Nos mudamos a Dossier Geopolítico

25 de marzo de 2009

Clima de Inseguridad II


LA INSEGURIDAD SOCIAL
Un artículo de Jorge Rachid

La sensación que domina hoy en la Argentina es la inseguridad. Así lo afirman y lo remarcan los medios de comunicación, que muestran avances y tapas de crímenes y asaltos por doquier, con familiares y víctimas en estado de shock y con comprensible dolor y necesidad de justicia. Esta situación es reafirmada cada fin de semana con encuestas que remarcan la seguridad como la principal preocupación comunitaria.

Es legítima esa preocupación porque quienes la han vivido en carne propia, el curso de su vida no es el mismo. Cuidarse, tomar medidas que antes no se tomaban, alertarse telefónicamente, en fin un cambio de metodología cotidiana que calme la angustia producida por el stress postraumático, sobreviviente a un hecho delictivo.

Ahora desde el punto de vista sociológico, tomando distancia del dolor inmediato, el problema tiene otras características. En efecto si uno rememora la sociedad inclusiva y de pleno empleo de la mitad del siglo pasado, con proyectos de vida individuales y colectivos como pueblo, con movilidad social y ascenso en los indicadores de vida, puede empezar a sacar algunas conclusiones.

Desde 1976 en adelante se instaló en la Argentina un modelo económico, acompañado por un cambio cultural, que permanece dominante en estos días. Dicho cambio producto de la dictadura primero y de la persistencia de políticas neoliberales en el marco de la democracia posterior, enterraron el Estado de Bienestar, destruyeron la sociedad solidaria e instalaron la fragmentación social, como eje de la modernidad, demonizando al mismo tiempo al Estado, la pobreza y el trabajo argentino. Así hasta el 2001 en que el pueblo dijo basta a la lógica del Mercado y sus consecuencias en especial financieras.

En lo económico desde entonces ha habido avances en especial en el último lustro, al producir medidas que cambiaron el eje del dominio financiero neoliberal del mercado, hacia la cultura del trabajo y la producción, produciendo la incorporación de mas de 3 millones de argentinos a la población económicamente activa, derrotando la apropiación del ahorro interno genuino de trabajadores eliminando las AFJP verdadero ícono del saqueo neoliberal y restituyendo las leyes de protección de los trabajadores avasalladas por la flexibilización laboral en función de bajar los costos empresarios y la reinserción al esquema de movilidad de los sectores pasivos que durante años fueron congelados y después esquilmados por los poderes de turno .

En lo cultural en cambio, el proceso es mas lento, porque varias generaciones de argentinos crecieron en la lógica del individualismo, el exitismo, el sálvese quine pueda sin importar el prójimo, en medio de una diáspora social, con sectores arrojados de la pirámide social para siempre, empujados al desempleo y la desocupación en plena etapa productiva de sus vidas, con familias que debieron cambiar, cuando pudieron sus proyectos de vida para ellos y sus hijos, que no siempre lo consiguieron quedando como los nuevos pobres, después de haber habitado las capas medias argentinas, orgullo latinoamericano de nuestro país, en los años 50.

Si alguien pensó que las “fiestas” no traen consecuencias y sobre todo en el plano social, es porque no tiene pensamiento abstracto y proyectivo, pero un país que de la noche a la mañana produce 15 millones de desocupados y excluídos, que durante durante mas de 30 años instala el concepto egoísta y codicioso del dinero como eje de vida, que soporta una de las crisis mas importantes del mundo en el 2001, que se da el lujo de entregar desde sus fábricas hasta su tecnología de punta, que abandona la educación y la salud como reaseguros sociales futuros, que se desentiende del Estado confiando sólo en el Mercado como ordenador social , sólo puede esperar violencia, dolor y muerte. Son las secuelas naturales del neoliberalismo que privilegia lo económico sobre lo humano, lo inmediato por sobre los trascendente, la foto sobre la película, el individuo sobre la Comunidad, la fragmentación social antes que la solidaridad.

Un proyecto de país es un Destino Común para todos los argentinos, no sólo para algunos. Quienes quedaron dentro de la pirámide social, aquellos privilegiados que por información, herencia, suerte, pero también trabajo, ahínco, esfuerzo lo lograron no pueden desconocer el cuadro de situación social gravísimo que se les presenta diariamente. No son delincuentes los pobres ni los humildes, ni los desprotegidos. Son sobrevivientes con hijos sin proyecto de vida. Sólo en Provincia de Buenos Aires hay 200 mil chicos menores de 15 años sin estudios ni trabajo. No tienen la culpa ellos de esa situación. Si todos nosotros que habitualmente miramos hacia otro lado y nos emocionamos cuando nos muestran mujeres abnegadas, en especial mujeres que con comedores y ONG intentan paliar en parte tanta angustia y tanto dolor, deberíamos pensar que esos chicos de los comedores deberían comer en sus casas con sus padres y no de la dádiva pública.

No salen en los diarios ni siquiera en páginas interiores, los cadáveres de niños que no deberían morir y mueren de causas evitables, verdaderos asesinatos cotidianos, mas dolorosos aún en nuestra profesión médica. Son catalogados como indios Wichis o Tobas argentinos que mueren de hambre hoy en el Impenetrable chaqueño, como si fuesen extraterrestres mas que nuestros hermanos, verdadera discriminación pos mortem. No mueve la información la aparición de nuevas enfermedades infecto contagiosas ya derrotadas en otras épocas, ni el salvaje deterioro de los hospitales públicos, pero si son tapas los reclamos de los sectores de mas altas ganancias en el lustro, que piden pagar menos impuestos.

Dónde está el Estado? claman los medios cuando la noticia hospitalaria salta por un accidente grave y colapsa el servicio de emergencia, pero callan a la hora de los recursos. Dónde está el Estado? cuando piden represión a chicos fumando paco o tomando cerveza en una esquina, cuando la respuesta lo sabemos todos, es desde lo social, no desde lo policial. Así la lista interminable de un batalla cultural en pleno desarrollo entre un Modelo Social Solidario que debemos reconstruir o el afianzamiento del Modelo Neoliberal exedentario que con la teoría del derrame, postergó “sine die”las esperanzas del pueblo argentino y los proyectos de vida de miles de compatriotas.

Esa verdadera discusión que aún no está sobre la mesa es la que permitirá elaborar los nuevos paradigmas comunes de los argentinos. Si somos capaces de encontrar las formas de discusión, sin extorsiones ni prepotencias sectoriales en un marco común de combate, frente a la crisis de los países centrales , sin comprar recetas prehechas ni imposiciones de organismos externos, sólo defendiendo el interés del pueblo y la Nación, que sólo se puede realizar desde una identidad nacional muy fuerte, entonces podremos comenzar a restituir el tejido social dañado por años de desidia, codicia y un Estado ausente de sus obligaciones institucionales.

JORGE RACHID
jorgerachid2003@yahoo.com.ar

CABA , 23 de marzo de 2009

No hay comentarios.: