Nos mudamos a Dossier Geopolítico

16 de mayo de 2008

La Izquierda Europeista

La Izquierda Europea (hoy llamada Progresismo), analizada por un observador privilegiado, por el Argentino radicado en Madrid desde hace mas de 25 años, Eduardo Bonugli, colaborador del CeeS en el viejo Mundo.


LA IZQUIERDA PROGRE

Resulta arriesgado decir que la izquierda europea ha desaparecido. Más bien parece que ha evolucionado hasta mostrar hoy su cara más genuina. Las proclamadas revoluciones del siglo xx se compusieron de algunos brotes violentos contra la aristocracia, y de varias explosiones de fogueo contra el sistema. A seguir quedó mucho humo romántico, acompañado del típico folclore idealista de burgueses trasnochados que querían una revolución total. Eso sí, muy lejos de su tierra y que no le afectase su nivel de vida.

De todo ello salió abundante literatura y sobre todo mucho mito y leyenda. Europa tuvo 4 grandes dictadores en el siglo XX. A dos de ellos (Hitler y Musolini) tuvieron que ser los americanos en eliminarlos y los otros dos (Franco Y Salazar) se murieron de viejos. La izquierda, acomodada en los privilegios, y maniatada en la cobardía, jamás fue capaz de hacerles frente.-

Hoy, la izquierda está donde siempre: ricamente instalada en un micro clima sectario, de espaldas al pueblo, y manejando el poder desde los medios. Con semejante paisaje la derecha está contentísima y pronostica "tiempo bueno mejorando luego".-

Es verdad que los progres realizan planteos contra la xenofobia, que dicen luchar por los derechos de las mujeres, los gays, etc. Pero la realidad tiene un perfil diferente:

La lucha progre contra la xenofobia la centran exclusivamente en los emigrantes de los países ricos. Asumen así una simpática actitud tolerante y condescendiente sobre los extranjeros. Pura limosna sensiblera. Hablan de la integración de los gitanos pero mandan a sus hijos a colegios privados. Se rasgan las vestiduras por los derechos de los ecuatorianos en España pero les importa un pimiento la realidad del pueblo ecuatoriano. Entre bambalinas el imperialismo les aplaude.-

Su lucha por los derechos de las mujeres tiene una profunda carga de demagogia. Resaltan a la mujer triunfadora como aquella que va a trabajar en Helicóptero, o la que tiene un despacho de 250 metros en la 10ª planta de la gran avenida, o la otra, súper súper liberada, que hace el amor en los aseos de una avión. El resto de las mujeres no existe. La que trabaja de 8 a 5 de la tarde, que tiene 3 hijos y un marido del está enamorada, es la traidora de su gesta y por supuesto, la gran ausente en esta reivindicación. El ilusionante feminismo de los años 80 se ha transformado en una rentable parodia hembrista. Desde los medios agitan la lucha de sexos, tratan a los hombres como macacos y alientan a las mujeres al consumo exagerado. El gran capital se declara feliz.-

Su lucha contra la discriminación gay es una carátula. Presentaron la aprobación del matrimonio homosexual como la gran ley de todo el gobierno Socialista. Aunque justa y necesaria, fue de paupérrimo alcance. Se casaron el 3 por mil de los homosexuales y ya se divorciaron la mitad. La fundamental tarea de concienciar la sociedad sobre los verdaderos valores de la libertad individual ni siquiera fue abordada. Usaron el tema para justificar su ausencia en la solución de los grandes problemas del pueblo. Nunca arremetieron contra la explotación laboral de los jóvenes, por la gran carencia de la educación, la falta de salud pública y de justicia, las drogas y la violencia. El resultado es que hoy, una docena de maricones triunfan (...y dominan...), con sus payasadas, la televisión, mientras que la audiencia, sobrevenida a tolerante y moderna, aplaude tamaña pantomima. Entretanto, los cientos de miles de homosexuales de este país, personas sencillas y anónimas , siguen con la discriminación social de siempre y con su crónica falta de adaptación.-

Por otra parte, los progres demonizan la prostitución. Hacen carne de cañón del sector más débil del negocio del sexo y paradójicamente apuestan en la panacea de la publicidad erótica mediática. Las desgraciadas mujeres de la calle son perseguidas, tanto por la izquierda como por el feminismo con el ardor de la inquisición. Y desde el poder, los propios progres, les niegan una legislación que normalice su actividad, mientras que aplauden a su propia televisión por emitir películas pornos. Dice la doctrina progre que estos actores sí son "artistas que crean cultura". Así es el pensamiento liberal de los progresistas, mientras claman por el derecho al aborto y a la eutanasia, condenan a dos adultos porque acuerdan libremente tener las relaciones sexuales en la intimidad y en las condiciones que les parezcan. Los grandes inquisidores aplauden con las sotanas.-

En resumen, en los países donde gobierna la izquierda, hay un solo y único discurso monocorde, el del libre mercado, el de la libertad de expresión y el de la libertad de ideas. Por supuesto, el mercado libre pertenece al ultra capitalismo, la expresión es libre solo para los medios, y las ideas únicamente son válidas si provienen de los progres.-

No hay cataclismo, ni renuncia, ni fracaso, ni derrota del socialismo. Está donde siempre estuvo, en la punta de lanza del capitalismo, rompiendo las defensas de la verdadera resistencia que se anida en los (re) sentimientos populares.-

La crisis económica ha llegado para quedarse. Puede que a Europa se le haya ido el tren. Y es posible que aún quede por contar un penúltimo capítulo sobre una revuelta de los marginados. Pero, si ello se produce, habría que temer que no tenga nada de heroica ni romántica, más bien de desbocada e histérica.

Eduardo Bonugli
madrid, 17 de mayo de 2008