Nos mudamos a Dossier Geopolítico

31 de agosto de 2010

El filósofo como intelectual público



Por Alberto Buela (*)







Le ha pasado a muchos, y nos ha pasado también a nosotros, que después de dictar clase durante años en la universidad, dejaron la enseñanza para limitarse a la investigación propia, a pensar sin ataduras, programas ni horarios.



Pero, por qué se toma este tipo de decisión tan vital: a) Por la íntima y subjetiva convicción del filósofo (ocurre con otras disciplinas también), que si bien la práctica filosófica requiere como condición el ejercicio académico, al menos durante un tiempo, esa práctica filosófica no se agota en ejercicio académico. Y b) porque son muy pocos los que pueden soportar la presión del ejercicio simultáneo de la filosofía en dos escenarios tan diferentes como el público y la academia. No sólo porque existen dos juegos de lenguajes: el propio de la academia con sus tecnicismos, cuanto más mejor, que circula en el interior de las facultades de filosofía y se expresa en las publicaciones especializadas. Esa verborrea bizantina que hizo exclamar a Nietzsche: “ciertos profesores de filosofía oscurecen las aguas para que parezcan más profundas”.


Y el propio de lo público, vinculado a las formas de opinión pública (TV, radio, diarios, conferencias abiertas) y al uso del lenguaje cotidiano. Y en este campo vale el apotegma de Ortega: “la claridad es la cortesía del filósofo”.


A esto hay que agregar que, quien decide intervenir sobre lo público corre el riesgo de perder el empleo público como profesor universitario o investigador. La reticencia de los académicos a pegar el salto es más bien por este último motivo que por el anterior.



Además desde el lado académico se lo comienza a considerar en una categoría menor como la de “ensayista”. Dice Owe Wikstrom en Elogio de la lentitud que el ensayo es un intento, ese es su sentido etimológico, donde el autor mezcla lo pequeño y lo grande de manera personal. Y agregamos nosotros, El ensayo llega a conclusiones, enumera las pruebas más que detenerse en el método que convalida las pruebas. Por otra parte el ensayo fue durante muchos años un producto típicamente hispanoamericano, tenido por un género menor por los autores de manuales académicos al estilo europeo.



Es interesante notar que la figura del intelectual público es tan vieja como el ejercicio de la filosofía, el ejemplo clásico es Sócrates. En cuanto al intelectual académico recién aparece con cierta regularidad a partir de la década del cuarenta del siglo XX. El caso argentino es emblemático, antes del 40 todos los filósofos, no había tantos, eran intelectuales públicos y es a partir de esos años que son incorporados a sueldo mensual en las plantillas universitarias. Esto produce un enriquecimiento de la Universidad que luce con las mejores ropas de toda su historia durante 15 años hasta que en 1955 es intervenida por el poder político de turno. Las consecuencias fueron nefastas pues la Universidad se encerró en sí misma y ya no produjo filósofos sino, a lo sumo, buenos investigadores.



En estos últimos veinte años ha aparecido una variante del intelectual público, la del “yeite o curro filosófico”, para decirlo en lunfardo. La de aquellos profesores de filosofía que le han buscado la vuelta a tan noble disciplina para ganar dinero con ella. Así aparecieron los filósofos terapeutas como Lou Marinoff (Más Platón y menos Prozac), los filósofos de la vida que dictan seminarios en su casa, los filósofos mundanos como nuestro Sebrelli que dicta seminarios de verano en las playas de Punta del Este, los filósofos críticos de la sociedad que dictan sus clases en algún organismo internacional bien pagos, los filósofos que dictan ética empresaria, a empresarios ricos con empleados pobres, etc., etc.



La figura del intelectual público no es ni la de un académico erudito ni la de un experto “chanta o farabute” como los que acabamos de mencionar. Él posee una cultura general y se interesa en poner ideas nuevas o viejas, pero siempre diferentes en debate. Deja de lado las interpretaciones especializadas que los académicos discuten entre pares y busca o intenta la interpretación sencilla y general. Es que él, como buen filósofo, es un maestro en generalidades. Piensa a partir del disenso frente a lo políticamente correcto y al pensamiento único. Es no conformista y rechaza la especialización siempre vinculada a una pequeña elite. Es que la universidad moderna ha legitimado un saber de eruditos y ha terminado minando la cultura intelectual común de los pueblos. Su saber no es un saber ilustrado, un saber sólo de libros, sino que intenta un saber sobre las cosas que son y suceden en la vida pública, que no es otra cosa, reiteramos, que la vida de los pueblos.



El filósofo como intelectual público pierde mucho tiempo de su vida hablando con unos y con otros, en reuniones infinitas y en conferencias multitudinarias en donde no se sabe bien qué es lo que llega a entender el receptor. De ahí su exigencia de claridad expositiva. Se le va gran parte de su vida tratando de construir una opinión distinta a la dada en o sobre personajes que puede llegar a tener alguna ingerencia política o social. Trabaja sobre “lo que es” pero con vistas “al deber ser”, pues para él, el ser es lo que es más lo que puede ser. Ningún profesor de filosofía de los miles de cagatintas que existen puede llegar a pensar así, pues sólo recitará al respecto las lecciones de Aristóteles o Heidegger.



Hace unos años apareció un libro de Richard Posner Intelectual público, un estudio de su decadencia en donde sostiene que “el intelectual público es un no especialista y eso mismo era, tradicionalmente, el filósofo”, y a reglón seguido nombra todos “paisanos” como él (¡qué vocación de autobombo que tienen!) Nussbaum, Habermas, Dworkin, Nagel, Singer, Putman, etc., cuando en realidad son otros los genuinos intelectuales públicos en el mundo: los Franco Cardini, Massimo Cacciari, Marco Tarchi, Pietro Barcelona, Giacomo Marramao, Marcello Veneziani, Gustavo Bueno, Fernández de la Mora, Aquilino Duque, Sánchez Dragó, Javier Ruiz Portella, Javier Esparza, Claude Rousseau, Alain de Benoist, Julián Freund, Michel Maffesoli, Jean Cau, Tomislav Sunic, Günter Maschke, Ernst Nolte, Alexander Dugin et alli. Y aquí en nuestro medio se destacan Silvio Maresca, Máximo Chaparro, Luís María Bandieri, Jorge Bolivar, Alberto Caturelli, Oscar del Barco, González Arzac y tantos otros.


Tenemos también nosotros, hoy como moda, otros intelectuales mucho más promocionados y publicitados por los mass media como Feimann, Forster, Aguinis, Kovaldoff, T. Abraham, Rotzitchner, pero no pueden ser considerados “intelectuales públicos” porque son intelectuales orgánicos del gobierno de turno o del régimen político. O peor aún están al servido del lobby explotador del pobrerío más poderoso de Argentina.



Es que el intelectual público tiene como método el disenso sobre el orden constituido que siempre le parece un poco injusto. La premisa que guía su pensamiento es aquella de Platón: “la filosofía es ruptura con la opinión”, y sobre todo con la “opinión publicada”. Y este el es criterio para juzgar adecuadamente a un intelectual público.



Es apropiado distinguir que lo público está constituido por el ámbito de interés compartido de las fuerzas de una sociedad. Cuando a partir de los años 80 se limitó lo público al espacio se le castró su sentido, su finalidad y al ser reducido solo a espacio (el gravísimo error de Habermas) pasó a ser entendido como de nadie y por lo tanto lo puedo tomar. Claro está, esto no pasa en Alemania que son todos ilustrados, pero sucede a diario en todo el mundo bolita que es el nuestro.



Lo público debe de ser pensado como función (vgr.: la empresa pública, la tierra pública, la televisión pública) no puede ni debe quedar reducido a espacio público donde la práctica deliberativa de la democracia discursiva (sic Habermas) tiene lugar. El espacio público como lugar de la asamblea. Esto es una estupidez, un engaña pichanga, un gatopardismo para que todo siga igual.



De modo que el intelectual público no es un simple discutidor, un charlatán, un hablador por hablar sino que antes que nada y sobre todo tiene que tener en cuenta la función o finalidad de lo público y de aquellas cosas que se presentan como problemas públicos-políticos.



De modo tal que si juntamos ruptura con la opinión publicada, práctica del disenso y producción de sentido obtendremos un genuino intelectual público.



