Nos mudamos a Dossier Geopolítico

29 de noviembre de 2006

ARGENTINA: Pueblo y Ejercito II

Conocimiento y Poder:

Carlos Chino Fernández
CEES


En otras oportunidades desde el CEES hemos abordado el tema de la relación entre el conocimiento crítico, científico y el movimiento obrero, y hemos también analizado la importancia del conocimiento como insumo indirecto en el proceso de constitución de una alianza social en donde confluyen varias fracciones de clase y sectores de la comunidad, afín a un proyecto nacional y autónomo.

Para estas reflexiones partimos de un problema, que al ser planteado como tal y por la envergadura que ha adquirido tiene un mandato ético y exige su resolución, de lo contrario nunca podremos retomar el camino de la soberanía nacional y del desarrollo integral de nuestra sociedad. Nos referimos a la ausencia manifiesta del desarrollo de la “Inteligencia” (conocimiento estratégico) que existe desde el campo del pueblo en general y desde el movimiento obrero organizado en particular, de manera sistemática y centralizada.
Queremos remarcar la debilidad en la producción de conocimiento necesario que trascienda el ámbito de las discusiones salariales y de las condiciones de trabajo, así como aquel conocimiento que supere la mirada ocasional y coyuntural, para que nuestra sociedad pueda reconstruir su identidad en aras de su proyección hacia el futuro.

La revuelta social de finales del 2001, abre una oportunidad en el país que es acompañada por una serie de acontecimientos similares en países vecinos para retomar el camino de un proyecto productivo y nacional, que si tomamos conciencia no es más que el retorno al camino de nuestra liberación definitiva como apéndices del imperialismo anglo-norteamericano.

Esta nueva situación histórica no resuelve automáticamente en nuestros países de América del Sur la situación de opresión y dependencia estructural. Si verdaderamente queremos desarrollar un proyecto nacional y soberano la deberemos resolver definitivamente.

Desde la perspectiva del conocimiento, la dependencia no es solamente económica o financiera, sino que la Argentina padece de un déficit enorme en el desarrollo de pensamiento estratégico, de “Inteligencia”.
Este déficit se ve esencialmente en la facilidad con que nos conducen desde los medios de comunicación, alimentando falsas antinomias, tomando los hechos de manera parcializada, mostrando los acontecimientos de forma sesgada y subrayando solamente los aspectos que son significativos para transmitir un mensaje con una intencionalidad previamente pensada, que generalmente no coincide con la realización de los intereses populares.

Desde la Educación
Por los circuitos y recorridos de la educación formal, pasa gran parte del secreto para traducir la reserva moral de nuestro pueblo en conocimiento esencial para la reproducción independiente de la sociedad.
En este ámbito nos pasamos discutiendo reforma tras reforma educativa, en donde discutimos leyes sin el tiempo necesario para trabajar los contenidos, lo sustancial.
Mientras sostenemos desde el discurso la necesidad de una educación pública gratuita y libre, en donde el Estado recupere su función normalizadota y garantizadora de la igualdad para toda la población, dejamos en libertad de acción al sector privado para que amplíe deliberadamente su espacio, sus ofertas y los tiempos educativos.
La única manera de atacar la mercantilización de la educación es acotando, reglando y reduciendo sensiblemente el espacio del sector privado. Y aquello que se le permite tendría que subordinarse a un planteo nacional público cuya planificación sería un atributo indelegable del Estado Nacional.


Vaciamiento de la Ciencia y de la Tecnología y separación del sistema educativo público
Es conocida la situación de una profunda segmentación del sistema educativo nacional, con alrededor de 50 subsistemas educativos. En cuanto a la ciencia y el desarrollo tecnológico nacional a excepción e algunas áreas que han sobrevivido, gran parte del sistema ha sufrido un pronunciado deterioro, separándose aún más de las necesidades productivas nacionales y del sistema educativo formal.
Pero lo que queremos recalcar aquí es el riesgo que se corre en seguir alimentando un sistema paralelo de producción científica con financiamiento de los centros multilaterales de crédito u organismos internacionales que no son controlados o lo son formalmente por el Estado. (Agencias)(Observatorios)
El problema aquí no es solamente financiero, sino de contenido y de sentido, ya que el que financia lo hace no por una razón filantrópica, sino que juega con intereses concretos, a demás de darse una política de cooptación de científicos y técnicos que son desvalorizados en su propio país.

