, los EE.UU. tienen solamente dos opciones: o bien se deciden a buscar un real acuerdo con otros factores políticos internacionales, o bien se deciden por un conflicto militar y económico permanente a escala planetaria. El problema para los decisores norteamericanos es que, en cualquiera de los dos casos, perderán poder. Si se deciden por la estrategia del conflicto permanente, los recursos necesarios para llevarla a cabo no solamente serán cada vez mayores sino, además, cada vez más caros; con lo cual la estrategia tiene un límite cierto y, además, corre el enorme riesgo de estrellarse en una victoria pírrica. Si, por el contrario, se deciden por un acuerdo a nivel internacional, los norteamericanos tarde o temprano tendrán que renunciar al nivel de vida que artificialmente han obtenido ya que, en el marco de un acuerdo así, difícilmente EE.UU. logre continuar "aspirando" los recursos de sus actuales vasallos tributantes externos.


Para dichos vasallos una retirada como ésa de los EE.UU. puede, ciertamente, significar una "liberación" política; pero también significará que quedarán librados, al menos en gran medida, a su suerte y a sus propias fuerzas – vale decir: a su propia producción y a su propia moneda – sin el apoyo de la tecnología norteamericana que no han desarrollado y sin las posibilidades del comercio internacional que hoy mal que bien usufructúan y para las cuales tampoco han desarrollado una estructura financiera adecuada.



En cualquiera de los dos casos, uno de los mayores factores de conflicto interno en los EE.UU. lo constituirá – como que ya lo está constituyendo – su propia clase media culturalmente idiotizada. Este estrato social sencillamente todavía no es consciente de que su nivel de vida actual se halla casi tres veces por encima de lo que realmente le correspondería por su producción real. En esto procede casi exactamente igual que la nomenklatura marxista soviética que seguía declamando especulaciones dialécticas teóricas mientras se resistía a darse cuenta de que estaba sentada sobre una estructura económica al borde del colapso total. Si los chinos y los cubanos tuvieron que aprender de la experiencia rusa – aunque los primeros lo hayan hecho por iniciativa propia y los segundos a regañadientes – los norteamericanos están prácticamente condenados a aprender por experiencia propia. En este aprendizaje, que será durísimo sin lugar a dudas, no es para nada imposible que el "sueño norteamericano" se convierta para la burguesía de los EE.UU. en una verdadera "pesadilla norteamericana" a mediano y largo plazo.



El "modelo" argentino


El problema está en que la pesadilla norteamericana puede fácilmente adquirir las características virales de una enfermedad muy contagiosa. Y en este sentido, la fantasía infantil de que la Argentina "está blindada" frente a un derrumbe financiero internacional no es más que una expresión de deseos condenada a darse un fenomenal porrazo.


Por de pronto, los datos objetivos que hacen a la economía argentina no son nada tranquilizadores por más que mis amigos economistas tratan de hacer malabarismos con algunos números para tranquilizarnos porque lo que en realidad temen es el peligro de que se produzca el fenómeno de la profecía autocumplida. Lo concreto, en todo caso es que, por ejemplo, la soja, que en la época de De la Rúa estaba a U$S 160 la tonelada hoy bordea los U$S 500 y el dólar norteamericano por el que De la Rúa tenía que pagar 2,50 Reales brasileños para comprar uno, hoy Cristina lo puede comprar poniendo solamente 1,60 Reales sobre la mesa.


Eso, claro, nos beneficia. Pero ni es mérito nuestro, ni tampoco está garantizado que dure. No es mérito del "modelo" que la soja tenga el precio que tiene, ni tampoco el dólar barato del Brasil es producto de las improvisaciones a los manotazos de la política económica kirchnerista basada en subsidios. Si el precio de la soja baja y el Real brasileño se debilita – como no es irracional suponer que puede suceder en un mundo financieramente caótico – alguien va a tener que levantar el teléfono para decirle a nuestra estimada presidenta: "Cristina, estamos en problemas".