Filosofo


Universidad Tecnológica Nacional. (UTN)



Abstrac de “Teoría del Disenso”, Universidad de Zulia, Maracaibo Venezuela 2004 http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=27992707



Alberto Buela (nacido en Buenos Aires en 1946) es un filósofo argentino que ha trabajado sobre tres temas específicos: metapolítica, teoría del disenso y teoría de la virtud. Así se destaca como el fundador de la metapolítica en América. Sus trabajos al respecto son múltiples y variados: Qué es metapolítica; Metapolítica y tradicionalismo; El katechon como idea metapolítica, Algo más sobre metapolítica, Metapolítica de lo social; Suramérica como katechon metapolítico; Visión metapolítica de la elección del Papa, etc. Sobre él ha afirmado el estudioso obispo Aguer: “Alberto Buela es un metafísico, y no cualquier pensador llega y se mantiene en las alturas de la metafísica, pero él es un filósofo de Chiclana y Boedo y también se ha ocupado de cuestiones muy prácticas para desmentir aquella sospecha de que el filósofo anda por las nubes y se cae en el pozo. Su incursión en la filosofía práctica y su cultivo reciente de la metapolítica me parece que lejos de desmentir su condición de metafísico, al contrario, su capacidad metafísica le acredita para que su incursión en la metapolítica no sea puro macaneo sino que sea efectivamente la apertura de un nuevo espacio del conocimiento interdisciplinario en el cual se vayan profundizando, identificando categorías que fundamentan la acción política. En primer lugar las grandes categorías que están detrás de la acción política concreta y por otro lado, la dilucidación de lo que significa el carisma y el arte de la vida política, del ejercicio de la vida política”. Ha publicado más de 200 artículos académicos en el extranjero y una veintena de libros, tanto sobre filosofía clásica y contemporánea, como sobre política, geopolítica y metapolítica. Su pensamiento se apoya en autores clásicos como Platón y Aristóteles y en autores contemporáneos europeos como Scheler, Heidegger y Bollnow, y en americanos como McIntayre, Wagner de Reyna, Nimio de Anquín y Saúl Taborda, entre otros. Como propulsor en América del estudio de la metapolítica, en tanto interdisciplina que estudia las grandes categorías que condicionan la acción política, ha propuesto la teoría del disenso, a contrario sensu de la Escuela de Frankfurt, como la más apropiada para crear teoría crítica. En la presentación de su Teoría del Disenso afirma: “La intención de este trabajo no es reducir el tema del disenso a la teoría del conflicto al estilo de Marx o Engels, tema que dejamos al marxismo y sus estudiosos, tampoco tratarlo desde la polemología, asunto que ha recibido desde los años 70 un tratamiento pormenorizado y casi definitivo por parte de Julien Freund y Gastón Bouthoul. La intención es analizar el disenso desde la posibilidad de constitución de teoría crítica. Sabemos que no es fácil, se necesita un trabajo interdisciplinario, aun cuando hay algunos pocos pensadores (Cacciari, Marramao, Siena, Duguin, Wagner de Reyna) meditando el tema. Pretendemos, con las limitaciones del caso, responder a la Escuela de Frankfurt, pues como se sabe desde hace unos treinta años se impuso en las democracias occidentales la teoría del consenso, que tiene su origen ideológico en dicha escuela neomarxista con el filósofo Jüngen Habermas a la cabeza. Esto dio por resultado que "el consenso o acuerdo de los grandes partidos políticos" se transformara en el fundamento moral de nuestras menguadas democracias. Reemplazándose así la genuina representación democrática y transformando al sufragio universal y secreto en una verdadera farsa. Porque viene a justificar las decisiones ya tomadas de antemano por el acuerdo de los grandes partidos. Nuestra propuesta del disenso como verdadera causa agente de la teoría crítica postmoderna, intenta abrir espacios y pliegues, al verdadero pluralismo social en el seno de un sistema democrático procedimental y por ende vaciado de contenido. Al consenso de los grandes partidos debemos agregar las múltiples y variadas “mesas de consenso social” patrocinadas por los grandes lobbies e instituciones de la sociedad civil, para que cambiando algo, nada cambie”. En orden a sus planteos éticos es dable destacar que ha trabajado sobre la recuperación del tema de las virtudes y los valores y así lo manifiesta: “Kant elabora una moral del deber o deontología porque no admite que las virtudes sean incorporaciones de bien, sin embargo cuando llega a la ética práctica, en la Metafísica de las Costumbres, reconoce la necesidad de la teoría de la virtud porque el solo deber es una "falta", es insuficiente y el hombre necesita una guía para lo que ha de hacer. La suficiencia a que remite el deber es puramente ideal y, precisamente, lo que se ha llamado valor. La ética del deber conduce así inexorablemente a la ética de los valores. Pero como no hay valores sin apropiación y este es un rasgo esencial de la virtud - la apropiación del bien-, la ética de los valores desemboca irremisiblemente en la ética de las virtudes”. Ha sido fundador y director de la revista Disenso desde 1994 a 1999.




28 de agosto de 2010

‎”Foro de Geopolítica y Defensa Nacional”



1er. Congreso

Internacional

Extraordinario

de Ciencia

Política


San Juan, Argentina,

24 al 27 Agosto de 2010.







En el Foro de Geopolítica y Defensa Nacional, al que fuéramos invitados por el Diputado Nacional Juan Carlos Gioja y coordinado por el Prof. Dr. Miguel Ángel Barrios, expusimos: El Dr. Silvio Torres Chávez de la República del Paraguay, el Prof. Lic. Gabriel de Paula del CAEI de Argentina, el Prof. Dr. Patricio Caravajal Arancivia de la República de Chile y el Prof. Lic. Carlos A. Pereyra Mele de Argentina, en la jornada del cierre del Congreso, evento que se desarrollo en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencia Sociales de la Universidad Nacional de San Juan. Es de destacar la importante cantidad de asistente al mismo y muy especialmente la participación de estudiantes de todo el país que participaban del Congreso.



En horas de la mañana el equipo presento en dicha Facultad el libro, que dirigió el Dr. Miguel Barrios y del cual soy colaborador del mismo, el Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica

23 de agosto de 2010

Pereyra Mele en la Univ. de la Patagonia



La Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, a través de la Secretaría de Extensión Universitaria inicia las actividades de la cátedra Libre de Pensamiento Nacional.



La cátedra que fue presentada formalmente el pasado 20 de mayo de 2010, está coordinada por el Dr. José Raúl Heredia y tal como estaba previsto, dió comienzo los días 19 y 20 de agosto en el aula 204. de la Universidad.



En el marco de la Secretaría de Extensión también funcionan las cátedras libres de Pueblos Originarios y de Derechos Humanos. Con la Cátedra Libre se pretende generar un espacio de debate en torno al “pensamiento nacional y popular que se inicia con un proceso de liberación de la nación”, dijo el Secretario de Extensión, Alberto Ayape.



El jueves 19 a partir de las 17, se realizará la conferencia “Como evitar el saqueo inglés en el Mar Argentino” en la cual el estudiante de Economía Hugo Mauricio Ezequiel Rodríguez, disertará sobre el Conflicto de Malvinas en relación a las 350 millas y sobre el petróleo y la articulación de las bases militares de la OTAN en Suramérica. Desde una perspectiva crítica.



A continuación se desarrollará la Conferencia: “La necesidad de tener un Pensamiento estratégico auténticamente nacional y latinoamericano en este siglo XXI”, a cargo del licenciado en Ciencias Políticas Carlos Pereyra Mele. El disertante es analista político, especialista en Geopolítica y Geoestrategia Suramericana. Capacitador de docentes de todos lo niveles. Asesor dedistintas entidades, Ha realizado varias publicaciones en diversos países.



El viernes 20 a partir de las 17, se dictará la Charla y Taller: “Deuda Externa y Petróleo”, a cargo del Lic. Félix Herrero y Alejandro Olmos Gaona y el historiador Alejandro Olmos Gaona.



Félix Herrero: Abogado y Licenciado de Economía. Fue Presidente de Yacyretá, Salto Grande y Corpus. Vicepresidente del Instituto de estudios Moreno. Director del Instituto de Proyecto Sur. Autor de numerosos artículos y participó en temas petroleros y energéticos en general.



Alejandro Olmos Gaona: Historiador. Asesor del Diputado de la Nación, Fernando Pino Solanas. Profesor de la Cátedra de Deuda Externa de la Facultad de Derecho de la Universidad de Bs. As. * Investigador del Programa para la investigación de la deuda externa ilegítima de la Federación Luterana Mundial. Fue asesor del Ministerio de Finanzas del Ecuador. Fue Asesor del Presidente de la República del Ecuador, economista Rafael Correa Delgado. Publicó Varios libros. Dictó clases y pronunció conferencias en otras instituciones en Asamblea Nacional del Ecuador; Universidad de Guayaquil; – Universidad de San Pablo; Universidad Católica de Córdoba.


17 de agosto de 2010

El Neoliberalismo conservador golpea a EE.UU.