Descomposición de la dirigencia política
Cuadros políticos sin formación ni actitud para establecer las mediaciones necesaria que se requieren en esta época. Deben ser removidos y dar paso a las nuevas generaciones con ideas nuevas y con compromiso nacional y popular. El aparato del Estado está taponado por varias capas de funcionarios y burócratas sin formación ni sentido de sus tareas. Han quedado enquistados en la estructura institucional y deberán ser suplantados. No producen conocimiento estratégico y a demás obstruyen la circulación de nuevos sentidos que las nuevas generaciones de argentinos tienen en potencia.

La falta de conocimiento verdaderamente estratégico dificulta la capacidad de anticipación para abordar o prevenir los acontecimientos futuros que necesariamente se sucederán. Para caracterizar la situación nacional e internacional, para diagnosticar se requiere de un conocimiento científico, de una metodología y de una base de información lo más completa posible.
Es imperioso liberarnos de la dependencia pedagógica en que estamos metidos, elaborar nuestra propia agenda de problemas y el abordaje de los temas que son vitales para el Movimiento Obrero y para el país.
Los medios de comunicación y las usinas de pensamiento del establishment nos presentan una realidad tergiversada, y en función de esa falsa realidad nos alineamos equivocadamente. El conocimiento debe servir para tomar conciencia de tal situación para ubicarnos en el lugar correcto en el momento preciso.

En el año electoral que se avecina se potenciarán las iniciativas del enemigo por confundirnos y distraernos de los temas que son verdaderamente esenciales para la supervivencia de nuestro sistema de vida. Las agresiones del entorno irán en aumento a medida que crezca la resistencia a ser devorados por el enemigo externo y los cómplices internos.

Saber y poder:
Para construir un poder diferente necesitamos un saber diferente
¿Qué debemos saber?, ¿Quiénes deben saber?

Las Universidades y los centros de investigación y Fundaciones que se acercan al Movimiento Obrero o a las organizaciones populares, que lo hacen honestamente, lo hacen muchas veces como un servicio social. Desde nuestra perspectiva los trabajadores son la única clase social que junto a otras en estrecha alianza, puede llevar a cabo una transformación de la sociedad desde sus cimientos. El resto de los intentos son superficiales y lo único que cambia es el status de las facciones que se turnan en el ejercicio del poder, que saber gestionar los subsidios del estado o del exterior en beneficio propio

Es el momento de tomar la iniciativa, de ver y tratar a la clase trabajadora como activa, protagonista de la historia y no como sector que merece ser ayudado ante la pobreza que padece.
El tratamiento de temas que refieren directamente a las cuestiones del poder es deliberadamente soslayado en la gran mayoría de los medios de comunicación y en los programas académicos de la Universidades Públicas. Se habilita discutir acerca de la gobernabilidad pero se intenta boicotear encuentros en donde la discusión refiere directamente a cuestiones del poder, como lo fuera días atrás en el ámbito de la CGT bajo la convocatoria de “Pueblo y Ejército”.[1]

A propósito de este último aspecto:
En la realidad objetiva en la historia reciente argentina.
Los hechos de la última dictadura militar; su tratamiento, han tapado el tratamiento del largo proceso histórico de relación entre el pueblo argentino y su ejército.

Existe una política deliberada especialmente a través de la teoría de los Derechos Humanos (DDHH) (que sigue a la doctrina de seguridad nacional pero de signo contrario) en disociar el nacimiento de las Fuerzas Armadas (FFAA) del seno del pueblo, que son los elementos constitutivos de la Nación Argentina.
La política de los DDHH que surge en tanto política de Estado del departamento de Estado de los EEUU, logra mantener permanentemente en acto a través de la justicia (crímenes de lesa humanidad, entre otras normativas), la herida abierta en la sociedad argentina para impedir una nueva articulación entre FFAA y Pueblo.
La memoria histórica debe contemplar todo el proceso y todo el complejo entramado de variables intervinientes en cada situación histórica.
Se analizan las invasiones inglesas/la etapa de la independencia/el centenario/el período 1943-55, el llamado Proceso de reorganización nacional, como compartimentos estancos