En realidad, mayorías electorales aparte, la verdad es que ya estamos en problemas aunque el triunfalismo electoral y el fútbol para todos sirvan de cortina de humo para disimularlo. Los subsidios, explícitos o encubiertos, y los gastos "a la Schoklender" empujan el gasto público de la Argentina hacia niveles que la producción real y los ingresos reales ya no pueden cubrir. Para decirlo en los términos de la cuenta del almacenero: gastamos más, mucho más, de lo que ingresa. Mis amigos economistas pueden decir lo que quieran, pero a mí esto me suena peligrosamente similar a lo que pasó con la convertibilidad.



Es cierto que en materia de deuda estamos algo mejor, aunque más no sea por la sencillísima razón de que nadie está tan rematadamente loco como para prestarnos nada. Pero dibujando los números del INDEC para disfrazar el valor de los papeles emitidos, manoteando los fondos del ANSES y del Banco Central para financiar subsidios, manipulando exportaciones a las trompadas para sostener un poco al mercado interno mientras se pone a la no tan grande producción nacional bajo una presión impositiva infernal para tener algo de caja, tampoco alcanza ya. Y los que tienen algo de dinero lo saben. Por algo la fuga de divisas, aun en un mundo completamente convulsionado, está llegando a niveles récord. Si hoy alguien prefiere tener dólares y no pesos, estando el dólar amenazado como está, eso a mí me dice que ese alguien todavía recuerda lo que le pasó con el corralito y se cubre por las dudas.



Realidades y teorías


Sea como fuere, tal como lo veníamos previendo desde hace ya algunos años, el sistema capitalista está crujiendo por los cuatro costados. Hemos llegado a tal punto que un error realmente grave, uno de esos errores monumentales que a veces se producen en la Historia por la codicia, la ambición, la terquedad y – no en última instancia – por la estupidez de los actores principales, puede conducir a un colapso de dimensiones catastróficas. No es seguro que así suceda. Ni siquiera es inevitable que ocurra. Pero puede ocurrir.


El mundo ya percibe que el Imperio capitalista, única potencia mundial sobreviviente al colapso de su contracara gemela comunista, está en problemas. Por eso es que se producen las estampidas financieras. Todo el mundo está a la búsqueda de un salvavidas; llámese éste el oro, el franco suizo o algún otro clavo ardiendo que sirva para agarrarse.


En este escenario, hay dos cosas que los políticos de verdad y con auténtica vocación deberían considerar y analizar muy en profundidad.



En primer término, es realmente hora de pensar en alternativas políticas serias a la democracia liberal y al colectivismo marxista, ideas ambas que ya llevan mucho más que un siglo de atraso respecto de las necesidades y características del mundo actual. Y, como ya fuera sugerido más arriba, para la elaboración de estas alternativas solamente caben dos estrategias. O bien creamos una forma de organización sociopolítica completamente nueva, pero posible y viable, que despierte entusiasmos y sume voluntades. O bien retrocedemos hasta las últimas bases sólidas que podamos encontrar en nuestra Historia y construimos – o reconstruimos – a partir de esa base, toda la estructura de nuestras sociedades teniendo en cuenta y aceptando que esa última base sólida puede no ser, como que de hecho muy posiblemente no será, la misma para todos los organismos etnoculturales y para todos los organismos políticos del planeta.



En segundo término, pero no en última instancia, quienes quieran sobrevivir al desbarajuste producido por una conjunción de ciclos críticos y gruesos errores no admitidos como tales, tienen que saber que más allá de las complejidades de la economía y las finanzas, la vida se sostiene en última instancia gracias a unos pocos elementos esenciales. A menos que creamos en milenarismos apocalípticos o en profecías quiliásticas, tenemos que saber que, después de toda anarquía, la vida siempre renace, se reconstituye y se vuelve a encarrilar. Y para ello lo que la vida necesita en forma indispensable es disponer de elementos esenciales tales como la tierra, la comida, el agua y el aire. Más allá de infantilismos ecologistas esgrimidos con fines políticos y más allá de toda la tecnología industrial y su pasión por las innovaciones, los elementos básicos que la vida requiere son hoy los mismos que requería hace millones de años atrás.


