Difundimos en el Blogs, el trabajo realizado por el Compañero y amigo Dr. Carlos Alberto Moreno, con motivo de la entrega del Premio Nacional Arturo Jauretche 2011 en la 9na., entrega “Premios a la Cultura” que recibiera por su trascendente labor docente por parte de SADOP y auspiciado por la Secretaria de Cultura de la Nación.- C. P. M.
TRIPTICO
I) ARTURO JAURETCHE: acerca de su legado
Conocí a Arturo Jauretche en Córdoba, junto con otros estudiantes en nuestros hoy lejanos tiempos universitarios. Y sigo creyendo que todos los que lo escuchamos entonces personalmente por una sola vez nada mas, recibimos con mucha nitidez el núcleo de su mensaje.
Con más o con menos intensidad, todos captamos claramente su estentórea advertencia de que el cientificismo profesional y su consecuencia el academicismo apolítico que vivíamos en el ambiente universitario de entonces .Todo ello sumado a la influencia de la opinión mediática oficializada que hoy es casi la misma, y que aun malherida por la ley de medios sigue vigente.Era lo que tarde o temprano podía llevarnos a formar filas con la antipatria. Tal como había ocurrido antes con otros universitarios en 1930 y 1955.
La predica tenaz de su experiencia militante y su condición de testigo insobornable de todo aquello, contribuyo a que gran parte de esos estudiantes inquietos que éramos, acomodáramos el traje al cuerpo y no el cuerpo al traje, como lo pretendía el regiminoso lecho de Procusto.
Creo que fue muy preciso al esclarecernos en que desde 1945 toda transformación de nuestra sociedad inevitablemente se daría en la conjunción de la política con lo social. En definitiva que para una verdadera revolución nacional ambos elementos eran inseparables.
Y a su vez para no perder el rumbo y no desgastarnos en la lucha de facciones, nos dejo una brújula que nos marcaria el norte y el sur de nuestro derrotero. Acompañando esa indicación con otra, la brújula debía estar siempre bien apoyada en el suelo que pisábamos y sentíamos como propio, hasta el extremo de no confundirlo jamás con otro. Y mucho menos confundir nuestros puntos cardinales con los del imperio, cuyo norte nunca seria el nuestro. Únicamente así acertaríamos con la ubicación y la identidad salvífica de nuestros verdaderos amigos en la construcción de la Patria Grande.
Los que recibimos aquella lección y asimilamos aquel mensaje, cualquiera fuera el campo nacional adonde pudimos decir o hacer algo a partir de ella, creemos que ese fue el legado mas perdurable e inconfundible que nos dejo.
Suele decirse que la vejez no mejora el corazón, y que por el contrario lo endurece. Esto no debe ser tan cierto en el fondo, ya que él no era de los que creían que para los viejos la única juventud que no esta perdida era la de ellos.Por el contrario sabia muy bien que el germen de toda renovación siempre pasa por los jóvenes. Justamente por aquello que decía que las revoluciones siempre las protagonizan los últimos que llegan, o sea por los jóvenes .Y que la mayor sabiduría de los antecesores era saberlo y disfrutarlo.
Don Arturo tenía la edad que hoy tenemos muchos que por entonces lo escuchábamos . Y hoy somos muchos los que aun quedamos y repetimos su mensaje a otros jóvenes, que tienen la misma curiosidad y la misma pasión vital que teníamos nosotros en aquellas épocas.
II) ARTURO JAURETCHE: la crítica de la rationem “tilingus”
Es sabido que a Don Arturo nada le gustaba menos y nada evitaba más de que lo caracterizaran como un intelectual a secas. No creía que ese perfil le sentara y le sirviera .Y por el contrario no se ahorraba el esfuerzo permanente de separarse de esas aguas. A mi ver había un motivo muy concreto para ello.