El enemigo imperialista a mediados de los ´70 aceleró la tarea de disociación entre el Pueblo y FFAA y entre Pueblo y Ejército en especial (tarea que había comenzado más claramente mucho antes, que es la base estratégica del Estado-Nacional). Primero fue la desarticulación del movimiento social usando a las FFAA como instrumento.
Después de la derrota en la guerra de Malvinas con el campo nacional desarticulado, la doctrina de los DDHH terminó de desprestigiar a los uniformados frente al pueblo argentino, llegando a los años ´90 en condiciones objetivas para la entrega casi total de las empresas estatales, el vaciamiento de las funciones económicas de las FFAA, la destrucción de la industria y el ataque a las organizaciones de los trabajadores.”Hoy es el tiempo de la reforma de los Institutos de formación de los cuadros, la educación, de la vinculación con la civilidad, etc”

El objetivo estratégico de los mentores de la doctrina de los DDHH no es la cárcel para los genocidas, sino que es mantener permanentemente el vilo a la población a través del miedo a revivir aquella situación traumática. Para ello, el uso del poder judicial y los medios de comunicación a discreción que vuelven todo el tiempo sobre el pasado reciente sin intención de resolverlo, sino de mantenerlo vivo en la opinión pública.

A su vez incorporan al sistema educativo materias sin criterio científico ni disciplinares que refieren a los DDHH, someten a los cuadros de los Servicios Penitenciarios, fuerzas policiales y de las FFAA, y a empleados públicos a cursos sobre los DDHH descontextualizados sin lectura crítica, mediocres y limitados a la lecturas de leyes o proyección de películas que golpean los sentidos y obstruyen el pensamiento.
Perón decía en uno de sus trabajos en relación al copamiento que habían sufrido las FFAA después del ´55:…”Normalmente esta operación se realiza con el pretexto de la Defensa Continental. Se procede primero al conveniente “ablandamiento”, luego a la captación de sus comandos, para terminar luego con un “lavado de cerebros”, mediante varios procedimientos”.[2]

El problema más importante es que nuestra sociedad se ha quedado sin capacidad de respuesta, sin energía para darse una respuesta independiente ante semejante avanzada de idiotización colectiva.

Se requiere de una gran transformación en esta etapa de integración suramericana, hoy como ayer………..“………….Transformación que por otra parte no es más que la materialización del deseo manifestado por el pueblo argentino, de eliminar definitivamente las formas de opresión de distinta naturaleza que durante decenios ejerció el imperialismo para detener en beneficio propio, el propio desarrollo nacional…….”[3]

El corazón de un verdadero proyecto nacional, no pasa por realizar buenos negocios con otros países, pasa por recrear la antigua alianza estratégica entre Pueblo y FFAA, con una nueva doctrina, pero con el mismo afán del 43/45 en donde desarrollo productivo, defensa nacional confluían en un Estado autónomo.

“La doctrina nacional de Perón, en su aspecto más positivo, consistía en emplear al Ejército como cerebro de la industria pesada, a los bancos estatales como financieros de esa rama económica, y a la clase obrera como sostenedora popular de esa política.”[4]
Y como esto último expresa la materialización del momento más alto en nuestra historia del poder de un Estado nacional independiente, el interrogante es si es posible recrear en este presente aquellos elementos que lo hicieron posible. Si esto es posible el conocimiento estratégico debe servir para la realización del proyecto nacional. Podemos empezar desde el movimiento obrero con el desarrollo de una nueva idea, de una cosmovisión de la realidad interna y externa elaborada desde nosotros mismos.


Noviembre de 2006


[1] Nota: 21/11/06 Jornadas organizadas por el CEES con el auspicio de la Embajada de Venezuela, en la CGT
[2] Juan Perón: La Hora de los Pueblos, ED Norte, Madrid, 1968
[3] Juan Perón: El Proyecto Nacional. EL CID, 1982
[4] Ver: Historia del Ejército de Jorge Abelardo Ramos