Podremos inventar todas las teorías que se nos ocurran. De hecho, a lo largo de nuestra Historia hemos inventado centenares de ellas.


Pero, para desgracia de muchos ideólogos y teóricos, la vida no se rige por teorías sino por realidades concretas.

Y cuando la realidad concreta contradice a la teoría, lo único razonable que cabe hacer es desechar la teoría irreal. Porque escapar de la realidad concreta es imposible.-

26 de agosto de 2011

Bienvenidos a la "democracia" en Libia




Prisioneros de los “rebeldes”, asesinados con las manos maniatadas



Bienvenidos a la "democracia" en Libia



Por Pepe Escobar


Asia Times Online



El Gran Gadafi apenas ha abandonado el edificio –el complejo Bab-al-Aziziyah– y los buitres occidentales ya rondan en lo alto; ha comenzado la rebatiña por apoderarse del “gran premio” – la riqueza libia de petróleo y gas. [1]



Libia es un peón en un tablero de ajedrez ideológico, geopolítico, geo-económico y geoestratégico serio en la misma medida en que una obra de teatro de moralidad pedestre es como un reality show televisivo; los “rebeldes” idealistas ganan contra el Enemigo Público Número Uno. Otrora el enemigo público fue Sadam Hussein, luego fue Osama bin Laden, ahora es Muamar Gadafi, mañana será el presidente Bashar al-Asad en Siria, algún día será el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad. El enemigo no será nunca la ultra-reaccionaria Casa de Saud.



Cómo ganó la guerra la OTAN.


A pesar de la espectacular reaparición del hijo de Gadafi, Saif al-Gadafi, virtualmente la OTAN ganado la guerra civil libia (o “actividad militar cinética”, según la Casa Blanca). Las masas del “pueblo libio” fueron espectadoras en el mejor de los casos, o actores secundarios en forma de unos pocos miles de “rebeldes” con kalashnikovs.



El actor principal fue R2P (“responsabilidad de proteger”). Desde el principio R2P, dotada de personal por Francia y Gran Bretaña y respaldada por EE.UU., se convirtió en el cambio de régimen como por arte de magia. Eso llevó a que las estrellas no debidamente reconocidas en esta producción hayan sido “asesores” occidentales y árabes monárquicos, como cuando se habla de “contratistas” o “mercenarios”.


La OTAN comenzó a ganar la guerra al lanzar la Operación Sirena en Iftar –la ruptura del ayuno de Ramadán– el sábado pasado por la noche, tiempo de Libia. “Sirena” fue el nombre de código de una invasión de Trípoli. Fue la última –y desesperada– estratagema de la OTAN, porque los caóticos “rebeldes” no habían llegado a ninguna parte después de cinco meses de combate contra las fuerzas de Gadafi.



Hasta entonces, el plan A de la OTAN era intentar matar a Gadafi. Lo que los porristas de R2P –de izquierdas y derecha– habían bautizado de “permanente desgaste por la OTAN” terminó por ser una plegaria por tres resultados: Gadafi muerto, Gadafi se rinde, Gadafi huye.


No significa que nada de esto haya impedido que las bombas de la OTAN cayeran sobre casas privadas, universidades, hospitales o incluso cerca del Ministerio de Exteriores. Todo –y todos– eran objetivos.


“Sirena” incluía un pintoresco reparto de “rebeldes de la OTAN”, fanáticos islamistas, crédulos periodistas empotrados, turbas amigas de la televisión y jóvenes de Cirenaica manipulados por oportunistas desertores del régimen de Gadafi a la espera de generosos cheques de los gigantes petroleros Total y BP.



Con “Sirena”, apareció la OTAN a tiro limpio (literalmente). Helicópteros artillados Apache disparando ininterrumpidamente y cazabombarderos atacando todo. La OTAN supervisó el desembarco de cientos de soldados de Misrata en la costa este de Trípoli, mientras un barco de guerra de la OTAN distribuía armamento pesado.