EE UU se sume



en la oscuridad



Laboratorios de ideas



Paul Krugman







Las luces se apagan en todo EE UU, literalmente. La ciudad de Colorado Springs ha copado los titulares con su intento desesperado por ahorrar dinero apagando un tercio de sus farolas, pero están ocurriendo o barajándose cosas similares en todo el país, desde Filadelfia hasta Fresno.





Nunca ha habido ni de lejos tanto despilfarro y fraude como aseguraba la derecha



Entretanto, un país que en su día asombró al mundo con sus visionarias inversiones en transportes, desde el canal de Erie hasta el sistema de autopistas interestatales, ahora se halla en un proceso de despavimentado: en varios Estados, los Gobiernos locales están destruyendo carreteras que ya no pueden permitirse mantener y reduciéndolas a grava.





Y una nación que antaño valoraba la educación, que fue una de las primeras en ofrecer escolarización básica a todos sus niños, ahora está haciendo recortes. Los profesores están siendo despedidos, y los programas, cancelados. En Hawai, hasta el curso escolar se está acortando de manera drástica. Y todo apunta a que en el futuro se producirán todavía más ajustes.





Nos dicen que no tenemos elección, que las funciones gubernamentales básicas -servicios esenciales que se han proporcionado durante generaciones- ya no son viables. Y es cierto que los Gobiernos estatales y locales, duramente azotados por la recesión, están faltos de fondos. Pero no lo estarían tanto si sus políticos estuvieran dispuestos a considerar al menos algunas subidas de impuestos.





Y en el Gobierno federal, que puede vender bonos a largo plazo protegidos contra la inflación con un tipo de interés de solo el 1,04%, no escasea el dinero en absoluto. Podría y debería ofrecer ayuda a los Gobiernos locales y proteger el futuro de nuestras infraestructuras y de nuestros hijos.





Pero Washington está prestando ayuda con cuentagotas, y hasta eso lo hace a regañadientes. Debemos dar prioridad a la reducción del déficit, dicen los republicanos y los demócratas centristas. Y luego, casi a renglón seguido, afirman que debemos mantener las subvenciones fiscales para los muy adinerados, lo cual tendrá un coste presupuestario de 700.000 millones de dólares durante la próxima década.





En la práctica, buena parte de nuestra clase política está demostrando cuáles son sus prioridades: cuando se les da a elegir entre pedir que el 2% de los estadounidenses más acaudalados vuelvan a pagar los mismos impuestos que durante la expansión de la era Clinton o permitir que se derrumben los cimientos de la nación -de manera literal en el caso de las carreteras y figurada en el de la educación-, se decantan por esto último.





Es una decisión desastrosa tanto a corto como a largo plazo. A corto plazo, esos recortes estatales y locales suponen un pesado lastre para la economía y perpetúan el desempleo, que es devastadoramente elevado.





Es crucial tener en mente a los Gobiernos estatal y local cuando oímos a la gente despotricar sobre el desbocado gasto público durante la presidencia de Obama. Sí, el Gobierno federal estadounidense gasta más, aunque no tanto como cabría pensar. Pero los Gobiernos estatales y locales están haciendo recortes. Y si los sumamos, resulta que los únicos incrementos relevantes en el gasto público han sido en programas de protección social, como el seguro por desempleo, cuyos costes se han disparado por culpa de la gravedad de la crisis económica.





Es decir que, a pesar de lo que dicen sobre el fracaso del estímulo, si observamos el gasto gubernamental en su conjunto, apenas vemos estímulo alguno. Y ahora que el gasto federal se reduce, a la vez que continúan los grandes recortes de gastos estatales y locales, vamos marcha atrás.





Pero ¿no es también una forma de estímulo el mantener bajos los impuestos para los ricos? No como para notarlo. Cuando salvamos el puesto de trabajo de un profesor, eso ayuda al empleo sin lugar a dudas; cuando, por el contrario, damos más dinero a los multimillonarios, es muy posible que la mayor parte de ese dinero quede inmovilizado.





¿Y qué hay del futuro de la economía? Todo lo que sabemos acerca del crecimiento económico dice que una población culta y una infraestructura de alta calidad son cruciales para el crecimiento. Las naciones emergentes están realizando enormes esfuerzos por mejorar sus carreteras, puertos y colegios. Sin embargo, en Estados Unidos estamos reculando.





¿Cómo hemos llegado a este punto? Es la consecuencia lógica de tres décadas de retórica antigubernamental, una retórica que ha convencido a numerosos votantes de que un dólar recaudado en concepto de impuestos es siempre un dólar malgastado, que el sector público es incapaz de hacer algo bien.





La campaña contra el Gobierno siempre se ha planteado como una oposición al despilfarro y el fraude, a los cheques enviados a reinas de la Seguridad Social que conducen lujosos Cadillac y a grandes ejércitos de burócratas que mueven inútilmente documentos de un lado a otro. Pero eso, cómo no, son mitos; nunca ha habido ni de lejos tanto despilfarro y fraude como aseguraba la derecha. Y ahora que la campaña empieza a dar frutos, vemos lo que había realmente en la línea de fuego: servicios que todo el mundo, excepto los muy ricos, necesita, unos servicios que debe proporcionar el Gobierno o nadie lo hará, como el alumbrado de las calles, unas carreteras transitables y una escolarización decente para toda la ciudadanía.





Por tanto, el resultado final de la prolongada campaña contra el Gobierno es que hemos dado un giro desastrosamente equivocado. Ahora, EE UU transita por una carretera a oscuras y sin asfaltar que no conduce a ninguna parte.





Paul Krugman es profesor de Economía en Princeton y premio Nobel de Economía 2008. © 2010 New York Times News Service. Traducción de News Clips.





http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/EE/UU/sume/oscuridad/elpepueconeg/20100815elpneglse_3/Tes



15 de agosto de 2010

Una “hibakusha”, en Villa Carlos Paz, Córdoba, Argentina



"La bronca que tengo no se va con el tiempo"



Con sus 93 años, recuerda con claridad el día en que la bomba atómica cayó sobre su ciudad, hace 65 años. Vive en la Argentina desde 1969.



Yoshiko Kohari llora frente al pequeño altar dedicado al buda Gohonzon que está ubicado contra una pared de su habitación en su casa de Villa Carlos Paz. La escena puede durar una o dos horas y se repite todos los años, el 6 de agosto. Yoshiko es una de las 12 sobrevivientes de la bomba de Hiroshima que viven en Argentina.



Con 93 años recuerda con lucidez aquella mañana horrenda en la que el cielo se cubrió de negro presagiando la muerte de casi toda su familia.



Pasaron 65 años de una de las peores masacres de la humanidad y aún hoy esta mujer de baja estatura se emociona cuando recuerda a su sobrina de 24 años que salió de la casa a trabajar y murió aquella mañana, y a su tío que con quemaduras en la mitad de su cuerpo.



El marido de Yoshiko, como casi todos los hombres jóvenes, había partido a la guerra y la mujer tuvo que hacerse cargo del cuidado de sus cinco hijos. La familia vivía en los alrededores de Hiroshima y aquella mañana Yoshiko, que entonces tenía 25 años, había planificado ir al médico para que le revisaran una pierna que le dolía desde hacía tiempo.



"A las cinco de la mañana escuchamos por la radio que nos avisaban que venían aviones norteamericanos", cuenta la mujer. "Al amanecer llegó a casa el hermano de mi marido a traernos verdura y a eso de las ocho escuchamos una gran explosión", agrega.



Instruidos por el gobierno japonés, la familia se arrojó al piso tapándose las orejas y los ojos. "El cielo se oscureció y cuando pasó la onda expansiva pudimos ver el hongo que se formó sobre la ciudad. Fue algo horrible", se explaya.



Yoshiko cuenta que rompió en llanto al pensar en toda su familia que vivía en el centro de la ciudad. "Los hermanos de mi madre tenían comercios en la ciudad, todos ellos murieron", afirma.



A las pocas horas las sirenas de los bomberos llegaron hasta el caserío en el que vivía y se empezaron a escuchar los altavoces que solicitaban la ayuda de los vecinos para atender a los heridos. "A las 14 llegó un camión lleno de gente herida que lloraba y pedía ayuda", recuerda Yoshiko, y no puede evitar volver a llorar.



"Al rato vimos llegar a un hombre con el cuerpo quemado, las ropas rotas, y un niño recién nacido en los brazos. Le preguntamos dónde estaba la madre y el hombre, aturdido, nos dijo que no sabía", cuenta la mujer, quien desde ese día trabajó durante dos meses como enfermera en hospitales y escuelas de la zona. "Esa tarde, en el hospital, me tocó cuidar a un niño de cinco años que me pedía agua. Cuando le iba a dar, un bombero me dijo que no lo hiciera, que le iba a hacer daño. Esa noche murió", relata.