Toda su predica estaba fundada en invertir el rumbo hacia adonde la “inteligentzia” aceptada por la gran prensa, inocentemente o no tanto, orientaba a un auditorio superficial y falto de plenitud que el no dudo en anatematizar varias veces como la “tilingueria” del medio pelo. Por los que quedan a medias de todas las grandes decisiones que el pueblo argentino había tomado a la hora de jugarse su destino. Y habían terminado siempre usados por los grandes intereses que perpetuaban la postergación nacional de esas mayorías a las que se daban el lujo de despreciar, cómo si no tuvieran sus raíces en ellas.
Entre intelectual y argentino opto por lo segundo y se hizo cargo de la capites diminutio de la prensa del régimen. Asumiendo que solo podría predicar en periódicos militantes, más o menos efímeros y editando sus trabajos que eran la materialización de ese ejercicio de la crítica cultural, según las posibilidades de escasos pero invalorables editores nacionales que los hubo. Las reediciones en antología apenas las conoció en vida, eso nos quedo como apreciadas herramientas para los que llegamos a este presente, en el que ha reverdecido el ideario que lo convoco en vida.
Y así su método de aguda observación de la realidad y el sentido del rumbo hacia los grandes destinos nacionales, haciendo la autocritica de las propias tilinguerias siguen intactos. Siempre con el rabillo del ojo atento a los puntos cardinales de su brújula y siempre al servicio de los mismos ideales.
III) ARTURO JAURETCHE: una ausencia siempre presente
Hoy es bastante común por parte de algunos el citar a Don Arturo en sus memorables frases, tan estimulantes en su formulación como cuando las dijo. Pero detrás de esta profusa repetición hay una cuestión de pintoresquismo que a el no le hubiera pasado desapercibida y dudo que la hubiera apreciado. A veces los que lo invocan de esta forma al estilo de un sainete, haciendo el elogio de la agudeza de su pluma por encima de la solidez de su mensaje esencial, suelen caer casi a renglón seguido en contradicciones como sostener el hecho de que el aliento al logro de mejores condiciones de ingreso por parte del mercado interno es alentar el despilfarro de la renta pública. Lo cual se asemeja a la zoncera de algunos intelectuales tilingos que regalan lujosas ediciones repujadas en cuero del Martin Fierro y aspiran desenfadamente a un país de pocos terratenientes y con un pueblo de pata al suelo.
Es una pena que Don Arturo, que llego en vida hasta la puerta misma de los debates políticos televisivos, no este presente con su enorme agudeza explotando las posibilidades de la ciber comunicación, para responder en bisteo a la reproducción de viejas y nuevas zonceras ahora envasadas en chips, y para peor aludiéndolo justamente a el.
En estos tiempos de encuestas pagas, de inducción al buen pensar a través de operadores mediáticos de lo políticamente correcto, sus armas desmitificadoras están tan vigentes como cuando se las escuchábamos decir en su época a tantos esgrimistas de las armas de la crítica. Pero muy rara vez de la crítica de las armas, o tan solo de correr el mas mínimo de los riesgos.
Supliendo entonces su ausencia, solamente física, cómo única cita de Don Arturo que aquí expresare dejaré que sea el mismo quien les hable a esta nueva camada de opinadores que nunca corren riesgos pero que cobran por hacerlo. Se trata de cuando una vez participando como candidato en un comicio le contestaron:”te vamos a votar a vos porque no la vas de intelectual, sos reo como nosotros. Fue un golpe terrible casi como una patada en el traste pero fue una magnifica lección. Siendo como ellos la presuntiva ciencia me podía ser perdonada, porqué estaba al servicio del país sobre la base de la comprensión. El intelectual reo podía comprender, el intelectual puro no” A.Jauretche articulo publicado en Nuestro Pueblo Nro. 5 agosto de 1960
Carlos Alberto Moreno
Premio Nacional Arturo Jauretche 2011
Patagonia Argentina 17 de OCTUBRE de 2011