Solo el domingo pueden haber muerto 1.300 civiles en Trípoli y por lo menos 5.000 heridos. El Ministerio de Salud anunció que los hospitales están desbordados. Todo el que seguía creyendo que los implacables bombardeos de la OTAN tenían algo que ver con R2P y la Resolución 1973 de las Naciones Unidas está viviendo en una unidad de cuidados intensivos.



La OTAN precedió a la “Sirena” con masivos bombardeos de Zawiya –la crucial ciudad refinadora de petróleo a 50 kilómetros al oeste de Trípoli-. Eso cortó los suministros de petróleo de Trípoli. Según la propia OTAN, por lo menos la mitad de las fuerzas armadas de Libia resultaron “degradadas” –jerga del Pentágono para muertas o gravemente heridas. Eso significa decenas de miles de muertos. Eso también explica la misteriosa desaparición de los 65.000 soldados a cargo de la defensa de Trípoli. Y también explica en gran parte por qué el régimen de Gadafi, en el poder durante 42 años, se ha derrumbado en unas 24 horas.



El llamado de Sirena de la OTAN –después de 20.000 ataques aéreos, y más de 7.500 ataques contra objetivos terrestres– sólo fue posible gracias a una decisión crucial del gobierno de Barack Obama a principios de julio, posibilitando, como informó The Washington Post, “el hecho de compartir materiales más delicados con la OTAN, incluyendo imágenes e interceptaciones de señales que pueden suministrarse a las fuerzas de operaciones especiales británicas y francesas en el terreno fuera de los pilotos en el aire”.


Esto significa que, sin los conocimientos de poder de fuego sin igual, satélites y drones del Pentágono, la OTAN todavía estaría involucrada en la Operación Cenagal para Siempre –y el gobierno de Obama no podría aprovechar una importante victoria en este drama “cinético”.



¿Quiénes son éstos?


¿Quiénes son éstos que repentinamente estallaron de alegría en las pantallas de las televisiones estadounidenses y europeas? Después de las sonrisas ante las cámaras y los disparos de kalashnikovs hacia el cielo, hay que prepararse para grandes fuegos artificiales fratricidas.


Es seguro que estallarán problemas étnicos y tribales. Muchos de los bereberes de las montañas occidentales, quienes entraron Trípoli desde el sur este último fin de semana son salafistas de la línea dura. Lo mismo en la nebulosa de Hermandad Musulmana/salafistas de Cirenaica, que han sido instruidos por los hombres de la CIA. Aunque estos fundamentalistas “utilizaron” a los europeos y estadounidenses para aproximarse al poder, pueden convertirse en una horrible fuerza de guerrilla si son marginados por los nuevos amos de la OTAN.



La gran “revolución” con base en Bengasi, presentada a Occidente como si fuera un movimiento popular, fue siempre un mito. Solo hace dos meses los “revolucionarios” armados eran apenas 1.000. La solución de la OTAN fue crear un ejército mercenario –incluyendo todo tipo de sujetos repugnantes, desde ex miembros de escuadrones de la muerte colombianos a reclutadores de Qatar y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) quienes buscaron a numerosos tunecinos desocupados y gente de tribus descontentas con Trípoli. Todos estos, aparte del escuadrón mercenario de la CIA –salafistas de Bengasi y Derna– y el escuadrón de la Casa de Saud –la banda de la Hermandad Musulmana.



Cuesta no recordar la pandilla de la droga de UCK en Kosovo –la guerra que “ganó” la OTAN en los Balcanes. O a los paquistaníes y saudíes, con respaldo de EE.UU., que armaron a los “combatientes de la libertad” de Afganistán en los años ochenta.



Y luego está el sospechoso reparto de personajes del Consejo Nacional de la Transición (TNC, por sus siglas en inglés) basado en Bengasi.


El jefe, Mustafa Abdel-Jalil, ministro de justicia de Gadafi desde 2007 hasta su renuncia el 26 de febrero, estudió la Sharía y derecho civil en la Universidad de Libia. Esto le permitirá habérselas retóricamente con los fundamentalistas islámicos en Bengasi, al-Baida y Delna pero podría utilizar sus conocimientos para defender sus intereses en un nuevo arreglo para compartir el poder.