Las imágenes caen de la memoria intacta de esta señora japonesa que vive desde hace 13 años en Carlos Paz y que quiso venir a la Argentina para olvidar la tragedia. "En el hospital me dieron un número, el 5, el mismo que tenía la persona a la que tenía que cuidar. Cuando la encontré era una mujer a la que habían puesto boca abajo. Tenía toda la espalda quemada. La piel era dura, como madera. Y debajo de ella había gusanos".



El relato sigue y cada vez es más duro para Yoshiko, que recuerda a su tío, que no quería que ella lo viera así, con el cuerpo quemado y el rostro desfigurado. Viajó a la Argentina cumpliendo aquel pedido y nunca más volvió a verlo.



"No puedo contar cuántos familiares murieron ese día. Tengo bronca. No se va con el tiempo y es una bronca asquerosa. No entiendo cómo pudieron matar a tanta gente inocente, a tantas criaturas", afirma.-

YOSHIKO KOHARI: viajo por todo el mundo y llego a la Argentina en 1969, trabajo hasta los 80 años como empleada domestiva. Yoshiko y Argentina, cuando habla de Argentina no tiene otra palabra mas que agradecimiento. Asegura que no hay otro País como el nuestro y que sus ciudadanos no lo saben valorar. "La gente y las mujeres sobre todo, se quejan mucho de cualquier cosa", comenta y se ríe.



Fuente: http://www.lavoz.com.ar/noticias/mundo/la-bronca-que-tengono-se-va-con-el-tiempo



“hibakusha”: son las sobrevivientes de la bomba atómica. Sus relatos sobre enfermedades y tratamientos dolorosos siguen siendo una prueba poderosa sobre la devastación causada por el arma letal.Su sufrimiento no fue sólo por las quemaduras de la radiación y los consiguientes problemas médicos, sino por la estigmatización y discriminación que padecen los sobrevivientes y sus familias.“Las evitaban porque estaban contaminadas”

14 de agosto de 2010

Bolivia en el Siglo XXI



El intelectual Boliviano Dr. Andrés Soliz Rada, en un reciente artículo sobre la situación de Bolivia en este primer decenio del siglo XXI, que publicara el sitio de política internacional “Rebelion”, destaca la aparición del Diccionario latinoamericano de Seguridad y Geopolítica, el Dr. Soliz Rada fue el Ministro de Hidrocarburo de Evo Morales que confecciono el Decreto de nacionalización del Petróleo y Gas Boliviano.


Carlos Pereyra Mele



Bolivia en el siglo XXI



Por Dr. Andrés Soliz Rada



Para Rebelión






Un año antes de la actual enconada pelea de dos distritos (Oruro y Potosí) por un cerro de piedra caliza, comenzó a circular el “Diccionario latinoamericano de seguridad y geopolítica” (Editorial Biblos, Buenos Aires, 2009), escrito por un importante equipo de especialistas, bajo la dirección del académico Miguel Ángel Barrios (MAB), quien pretende unificar las categorías conceptuales en la pugna ideológica por la liberación nacional. Barrios, en dos libros previos, referidos a Manuel Ugarte y Juan Domingo Perón, advierte que en el Siglo XIX se consolidaron sólidos países industriales, como Inglaterra, Francia, Alemania y Japón. En el Siglo XX, se pasó del bipolarismo, URSS – EEUU, al unipolarismo de este último, el que, paradójicamente, quedó debilitado en lo económico, cultural y financiero, de modo irreversible, al igual que la Unión Europea (UE). El fin del bipolarismo abrió paso, en el Siglo XXI, a un multilateralismo de naciones continente, entre las que se hallan Rusia, China, India y Brasil, si deja sus pretensiones hegemónicas frente a sus vecinos.



Por primera vez, desde hace 500 años, dice MAB, se está produciendo la des occidentalización del mundo y la traslación sostenida de riqueza del Oeste al Este. Explica que existen dos conceptos de globalización: El de las potencias tradicionales que buscan mantener el dominio des regulado del mercado, mediante sus inescrupulosos Bancos, y el de las nuevas naciones continente industrializadas, que tratarán de controlarlos a través de sus lineamientos políticos y económicos. Sólo desde las naciones continente, añadimos nosotros, es posible pensar en alternativas al capitalismo y evitar que los costos ecológicos recaigan principalmente en los pueblos periféricos.



El rosarino Adolfo Perelman (inspirador de la Izquierda Nacional boliviana), reiteraba que “tener la verdad es una media verdad. La otra mitad depende de saber imponerla. Si no lo hacemos, moriremos con nuestra media verdad”. O sea que en tanto no se detenga el poderío de los banqueros, las múltiples opciones al sometimiento de los países oprimidos, entre las que se hallan el socialismo comunitario, capitalismo andino, retorno al ayllu o al Tawantinsuyo, proyectos autogestionarios, el cooperativismo y otras variantes seguirán siendo temas de múltiples foros, conferencias, libros e interminables debates, casi siempre financiados por entidades y países que coadyuvan a ese sometimiento.



EEUU y la UE, detalla MAB, usan su poder intangible (medios de comunicación y ONG) para tratar de aniquilar la raíz mestiza-biológica de la América morena (indo mestiza, en Bolivia), idiomáticamente cohesionada. El papel de la cultura, hoy, es el mismo que cumplieron los “Chicago Boys”, en la década de los noventa, para imponer el Consenso de Washington. Ahora hablan del post Consenso de Washington. Anota que el MERCOSUR debe ser el eje de la integración Sudamericana, el que necesita detener la ingerencia de EEUU, Europa y Asia. Su influencia debe extenderse a México y América Central, cuya importancia geo cultural es indiscutible.



Recuerda que la nación continente latinoamericana tiene en Simón Bolívar a su máximo mentor. Su visión fue retomada por la “generación del 900” (a inicios del Siglo XX) por el uruguayo José Enrique Rodó, el argentino Manuel Ugarte, el venezolano Rufino Blanco Bombona y el peruano Francisco García Calderón. El proyecto de unión entre Argentina, Brasil y Chile (1953), propuesto por Perón a Getulio Vargas y Carlos Ibáñez del Campo, en 1953, retomó el horizonte de la nación inconclusa. En ese contexto, Perón “es el primer teórico y político de la autonomía periférica en América Latina”. No es casual que la Secretaria de Estado de Bush, Condolezza Rice, lo calificara de semi-nazi, que Margaret Thatcher sostuviera que toda la culpa de lo malo que ocurre al Sur del río Bravo la tiene Perón y que el ex jefe de la Reserva Federal, Alan Greenspan, condenara a Perón por el alejamiento de Argentina de la cultura europea.



El diccionario de Geopolítica, reconoce MAB, debe ser enriquecido y complementado. Tiene la virtud, sin embargo, de rescatar figuras ignoradas u olvidadas, como la de José Inácio de Abreu e Lima, que fue el único general brasileño que luchó junto a Bolívar en la gesta libertaria. En Bolivia, sin abandonar los logros contra el colonialismo interno, necesitamos contener la ingerencia de los centros de poder mundial, que, mediante sus organismos internacionales, empresas y ONG, han astillado espiritualmente al país y están impulsando enfrentamientos fratricidas.



Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=111324

12 de agosto de 2010

De la Unipolaridad a la Multipolaridad








Por Carlos Pereyra Mele







Conferencia del III Seminario de Geopolitica organizado por la Sec. de Cultura de la Provincia de Córdoba 12 de agosto de 2010




La geopolítica (ciencia maldita desde la II GM), renace a partir de los años 70 cuando la política internacional cambia de un modelo que se basaba en el enfrentamiento ideológico (capitalismo versus comunismo), Ya que en esos año USA acuerda con la China comunista de Mao, con lo cual se reinicia una nueva etapa de la Geopolítica moderna, pero fundamentalmente es desde el triunfo del bloque liderado por EE.UU. sobre la ex URSS, que la geopolítica se despliega en toda su potencialidad, transformando a EE.UU. en la primera republica imperial moderna y también en Híper potencia militar que impone la globalización para alcanzar el control planetario, por ello uno de sus mas brillantes geopolíticos Henry Kissinger dijo que, “en realidad, la globalización es otro nombre para el papel dominante de Estados Unidos


Esta idea de control planetario como bien lo venimos afirmando cuenta con el sustento mítico del destino manifiesto los dirigentes de USA y de las grandes corporaciones que integran el modelo, y que intenta doblegar la resistencia que se plantearon regiones y estados nacionales para poner un control a esa expansión del modelo económico capitalista neoliberal. El modelo que se quiso implementar es un sistema de expansión económico vulnerable que debe ser protegido militarmente en sus infraestructuras. Este modelo implemento un sistema, unipolar militarmente (EE.UU. como gran potencia) y multipolar cultural y económicamente (EE.UU., UE, Japón) que ha logrado dividir en dos corrientes a Latinoamérica, sobretodo a raíz de la aplicación de la globalización asimétrica. Y fundamentalmente encuentra cada vez mayor resistencia en el corazón del continente asiático y que a pesar del gigantesco esfuerzo realizado por la Híper potencia de imponerse totalmente no lo ha logrado después de una década y ello le esta planteando nuevos desafíos y condiciones que ponen en crisis esa política del destino manifiesto


Después del sistema bipolar (1945 a 1991), empezó una nueva era geopolítica, la del “momento unipolar”, en el que los EE.UU. eran “la hiperpotencia” (“hyperpuissance”, según la definición del ministro francés Hubert Védrine).