En cuanto a Mahmud Jibril, presidente del consejo ejecutivo del TNC, estudió en la Universidad de El Cairo y luego en la Universidad de Pittsburgh. Es la conexión qatarí clave, al haber estado involucrado en la administración de activos para Sheikha Mozah, la esposa ultra influyente del emir de Qatar.


También está el hijo del último monarca de Libia, el rey Idris, depuesto por Gadafi hace 42 años (sin derramamiento de sangre); a la Casa de Saud le encantaría una nueva monarquía en el Norte de África. Y el hijo de Omar Mukhtar, el héroe de la resistencia contra el colonialismo italiano, un personaje más laico.




¿El nuevo Iraq?


Sin embargo, creer que la OTAN ganaría la guerra y dejaría que los “rebeldes” controlen el poder es un chiste. Reuters ya ha informado de que una “fuerza de transición” de unos 1.000 soldados de Qatar, los Emiratos y Jordania llegará a Trípoli para actuar como policía. Y el Pentágono ya está propagando que los militares de EE.UU. estarán en el terreno para “ayudar a proteger las armas”. Un toque hermoso que ya implica quién estará realmente a cargo: los neocolonialistas “humanitarios” más sus serviles agentes árabes.



Abdel Fatah Younis, el comandante “rebelde” asesinado por los propios rebeldes, era un agente de los servicios de inteligencia franceses. Fue eliminado por la facción de la Hermandad Musulmana, precisamente cuando el Gran Liberador Árabe Sarkozy estaba tratando de negociar una etapa final del juego con Said al-Islam, el hijo de Gadafi de la London School of Economics que ahora volvió de entre los muertos.



Por lo tanto los grandes ganadores son finalmente Londres, Washington, la Casa de Saud y los qataríes (enviaron jets y “asesores”, que ya están manejando las ventas de petróleo). Con una mención especial al complejo Pentágono/OTAN – ya que Africom finalmente establecerá su primera base en suelo africano en el Mediterráneo, y que la OTAN está a un paso de declarar que el Mediterráneo es “un lago de la OTAN”.



¿Islamismo? ¿Tribalismo? Podrían ser los males menores de Libia en comparación con una nueva fantasilandia abierta al neoliberalismo. Hay pocas dudas de que los nuevos amos occidentales no tratarán de resucitar una versión más amistosa de la corrupta, rapaz, Autoridad Provisional de la Coalición (CPA) de Iraq, convirtiendo a Libia en un sueño neoliberal de la línea dura de una propiedad total de los recursos libios, una repatriación total de beneficios, corporaciones occidentales con la misma posición legal que las firmas locales, bancos extranjeros que compran los bancos locales, y muy bajos impuestos a la renta y a las corporaciones.



Mientras tanto, la profunda fractura entre el centro (Trípoli) y la periferia por el control de los recursos energéticos se inflamará. BP, Total, Exxon, todos los gigantes petroleros occidentales serán recompensados con gratitud por el consejo de transición, en detrimento de las compañías chinas, rusas o indias. Las tropas de la OTAN en el terreno ayudarán ciertamente a mantener disciplinado y alineado al Consejo.



Los ejecutivos petroleros estiman que se tardará por lo menos un año hasta que la producción de petróleo vuelva a los niveles anteriores a la guerra civil de 1,6 millones de barriles por día, pero dicen que los beneficios anuales del petróleo podrían proveer a los nuevos gobernantes en Trípoli unos 50.000 millones de dólares al año. La mayoría de los cálculos indican reservas de petróleo de 46.400 millones de barriles, un 3% de las reservas mundiales y con un valor de unos 3,9 billones de dólares al precio actual del petróleo. Las reservas de gas conocidas son de unos 5 billones de pies cúbicos.