En todo caso, el nuevo sistema unipolar tendría una vida breve y culminó a principios del siglo XXI, cuando Rusia reaparece como desafiadora estratégica en los asuntos globales y al mismo tiempo China e India, los dos gigantes asiáticos, se asomaban como potencias económicas y estratégicas. A nivel global, tenemos también que considerar el creciente peso de algunas naciones de América Latina, como Brasil, Argentina y Venezuela. Las relaciones importantes entre estos países con China, Rusia e Irán, parecen adquirir valor estratégico y prefiguran un nuevo sistema multipolar, cuyos principales pilares pueden considerarse constituidos por Eurasia y por la Iberoamérica suramericana.


Pero también estamos viviendo un nuevo momento donde la supremacía que se impuso por el llamado mundo occidental desde la revolución industrial esta dejando de ser el eje del desarrollo y la cultura del mundo moderno para redefinirse en nuevos equilibrios con países y culturas muy diferentes a la que estuvieron dominando los últimos 200 años (y que también integra nuestra historia mas cuando estamos festejando el Bicentenario)


El gran cambio se plantea con relación a la participación y desarrollo de Asia y dentro de ellos a China, India y Rusia que pasaron respectivamente de tener un pbi x habitante de 419 a 6800 dólares 16 veces, 643 a 3500 dólares 5 veces mas en Rusia se llego a 13173 y en Brasil se paso de 3744 a 9080 casi 3 veces mas. El poderío económico va acompañado de tendencia hacia la regionalización lo cual dinamiza más y crea mayores poderes a los emergentes que lideran estos procesos. Los intercambios intrarregionales se aceleran y se motorizan en Asia Oriental pasaron de un 40% a un 60% en los últimos años, igualmente esta ocurriendo con el incremento en la región suramericana entre países, mas allá de las asimetrías existentes como es el caso del Mercosur.


Analistas Económicos serios proyectan que a pesar de la crisis mundial y si ella no causa mayor daño del que ha estado causando hasta ahora, fundamentalmente en la llamada triada (EE.UU., UE y Japón), la participación en el producto bruto mundial de estas regiones de los emergentes será para el periodo 2020 2025 alrededor del 60% correspondiéndole a Asia el 45% de este incremento.


Este incremento de potencialidad económica y desarrollo será acompañado de una mayor autonomía política.


Por ello el siglo XXI será un siglo descentralizado y con muchos polos de poder de decisión.


Esta realidad que muchos estudiosos de las relaciones exteriores por “occidentales” ocultaron. Y por ello siguen confundiendo a nuestros pueblos con información falsa a través de los medios masivos de comunicación que son propiedad de ese sistema de alianzas. La Hiperpotencia estadounidense debe negociar con actores que antes no los tenia en cuenta o cuando mucho se los consideraba de manera tangencial. Y este no es un dato menor.

Recordemos que esta dinámica del nuevo orden en gestación la venimos sosteniendo desde el año 2001, y quienes han participado de nuestras conferencias, charlas y seminarios pueden dar fe de ello.

En el 2001 afirmábamos un modelo o sistema mundo de 4 niveles como el siguiente: con una globalización severamente agravada por el unílateralismo de Estados Unidos, el mundo esquemáticamente estaba dividido en cuatro niveles:


1. Nivel supremo. Supremacía absoluta (o casi) de EE.UU.


2. Nivel de elevada autodeterminación. Allí se encuentran sólo la Unión Europea y Japón.


3. Nivel de resistencia. Ahí están China, India y Rusia, que tienen capacidad de limitar la interferencia de la globalización en su propio territorio. O sea tienen autodeterminación interna y muy limitada autodeterminación externa.


4. Nivel de dependencia. El resto de los países.

Después de 1991, no hubo ningún tipo de negociación entre las “potencias victoriosas” como ocurrió al fin de la II Guerra Mundial. Tampoco hubo “acuerdo de paz”, las nuevas relaciones políticas y económicas establecidas entre las grandes potencias – y entre estas y el resto del mundo – vienen siendo definidas, desde entonces, de forma lenta, conflictiva, basadas en el “caso a Caso”, EEUU siguió aplicando la tesis de Nicolás Spykman, controlar lo que el denomino el Rimland, -objeto central de la estrategia para el control mundial-, y que está diseñada para controlar a Europa Occidental, Medio Oriente, la Península Arábiga, Irán, Turquía, India y Pakistán, Sudeste de Asia, parte de China, Corea, Japón y la parte costera de Rusia Oriental. Y en este cuadro de control geopolítico “sucede” el 11S. (Atentado a las Torres Gemelas), con lo que EE.UU. lleva adelante la denomina “Guerra Infinita” contra países que unilateralmente los declara Estados Malignos con su famoso: “Eje del Mal” y con ese argumento pone en marcha la parte final del proceso de control planetario que sus ideólogos y ejecutores militares habían planeando desde la caída de la URSS (documentos de Santa Fe-USA- para comprender este modelo).

Lo que en realidad se quiso imponer fue una versión agiornada del viejo modelo globalista de la revolución industrial de fines del siglo XIX donde se dividió el mundo en centros dominantes (países desarrollados) y periféricos (coloniales dependientes)

Pero el proyecto no se pudo implementar en su totalidad y la gran noticia es que la mutación actual esta poniendo fin a una estructura histórica de casi 200 años de dominio de “occidente” y con ello está en crisis no el modelo capitalista, sino todo el sistema y armado de estructuras y organizaciones que se impusieron después del triunfo de USA en la II guerra mundial (ONU, FMI, BM, OEA en nuestro caso específicamente latinoamericano, etc.)

Hoy el sistema mundo 2010 se está redefiniendo de la siguiente manera:


1. Nivel supremo. Supremacía ya no absoluta de EE.UU.


2. Nivel de elevada autodeterminación. Allí se encuentran Unión Europea y Japón, China y Rusia.


3. Nivel de resistencia. Ahí están India, Sudáfrica, Brasil (que intenta fortalecer todo un sistema propio regional del cual Argentina es el núcleo duro de la integración con estructuras como: Grupo Río, Mercosur, UNASUR, Consejo de defensa Suramericano, Banco del Sur, etc.), que permite disponer de una capacidad de limitar la interferencia de la globalización en su propio territorio. Recordando que el nivel de resistencia significa: autodeterminación interna y con limitada autodeterminación externa.


4. Nivel de dependencia. El resto de los países.

Estas son las tendencia geopolíticas en el año 2010, como se definirá este modelo de sistema mundo lo veremos en pocos años mas, la gran duda es que los actuales detentadores de la hegemonía militar global no intente imponer su modelo de control planetario en base al argumento militar porque se estaría realmente al borde la extinción de la humanidad en un holocausto nuclear.

Los grandes cambios son un desafío enorme que tiene los actores políticos y sociales de America y en especial de nuestro país ante una disyuntiva de acero, porque exigen de estos, un nivel de cooperación urgente para evitar el triunfo de la sin razón. Resaltando que estas nuevas circunstancia le dan a nuestro continente la posibilidad cierta y concreta de redefinir nuestro rol a nivel global y no ser nuevamente convidados de piedra en el rediseño del mundo, mas cuando estamos en presencia de un mundo que contendrá muchos centros de poder y la lógica nos debería obligar: a pensar en grande, a pensar en región y continente para poder salir del nivel de dependencia periférica que nos tenia previsto el sistema de globalización implementado por EE.UU., debemos recordar como lo venimos sosteniendo que el mundo que conocimos en los últimos 200 años esta modificándose en sus estructuras básicas, paradigmas y mitos, tanto nacionales, regionales y continentales, y ello nos exige una nueva insoburdinacion fundante en este Bicentenario.-


Lic. Carlos A. Pereyra Mele


CeeS Córdoba





Fuentes:


La Insoburdinacion Fundante del Dr. Marcelo Gullo

Le monde Diplomática edición latinoamericana

Revista EURASIA del Dr. Tiberio Graziani

Pensamiento de Ruptura del Dr. Alberto Buela

Diccionario Latinoamericano de geopolítica y

Seguridad del Dr. Miguel Barrios y Carlos Pereyra Mele

11 de agosto de 2010

La estrategia de los EE.UU. en Eurasia y la producción de droga en Afganistán



Por Tiberio Graziani








La que sigue es una conferencia presentada por Tiberio Graziani, director de “Eurasia”, en el Forum Internacional “La producción de droga en Afganistán: un desafío para la comunidad internacional” (Moscú, 9-10 de junio de 2010), en la cual ha acudido como invitado de los organizadores.



El siguiente análisis ofrece un punto de vista geopolítico como llave de comprensión de las relaciones entre la estrategia global de los Estados Unidos y la presencia de las fuerzas norteamericanas en Afganistán. La penetración USA en la masa terrestre eurasiática es examinada haciendo particular énfasis en la región centro asiático, considerado como el punto débil de Eurasia en el contexto de los intereses geopolíticos de los Estados Unidos. Para identificar quiénes son los verdaderos jugadores en el teatro afgano se han aplicado también algunos puntos de referencia utilizados generalmente en los estudios relacionados con la geopolítica y con las relaciones internacionales. Se hallan descritas las principales características de los potenciales candidatos capacitados para afrontar la cuestión de la droga en Afganistán. Entre ellos, un papel particular le corresponde a Irán, Rusia y China. En todo caso, gracias a la interrelación existente entre la estrategia americana en Eurasia y la estabilización de Afganistán, esta última se puede realizar con plenitud sólo en el marco de un proceso de integración eurasiática.




Para enfrentar correctamente y sin algún prejuicio ideológico, pero con honestidad intelectual, la cuestión de la producción de drogas en Afganistán y los problemas internacionales a ella relacionados, es útil y necesario definir (aunque muy vagamente) el cuadro geopolítico y sucesivamente esclarecer algunos conceptos que por lo general se consideran ampliamente comprendidos y con divididos.



El cuadro geopolítico



Tomando en cuenta los actores principales de la escena global, es decir, los EE.UU, Rusia, China e India, las posiciones geográficas en las dos diversas áreas de América y de Eurasia y, sobre todo, sus respectivas relaciones desde una perspectiva de poder y estrategia global, Afganistán constituye, junto con el Cáucaso y las repúblicas de Asia Central, una vasta área cuya desestabilización ofrece ventajas a los Estados Unidos, único jugador en el campo geopolítico ajeno al contexto eurasiático. En particular, la desestabilización de esta grande región permite a los EE.UU por lo menos tres oportunidades geopolíticas y geoestratégicas: a) su progresiva penetración en la masa continental eurasiática; b) la contención de Rusia; c) la creación de una herida en Eurasia.




Penetración y cerco de los EE.UU. en Eurasia



Como ha declarado Henry Kissinger, la nación bioceánica americana es una isla que se encuentra mar adentro del continente eurasiático. Desde el punto de vista geopolítico, esta posición particular ha determinado los principales vectores de la expansión USA en el planeta. El primero ha llevado al control de todo el hemisferio occidental (Norte y Suramérica), el segundo ha conducido a la marcha para la hegemonía, sobre todo de la masa continental eurasiática, es decir, el hemisferio Oriental.



Por lo que concierne el proceso de penetración de los EE.UU. en la masa eurasiática, a partir de la península europea, vale la pena recordar que ésta inició durante la primera guerra mundial con la interferencia de Washington en los asuntos internos de las naciones e imperios europeos. La penetración siguió con la segunda guerra mundial. En abril de 1945, los así llamados “Libertadores” ocuparon Europa occidental hasta Berlín Este. A partir de esta fecha Washington y el Pentágono han considerado Europa, es decir, la parte occidental de Eurasia, como una cabeza de puente que los conectaba con el continente eurasiático. Así mismo, los Estados Unidos se han comportado de la misma forma con otra nación ocupada, Japón, que representaba el arco insular oriental de Eurasia. Desde el punto de vista eurasiático, la “tenaza” norteamericana fue el auténtico resultado de la Segunda guerra mundial.



Con la creación de algunos “instrumentos” militares como la OTAN (North Atlantic Treaty Organization, 1949), el Tratado de Seguridad entre Australia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos (ANZUS, 1951), el Pacto de Bagdad, que sucesivamente se transformó en el Pacto CENTO (Central Treaty Organization, 1959), el Pacto de Manila – SEATO (South East Asia Treaty Organization, 1954), se cumplió el cerco militar de toda la masa continental de Eurasia en menos de una década.



El tercer paso de la larga marcha de los EE.UU. hacia el corazón de Eurasia, a partir de su parte occidental, se cumplió en 1956, durante la crisis de Suez, con la progresiva destitución de Francia y, bajo algunos aspectos, también de Gran Bretaña, como actores geopolíticos en el Mar Mediterráneo. Por medio de la “relación especial” que se estableció entre tel-Aviv y Washington, los Estados Unidos se transformaron en un importante jugador del Cercano Oriente en un lapso de tiempo inferior a los diez días. Siguiendo su nuevo rol en el Cercano y Medio Oriente, los Estados Unidos podían por una parte consolidar su hegemonía en el interior del sistema Occidental, o bien considerar el Mediterráneo como el punto de partida de un largo camino que habría posiblemente permitido a las tropas americanas alcanzar la región centro asiática. La infiltración de los Estados Unidos en la zona eurasiática también ocurrió en otros sectores geopolíticos, en particular, en el del sureste (Corea, 1950-1953; Vietnam, 1960.1975).



En el cuadro de su estrategia que apunta al dominio del hemisferio oriental, Washington ha trabajado también en el plano diplomático, concentrando su interés en Pequín. Con la creación del eje Washington-Pequín, concebido en tándem por Kissinger y Nixon (1971-1972), los EE.UU. contribuyeron a exacerbar la fractura en el interior del así llamado campo socialista, constituido por China y por la URSS y, por consiguiente, interrumpir cualquier potencial “enlace” entre los dos “pulmones” de Eurasia, el de China y el de Rusia.



Durante los años setenta, los dos ejes geopolíticos principales se enfrentaron en la masa continental eurasiática: el eje Washington-Islamabad-Pequín y el eje Moscú-Nueva Delhi.




1979, el año de la desestabilización y su herencia en el Afganistán actual



Entre los muchos acontecimientos que interesaron las relaciones internacionales en 1979, dos son de importancia cardinal por el rol que desempeñaron en alterar la ecuación geopolítica en aquel entonces fundamentada por el equilibrio existente entre EE.UU. y URSS.



Estamos hablando de la revolución islámica en Irán y de la invasión militar rusa de Afganistán.



Con la conquista del poder en Irán de parte del Ayatollah Khomeini se destruyó uno de los principales pilares de la arquitectura geopolítica occidental que tenía Estados Unidos como guía.



La monarquía Pahlavi podía ser fácilmente usada como prenda con relación a USA y URSS, y cuando ésta desapareció sea Washington, sea el Pentágono se vieron obligados a inventarle a los Estados Unidos un nuevo rol en el escenario global. El nuevo Irán, ya autónomo y fuera de control, introdujo una variante en el tablero geopolítico de la región, potencialmente capaz de inducir una profunda crisis en el interior del “estable” sistema bipolar. Además, el nuevo Irán, instalado como una potencia territorial en contra de los EE.UU. e Israel, poseía algunas características (especialmente su extensión, su centralidad geográfica y su homogeneidad político-religiosa) que podían competir por la hegemonía de por lo menos una parte de Medio Oriente, en abierto contraste con los equivalentes intereses de Ankara y Tel-Aviv -fieles aliados de Washington- Islamabad, Bagdad y Riyad. Por estas razones, los estrategas de Washington, de acuerdo con su bi secular “geopolítica del caos”, persuadieron a Saddam Hussein para que iniciara una guerra en contra de Irán. La desestabilización de toda la zona le concedió a Washington y a las naciones occidentales mucho tiempo para planificar una estrategia a largo plazo y deteriorar, mientras tanto, al oso soviético.