Por lo tanto R2P termina ganando. El imperialismo humanitario gana. Las monarquías árabes ganan. La OTAN como gendarme global gana. El Pentágono gana. Pero incluso eso no es suficiente para los habituales sospechosos imperiales, que ya llaman a desplegar una “fuerza de estabilización”. Y todo esto mientras los progresistas perdidos en la trama en una variedad de latitudes siguen saludando la Santa Alianza del neocolonialismo occidental, de las monarquías árabes ultra reaccionarias y de salafistas de la línea dura.


No habrá terminado hasta que cante la gorda señora árabe. En todo caso, hasta la próxima parada: Damasco.




Pepe Escobar es autor de “ Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .


(Copyright 2011 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved.)



Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Middle_East/MH24Ak01.html


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens




24 de agosto de 2011

Operación “Mermaid Dawn” II




Breve reporte sobre la situación en Libia II.




Fuerzas extranjeras jugaron un papel fundamental en la intensificación de la ofensiva de los rebeldes libios



Mientras tanto, están saliendo a luz más pruebas sobre la forma en que las tropas de la OTAN desempeñaron un papel fundamental en la ofensiva rebelde. Associated Press informa que equipos encubiertos de Francia, Gran Bretaña y algunos estados del este de Europa proporcionaron asistencia crucial. Asesores militares extranjeros en el terreno suministraron inteligencia en tiempo real a los rebeldes y les permitieron así maximizar su limitado poder de fuego. Un funcionario de Estados Unidos dijo que el Ejército qatarí abrió el camino, y se vio reforzado más tarde por asesores militares franceses, italianos y británicos. Los aviones armados no tripulados “Predator” también ayudaron a despejar el camino para el avance de los rebeldes.



Mientras los partidarios de los rebeldes celebraron en todo el país, muchos analistas sostienen que los combates podrían continuar durante semanas o meses. Hay muchas preguntas que siguen sin respuesta en relación a quién controla los vastos depósitos de armas de Libia.



Fuente: http://www.democracynow.org/es/2011/8/24/titulares#1





Operación “Mermaid Dawn”




Breve reporte sobre la situación en Libia.



¿Qué está pasando en Libia? Gaddafi se derrumba, su suerte parece estar sellada, los rebeldes han ingresado a Trípoli. Pero hasta hace poco tiempo la situación militar parecía estar estabilizada y las fuerzas que ganaban terreno eran las del gobierno. ¿Qué ha provocado este brusco revire de la situación?



Los mass-media occidentales nos sirven imágenes que ponen en evidencia la presencia de los insurgentes en la capital, pero no explican cómo se verificó el abrupto cambio de escenario. Según los reportes de la Red Voltaire y de Global Research hay una explicación bien clara a este fenómeno. Nos encontramos simplemente con un acto de guerra en gran escala protagonizado por la Otan. El sábado pasado a las 8 de la mañana la alianza desencadenó la operación “Amanecer de la Sirena”. Desde los minaretes de Trípoli se lanzó la consigna del levantamiento y los grupos “dormidos” infiltrados por el Consejo Nacional de Transición, (CNT), en la capital comenzaron a atacar puntos fuertes del gobierno, mientras aviones y drones franceses e ingleses bombardeaban los enclaves gubernamentales. Al día siguiente, desde un navío de la organización atlántica se desembarcaron armamento pesado y tropas jihadistas comandadas por oficiales europeos, intensificándose los combates. Helicópteros de la Otan ametrallaron las calles para abrir el paso a los insurgentes y las fuerzas atacantes abrieron el fuego contra un convoy que trasladaba a altos oficiales del gobierno. Hay miles de muertos y heridos. Los jihadistas, que han recuperado su estatus de “Freedom Fighters” que se ganaran en la época de la lucha contra los soviéticos en Afganistán, se aprestan ahora a lanzar el ataque definitivo contra el bunker de Ghaddafi, sin que nadie sepa a ciencia cierta si este se encuentra aun ahí, aunque todo parece indicar que es así.