En una entrevista concedida al semanario francés le Nouvel Observateur, Zbigniew Brzezinski, el consejero para la seguridad nacional de Jimmy Carter, reveló que la CIA había obrado en secreto en Afganistán para debilitar el régimen de Kabul a partir de 1979, es decir, cinco meses antes de la invasión soviética. De seguro fue el 3 de julio de 1979 la fecha en que el presidente Carter firmó la primera disposición para ofrecer ayuda secreta a los opositores del régimen filosoviético de Kabul. Ese mismo día, el consejero-estratega de la Casa Blanca (de origen polaco) escribió una nota al presidente Carter en la que le explicaba que estas ayudas habrían tenido que provocar la intervención militar soviética. Y eso fue precisamente lo que ocurrió en el sucesivo mes de diciembre. En la misma entrevista, Brzezinski recordaba que cuando los soviéticos invadieron Afganistán, él escribió otra nota al presidente Carter en la que opinaba que los EE.UU tenían la ocasión de darle a la URSS su Vietnam.



Según Brzezinski, la intervención no habría sido sostenible para Moscú y con el tiempo habría llevado al colapso el imperio soviético. De hecho, la prolongada guerra para mantener el régimen comunista de Kabul contribuyó con ulterioridad al debilitamiento de la Unión Soviética, ya enfrentada con una seria crisis interna que implicaba al mismo tiempo aspectos político-burocráticos y socioeconómicos. Como ya sabemos, el retiro soviético del teatro afgano dejó tras de sí un país extenuado cuya situación política y económica, así como el equilibrio geoestratégico estaban extenuados en extremo. Efectivamente, en menos de diez años de la revolución de Teherán toda la región estaba completamente desestabilizada con exclusiva ventaja para el sistema occidental. La irreversible decadencia de la Unión Soviética, acelerada por la aventura afgana, y luego, en los años noventa, por la desmembración de la federación yugoslava (una especie de zona colchón entre el bloque occidental y el soviético) cambió los equilibrios de poder a favor del expansionismo americano en la región eurasiática.



Después del sistema bipolar, empezaba una nueva era geopolítica, la del “momento unipolar”, en el que los EE.UU. eran “la hiperpotencia” (“hyperpuissance”, según la definición del minsitro francés Hubert Védrine).



En todo caso, el nuevo sistema unipolar habría tenido una vida breve y seguramente culminó a principios del siglo XXI, cuando Rusia reaparece como desafiadora estratégica en los asuntos globales y al mismo tiempo China e India, los dos gigantes asiáticos, se asomaban como potencias económicas y estratégicas. A nivel global, tenemos también que considerar el creciente peso de algunas naciones de América Latina, como Brasil y Venezuela. Las relaciones importantes entre estos países con China, Rusia e Irán, parecen adquirir valor estratégico y prefiguran un nuevo sistema multipolar, cuyos principales pilares pueden considerarse constituidos por Eurasia y por América Latina indígena.



Afganistán –por causa de sus características geográficas, por su posición con respecto al Estado soviético (y cuyas naciones lindantes Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán, que en aquel entonces eran repúblicas soviéticas), y por su vasta gama de grupos étnicos que constituyen su población, diversificados o por cultura o por religión – para Washington ha representado una importante porción del así llamado “arco de crisis”, es decir, de aquella zona geográfica que comunicaba las fronteras meridionales de la URSS con el Mar Arábigo. La trampa afgana para la URSS fue, por consiguiente, escogida por medio de evidentes razones geopolíticas y geoestratégicas.



Desde el punto de vista geopolítico, Afganistán es la manifiesta representación de una zona de crisis, ya que desde tiempos inmemorables ha sido escenario de conflictos entre las grandes potencias.



En la actualidad, la zona está gobernada por una entidad gubernamental instalada por las fuerzas de los EE.UU., denominada República Islámica de Afganistán, pero tradicionalmente las tribus de Pashtun han dominado sobre los otros grupos étnicos (Tayikos, Hazaras, Uzbecos, Turcomanos y Baluchis). Su historia se ha visto entrelazada con eventos de mayor magnitud que implicaron la interacción y el combate prolongado entre las tres grandes entidades geopolíticas limítrofes: el imperio de los Mogol, el Kanato uzbeco el imperio Persa. En los siglos XVIII y XIX, el país estaba representado por el Reino Afgano, la región se transformó en estratégica por la rivalidad y el conflicto que se estableció entre el Reino Unido y el imperio ruso para la conquista de la supremacía en Asia central, recibiendo el nombre de “Gran Juego”. El imperio territorial ruso, en pugna para asegurarse el acceso hacia el Océano Índico, India y China, se enfrentó con los intereses del imperio marítimo británico que por su parte apuntaba expandirse por toda la masa eurasiática, usando la India como emplazamiento de salida hacia el Este –Birmania, China, Tibet y la cuenca del río Yangtze – y hacia el Oeste en el actual Pakistán, hacia Afganistán e Irán, hasta llegar al Cáucaso, el Mar Negro, Mesopotamia y el Golfo Pérsico. Hacia finales del siglo XX, en el cuadro del sistema bipolar, Afganistán se transformó en el campo de batalla en el cual, una vez más, una potencia marítima, los EE.UU., se enfrentaba con una potencia terrestre, la URSS.



Los actores que se enfrentaron en el teatro de guerra fundamentalmente fueron las tropas soviéticas, las tribus afganas y los así llamados “mujaidin” (respaldados por lo EE.UU.), Pakistán y Arabia Saudita.



Con la retirada de las tropas soviéticas del tablero afgano, el movimiento Talibán adquirió una importancia creciente en la región debido a por lo menos tres factores principales: a) las ambiguas relaciones con algunos componentes de los servicios secretos pakistaníes; b) las ambiguas relaciones con los EE.UU. (una especie de “herencia”, procedente de anteriores contactos entre los EE.UU. y algunos grupos de “mujaidin” durante la guerra afgano-soviética); c) el wahabismo como plataforma ideológico-religiosa directamente instrumental a los intereses de Arabia Saudita en su proyección hacia ciertas zonas como Bosnia, Medio Oriente y Cáucaso (en otras palabras, Chechenia y Daguestán).



Los tres factores arriba mencionados, por una parte permitieron al movimiento Talibán introducirse y radicalizarse en el territorio afgano, alcanzando una importancia creciente a nivel militar (con la creación y la consolidación de los así llamados “santuarios”) y económico ( es decir, el control del tráfico de droga), por la otra le impidieron convertirse en una organización autónoma.


De hecho, debido a las infiltraciones por parte de los EE.UU., Pakistán y Arabia Saudita, el movimiento Talibán se le puede considerar como una organización local maniobrada por jugadores externos. Este tipo de consideraciones non permiten comprender mejor y explicar la elección obrada por Obama y por Karzai de querer abrir un diálogo con los talibanes y también la de incluir algunos miembros suyos en los gobiernos locales. Además, el aparente comportamiento contradictorio de los EE.UU. (y de Karzai) en Afganistán, se podría explicar por medio de la teoría de la praxis según la cual, confiando al enemigo responsabilidades institucionales se apunta a su debilitamiento, y le sigue la regla clásica de la praxis geopolítica americana: mantener en un estado de crisis una región considerada estratégica.



Si examinamos las medidas que los EE.UU. han adoptado hasta ahora, cuyo fin es el de dominar y eliminar el tráfico de droga en el más amplio contexto de las decisiones geopolíticas de Washington, podemos observar que las fuerzas de los EE.UU. y de la OTAN están en apariencia “malgastando” el tiempo: la producción y la distribución de droga en la parte Sur del país siguen adelante. Es sabido que una producción de droga en gran proporción es imposible en esta región, debido a los incesantes combates que hay en ella. Así que, las fuerzas americanas y de la OTAN están concentrando sus intereses estratégicos en el Norte del país. Aquí han construido calles y puentes que unen Afganistán con Tayikistán (la calle para Rusia a través de Uzbekistán), Kirguistán y Azerbaiyán (véase A. Barentsev, Afghan Heroine flow channelled to Russia, FONSK). Este modus operandi revela las reales intenciones del Pentágono y de Washington: abrir una brecha hacia Rusia, partiendo desde Afganistán y de las repúblicas centro asiáticas. De hecho, la OTAN y otras fuerzas occidentales no están emprendiendo una auténtica lucha contra la producción del tráfico de droga.



En este contexto, la lucha declarada por los EE.UU. y la NATO a la producción y al tráfico de droga en Afganistán parece pertenecer más bien al reino de la retórica occidental que representar un hecho concreto.