Estamos frente a una intervención colonial lisa y llana, protagonizada en primer plano por Francia e Inglaterra, y respaldada por Estados Unidos. Hemos vuelto a los tiempos de las empresas imperialistas, que han mutado el lema de “la acción civilizadora” con que rotulaban sus expediciones dirigidas a esclavizar a las poblaciones consideradas como racialmente inferiores, por el de “la guerra humanitaria”, dirigida a “proteger” a los pueblos de los “tiranos” que los gobiernan. Este tipo de procedimiento arrancó con la guerra de los Balcanes, que culminó en la partición de Yugoslavia.



La desaparición de la Unión Soviética y la inexistencia de un poder bipolar ha soltado la mano a las potencias para poner en práctica las viejas técnicas colonialistas. Cuando en 1956 Francia y Gran Bretaña intentaron una empresa colonial del viejo género contra Egipto, en ocasión de la nacionalización del Canal de Suez por Gamal Abdel Nasser, París y Londres debieron retroceder como resultado de la amenaza de una represalia soviética y por orden del presidente Dwight Eisenhower, que no deseaba brindar una ocasión a la URSS de asentarse con más firmeza en el Medio Oriente, amén de que Estados Unidos tenía sus propias miras en esos lugares y no entendía permitir a sus socios que reconstituyesen su antiguo rol.



Ahora esa ecuación se ha eclipsado y los miembros europeos de la alianza atlántica, olvidada de su antigua misión defensiva frente al poderío militar del bloque del Este, se han puesto al servicio del proyecto hegemónico norteamericano, que también beneficia a sus socios menores. En Irak y Afganistán han jugado roles muy secundarios, pero en Libia su papel ha crecido, pues ese país está a tiro de piedra de sus costas y provee un abastecimiento petrolífero de primera calidad de sus industrias. Francia, por otra parte, ambiciona usar a la Jamairiya , con posterioridad a su desmembramiento con arreglo a las diferencias étnicas que la recorren, en su cabeza de puente hacia el África subsahariana, donde posee múltiples intereses.



“Sitio Perspectivas”



Columna en radio Nacional Mendoza:


Análisis político de Carlos Pereyra Mele sobre Libia y Kadafi:


http://www.youtube.com/watch?v=Cx3IQ2ikVKg






20 de agosto de 2011

EL OTRO ROSTRO DE LA GUERRA CONTRA LA DROGA EN MEJICO




Este tercer articulo que subimos a la Web sobre el tema de llamada “Guerra contra las Drogas” que tiene como principal jugador a los EE.UU., lo venimos monitoreando por las graves consecuencias que la misma esta causando en nuestra región, ya planteamos que el tema de la lucha contra las drogas es una estrategia diseñada por los poderes profundos de la republica imperial y que ningún presidente norteamericano se va atrever a cambiarla, por razones geopolíticas fundamentalmente y también por su importante arista económica-financiera que brinda este “negocio”. El 23 de julio publicamos “La droga herramienta geopolítica del imperio” (http://licpereyramele.blogspot.com/2011/07/la-droga-herramienta-geopolitica-del.html), posteriormente realizamos un nuevo informe con seis artículos publicados por diferentes fuentes informativas que demuestran el entramado de los narcos con las agencias norteamericanas que dicen combatirla (http://licpereyramele.blogspot.com/2011/08/la-droga-es-una-herramienta-geopolitica.html) y ahora publicamos este ultimo trabajo de el Dr. Barrios que integra el equipo de geopolíticos suramericanos que conformáramos recientemente y que pone blanco sobre negro del rol estratégico y geopolítico que tiene la “guerra contra la droga” por parte de los poderes reales de Estados Unidos.



Lic. Carlos Pereyra Mele



EL OTRO ROSTRO DE LA GUERRA CONTRA LA DROGA EN MEJICO



Cuando el Presidente Obama asumía como primer Presidente negro de los Estados Unidos se despertaba en el mundo una esperanza de diálogo y la posibilidad de articular políticas de cooperación mundial ante el fracaso del proyecto militarista de los neoconservadores, representados en Bush (h).



Incluso en América Latina, en la Conferencia desarrollada en Trinidad y Tobago, con la presencia de Obama, esa sensación tomó densidad. Allí, entre otras cuestiones el flamante Presidente de los EEUU, reconoció por primera vez, que el problema de la Droga de la cuál los EE.UU. es el primer país consumidor del mundo- era una cuestión de corresponsabilidad entre los países productores y los países consumidores. Por primera vez, un Presidente norteamericano desde la época de Nixon, no exportaba en forma unilateral hacia "afuera”, una problemática que los incumbe de lleno.



Las esperanzas, duraron como la ráfaga de un viento, ya que Obama ratificó de entrada en el aparato militar-industrial de los EEUU a los hombres claves de Bush(h) o sea del Partido Republicano, nos referimos a Robert Gates como Secretario de Defensa y a León Panetta como Jefe de la CIA.



La guerra contra los carteles impulsadas por el Presidente Felipe Calderón de Méjico, tienen una cara invisible o aparentemente "oculta", que no debemos perder de vista desde un enfoque geopolítico del crimen organizado, que pasa por el contrabando permanente y diario de armas desde los EEUU a los carteles de la droga, y en el fondo, una forma de estimular su economía. De nuevo, como siempre ocurrió a lo largo de la historia, la política de la doble Moral.



Hay un dato revelador que nos permite explicar este diagnóstico, desde el 2001 como consecuencia de la "guerra contra el terrorismo" promovido por los EEUU al resto del mundo, el Sector Privado de la Seguridad vinculado al complejo militar-industrial crece mientras la economía real implosiona.


Veintinueve Empresas norteamericanas se encuentran entre las 50 más importantes del mundo. Hasta el punto, que actualmente, la industria privada de la Seguridad ha dejado de ser una actividad económica secundaria para ubicarse entre los sectores más importantes a escala mundial. El crecimiento es tan espectacular que representa según estudios, la mitad del total de la industria automovilística, nada más ni nada menos.



La guerra contra el narcotráfico que se libra en Méjico desde el 2005-donde ya han muerto 30 mil personas- se ha convertido en un gran negocio para empresas de Seguridad estadounidense , compuesto por ex militares en su mayoría.



Datos del Senado de Estados Unidos indican que en un periodo de cuatro años, esas empresas han ganado 170 millones de dólares, a través de contratos con los Departamentos de Defensa y de Estado, según revela la cadena británica BBC Mundo.



De hecho, Méjico es el segundo país de América Latina donde más contratos se han realizado para asistir en la lucha contra el narcotráfico desde 2005, solo superado por Colombia, según un Informe publicado en junio pasado por el Subcomité de Contratistas del Senado de los EE.UU.


Estos contratos con empresas privadas incluyen la prestación de servicios, como mantenimiento de aviones, labores de logística, inteligencia y tecnologías de la información.



Nuevos agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los EE.UU.), civiles del Pentágono, militares retirados y agentes de la DEA (Agencia Antidrogas) se están desplegando en Méjico, repostó el periódico The New York Times.


Ante lo publicado por The New York Times , el Presidente Obama asegura "que no hay actividades de control" dentro de Méjico, afirmó "solo estamos proveyendo asistencia para que puedan alcanzar los objetivos de Calderón".


El Presidente de la Cámara de Diputados, el priista Jorge Carlos Martinez Marin, demandó al gobierno federal no solo un Informe al Congreso, sino la necesidad de ofrecer una explicación institucional.


Senadores del PRI y PRD advirtieron también que el gobierno de Felipe Calderón aclare todo lo relativo a la Carta de Entendimiento que firmó en su momento con el Presidente Obama, que ha posibilitado la actuación directa de personal de las agencias central de inteligencia y antidroga (CIA y DEA, por sus siglas en inglés, respectivamente), así como del Pentágono, en operativos contra los carteles, confusamente en el país, donde no se sabe quién es quién.


El paradigma de la "guerra contra el narcotráfico" en Méjico nos obliga a estar atentos a los nuevos mecanismos que genera, que pueden marcar tendencia peligrosas en Nuestra América.



Miguel A. Barrios


Dr. en Educación


Dr. en Ciencia Política