Igualmente, la lucha contra el movimiento Talibán parece estar claramente subordinada (y, por consiguiente, dependiente) a la estrategia general de los EE.UU. en la masa continental eurasiática. En la actualidad, esta estrategia consiste en el emplazamiento de guarniciones militares americanas y de sus aliados occidentales a lo largo de la franja que, partiendo desde Marruecos, atraviesa el Mar Mediterráneo y llega hasta las repúblicas de Asia Central. Los principales objetivos de estas guarniciones son: a) la separación de Europa del norte de África; b) el control del Norte de África y del cercano Oriente (en particular la zona constituida por Turquía, Siria e Irán – utilizando la base de Camp Bondsteel, ubicada en Kosovo); c) la contención de Rusia y, bajo algunos aspectos, también de China; d) el intento de dividir la masa del continente eurasiático en dos partes; e) la dilatación del “arco de crisis” en el área del Asia Central [Brzezinski define este área “Los Balcanes de Eurasia” (la definición del consejero oficial del presidente Carter suena más como un plan estratégico que una descripción objetiva de la zona].



La creación de una vorágine geopolítica en Asia Central, es decir una herida en la masa continental de Eurasia podría producir hostilidades y enemistades entre los principales jugadores en Asia, Rusia, India y China. El único beneficiario en este juego serían los EE.UU.




El enorme arco de la crisis.



Por añadidura, al intento de “cortar” Eurasia a través del recorrido ilustrado (desde el Mar Mediterráneo hasta Asia Central), observamos que los EE.UU. pueden confiarse (desde el 2008) al AFRICOM y, como es obvio, a los relativos emplazamientos de seguridad cooperativa en África: una útil “unidad” militar que está también orientada hacia Medio Oriente y parte de Asia Central



Para poder comprender mejor la importancia de la zona de Asia Central para la estrategia de los EE.UU. en términos de dilatación de su hegemonía en el área eurasiática, es suficiente echar un vistazo en la siguiente ilustración (buscar comandos de USA en Google), que muestra las áreas de responsabilidad de los comandantes americanos. El diseño es representativo de lo que llamamos – parafraseando la expresión “la carga del hombre blanco” formulada por el vate del imperialismo británico, Rudyard Kipling en 1899 – “la carga de los EE.UU.”.




Observaciones generales de conceptos “aceptados y con divididos”



En vista de alcanzar una comprensión más amplia de las complejas dinámicas que actualmente están en acto a escala global, es útil criticar un cierto número de conceptos generales que consideramos que son ampliamente aceptados y con divididos. Como es sabido, en el cuadro de un análisis geopolítico, el correcto uso de términos y conceptos es importante cuando menos para su utilización ligada a la descripción de la realidad a través de mapas y diagramas. Por ejemplo, la así llamada “globalización” es tan solo una expresión eufemística del expansionismo económico americano y de sus aliados capitalistas occidentales (véase Jacques Sapir, Le nouveau XXI siècle, Paris, 2008, pp. 63-64). También la referencia retórica en defensa de los supuestos “derechos humanos”, o valores democráticos de ese tipo, expuestos por algunos thik-tanks, gobiernos o simples activistas civiles, pone en evidencia la polarización colonialista de los EE.UU. en el campo de los Mass media y de la cultura, que no toman en consideración alguna otros estilos de vida, como aquellos expresados por las civilizaciones no occidentales, es decir, por más de tres cuartos de la población mundial. Entre estos conceptos, tenemos que tomar en consideración el más importante desde un punto de vista geopolítico (y de relaciones internacionales), que es el de la así llamada Comunidad Internacional. La expresión “Comunidad Internacional” no significa nada en términos geopolíticos. De hecho, la Comunidad Internacional no es una entidad real; su concepto relativo expresa, simultáneamente, la aspiración de algún activista utópico y una falsificación histórica.



En el mundo real, así como lo conocemos, compuesto de estados, naciones, personas, organizaciones internacionales [generalmente fundadas por “alianzas” (hegemónicas)] y, obviamente, por las relaciones entre estas entidades – hablar en términos genéricos de Comunidad Internacional, efectivamente se basa en una falsa descripción de los reales poderes que actualmente actúan a escala global y local.



Tomando en consideración el objetivo del Forum Internacional sobre la producción de droga en Afganistán (Moscú, 9-10 de junio de 2010), encaminado a encontrar “soluciones internacionales” (I.C.), como analistas, tenemos que suscribir con honestidad que en vez de I.C. sería más pragmático hablar de los reales jugadores implicados (que podrían estar involucrados) en la zona afgana.



Los verdaderos jugadores en el teatro afgano



Por razones de carácter analítico se hace útil asociar los jugadores implicados en el teatro afgano en las siguientes tres categorías: jugadores externos; jugadores locales; jugadores que potencialmente podrían estar implicados en el contexto afgano. Sucesivamente, podemos fácilmente definir algunas condiciones con el fin de delinear los caracteres de aquellos socios que se pondrían en la posición de estabilizar –efectivamente- toda el área geopolítica.



Jugadores externos: Las fuerzas USA-OTAN-ISAF (excepto Turquía) hay que considerarlas jugadores externos porque totalmente ajenos a la específica área geopolítica, aun concebida en un sentido más amplio.


Jugadores locales: entre los jugadores locales podemos enumerar los países limítrofes (Irán, Turkmenistán, Tayikistán, China, Pakistán), las tribus, las fuerzas rebeldes, los talibanes y la entidad gubernamental “gobernada” por Karzai.


Por lo que respecta a los jugadores pertenecientes a la tercera categoría como los de las anteriormente mencionadas, podemos incluir la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (CSTO), la Shangai Cooporation Organization (SCO), es decir, las mayores organizaciones de Eurasia con amplia experiencia en la administración de las cuestiones concernientes el control de las fronteras y el tráfico de droga en el área centro asiática y la Comunidad Económica Eurasiática (EURASEC). Además, debemos también mencionar a la ONU, en particular, a la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODOC).


Los potenciales socios capaces de someter el problema de la droga en Afganistán tienen que presentar por lo menos las siguientes características: a) conocimiento de las dinámicas locales con relación a los aspectos étnicos, culturales, religiosos y económicos; b) el reconocimiento por parte de la población local como parte del mismo contexto cultural (obviamente, en su sentido amplio); c) la voluntad de coordinar las acciones colectivamente sin algún prejuicio o reserva mental en el interior de un programa Eurasiático.



Los socios que presentarán las características más arriba descritas de forma sintética son aquellos que se incluirán en la segunda y en la tercera categoría. Como hecho evidente, las fuerzas USA-OTAN-ISAF son percibidas por la población local por lo que realmente son: fuerzas de ocupación. Además, considerando el papel de la OTAN como el de una alianza hegemónica dirigida por Washington y actuando en el interior del cuadro estratégico global definido por los EE.UU., su presencia en Afganistán debería ser considerada como un serio obstáculo para la estabilización de toda la zona. Los talibanes y también la entidad gubernamental no parecen ser, por causa de las relaciones ambiguas que se cree que tienen con las fuerzas ocupadoras americanas, socios prometedores para un esfuerzo colaborador con el fin de vencer el problema de la droga en Afganistán.



Los reales jugadores con capacidades de estabilizar el área son –sin duda alguna - las naciones limítrofes con Afganistán y las organizaciones eurasiáticas. Entre los países limítrofes, un papel especial podría jugarlo Irán. Teherán es el único país que ha demostrado ser capaz de consolidar la seguridad de la frontera afgano-iraní, especialmente con el tráfico de droga. También Moscú y Pequín asumen una función importante para la estabilización del área y en la lucha en contra del tráfico de droga, porque Rusia y China, vale la pena reiterarlo, son las principales potencias de las susodichas organizaciones eurasiáticas. Un eje estratégico entre los dos “pulmones” de Eurasia, equilibrados por las repúblicas de Asia Central y por India, podrían representar la solución duradera para la estabilización del área y, por consiguiente, sobre la cuestión de la droga. Sólo en el cuadro de un plan eurasiático condividido que apunta a estabilizar el área –concebido e implementado por los jugadores eurasiáticos- sería posible mantener un diálogo con las tribus locales y con aquellos movimientos rebeldes que no están suficientemente controlados por los jugadores externos.




Conclusiones



La estabilización del área afgana es un requisito esencial para cualquier plan que apunte a enfrentar el problema de la producción y el tráfico de droga.



Sea como sea, con motivo del papel fundamental que juega Afganistán en Medio Oriente y en las regiones de Asia Central, la estrategia para estabilizar el área debe ser concebida en el contexto de la integración de la masa continental eurasiática. Los candidatos particularmente interesados en bloquear la producción y el tráfico de droga son los países fronterizos con Afganistán.



Las fuerzas americanas y de la OTAN, debido a su evidente práxis geopolítica tendente a la hegemonización del continente eurasiático, no son aspirantes creíbles.



Tiberio Graziani


Director de la Revista EURASIA Italia



(trad. de V. Paglione)