Nos mudamos a Dossier Geopolítico

24 de junio de 2008

Güemes y la Libertad de America del Sur

Artículo enviado por el miembro del CEES de Salta, Martín Miguel Güemes Arrubarrena, Secretario de la" Comisión Bicentenario 2006 2016" de salta, Argentina

Causas y consecuencias de la muerte de Güemes

por Martín Güemes (h)
En l820 el país de los argentinos se encuentra envuelto en la anarquía. La sublevación del Ejército del Norte en Arequito (Santa Fé), es la reacción del interior ante el centralismo porteño. La caída del Directorio tiene consecuencias institucionales: la falta de autoridades legítimas en las Provincias Unidas del Río de la Plata (cuya legitimidad emanaba del Congreso de Tucumán y de la Constitución de l8l9). Ante esta situación nacional, es Güemes el único que sostiene el peso de la guerra defensiva contra los realistas en el norte.
San Martín ante el cuadro de situación mencionado y ante la orden emitida por el Directorio de retroceder al Río de la Plata a sofocar a los anarquistas, convoca en Rancagua a sus oficiales para designar a sus jefes naturales y proseguir la campaña libertadora. Son elegidos: San Martín, General en Jefe del Ejército de los Andes en operaciones sobre el Perú, y Güemes, General en jefe del ejército de Avanzada sobre el Bajo Perú (actual Bolivia). Se abre a partir de esta resolución de los oficiales patriotas, la ofensiva de ejércitos convergentes sobre el centro del poder español: Lima. San Martín desembarca en el puerto de Paracas e inicia la campaña de puertos intermedios. La vanguardia del ejército de milicias - gauchas al mando de Güemes pasa a la ofensiva (3.l2.l820), la comanda el Coronel José Miguel Lanza, quien lleva precisas instrucciones de Güemes de como proceder sobre el terreno y en el trato con los pueblos al liberarlos del yugo español. La Vanguardia Güemesiana (1.000 hombres aproximadamente) combatió en las últimas batallas del continente suramericano, a las órdenes de San Martín, Bolívar y Sucre.
La retaguardia, el grueso del ejército Güemesiano (5.200 hombres), no podrá acompañar este avance, un complot cívico - militar integrado por aquellos sectores perjudicados por la guerra: los pudientes, estalla en el actual norte argentino. Estamos en el año 1821. Se crea la república de Tucumán, cuyo presidente es Bernabé Araoz; en Salta se produce la revolución del comercio organizada por los comerciantes unidos en una agrupación liberal que recibe la denominación de la Patria Nueva, en oposición al partido Güemesiano de la Patria Vieja. En Jujuy se mueven los mismos intereses. En combinación con la vanguardia española al mando del Gral. Pedro Antonio de Olañeta (jujeño por adopción y por lazos familiares relacionado con los intereses mineros del Alto Perú) la conspiración se ensancha. Manuel Eduardo Arias encabeza la reacción contra Güemes.
Todos ellos, los integrantes de la Patria Nueva (godos, absolutistas, comerciantes, criollos, liberales) querían patria sin gastar, teniendo que gastar, renunciaban a la patria al decir de Joaquín Castellanos. Su accionar culminará con la muerte de Güemes en la noche lloviznosa y fría, en que un Judas lo vende por dinero, como expresa Juan Carlos Dávalos. Este partido opositor a Güemes es una reacción a su sistema de guerra a muerte al invasor realista, su política de empréstitos forzosos. La soledad de su misión sanmartiniana lo obliga a exigir más y más cada día, cada año, procurando el esfuerzo final…
El 7 de Junio de 1821 fuerzas realistas al mando del Barbarucho Valdez conocedor de los caminos de los contrabandistas, guiados por Mariano Benítez (integrante de la Patria Nueva), ingresan en la ciudad de Salta. Güemes se encuentra en casa de su hermana Macacha (llamado por una misiva desleal) acompañado de su escolta de Infernales. Es sorprendido y herido de muerte luego de un enfrentamiento desesperado con tropas superiores en número (400 hombres). Logra huir al monte, hasta la Quebrada de la Horqueta. Luego de una larga agonía de l0 días, rodeado por sus gauchos y oficiales, muere el Domingo l7de Junio de 1821. No sin antes hacerle prometer al Cnel. Widt, su segundo en el mando, que a su muerte expulsarán al invasor realista del territorio salto-jujeño. Cumplirán con lo prometido, a pesar de los conciliadores locales. Criollos y gauchos cumplen con el mandato del Caudillo. Sin embargo las fuerzas salto - jujeñas están divididas… muerto Güemes se firma un armisticio con los españoles, en el cual se pacta que las fuerzas patriotas no pasarán de Humahuaca y las realistas de Tupiza. Nace así la Frontera Norte y la Constitución salteña de 1821 (9 de Agosto), es la conciliación para la libertad provinciana no para la independencia nacional.
San Martín en carta a OHiggins, de fecha 6.l1.l821, se queja amargamente: (…) los enemigos tratan de reunir las fuerzas que tienen en el Alto Perú, en Huamango y Jauja, que añadidas a las de Olañeta que se ha venido sobre Puno y las de Ramírez en las costas, me pueden prolongar la guerra de un modo infinito .El indigno armisticio de Salta ha hecho que todas las fuerzas caigan sobre mí...".
Su consecuencia mediata es la entrevista de Guayaquil entre Bolívar y San Martín. El tan mentado secreto de Guayaquil, comentado por la historia oficial, tiene una causa esencial: la necesidad de San Martín de aumentar sus fuerzas para concluir la guerra. La muerte de Güemes es causa esencial de la necesidad Sanmartiniana. Las conclusiones prácticas son notorias: la unificación del mando militar en uno de los dos libertadores. Bolívar (quien detenta mayor número de tropas) asume la responsabilidad de conducir la guerra y San Martín se aleja del escenario Suramericano.
La consecuencia inmediata de la muerte de Güemes es la prolongación de la guerra por cuatro años más y el desmembramiento del Alto Perú (con la consecuente formación de Bolivia a partir de l825). Nos dividíamos como nación para constituir países, en una acción centrífuga que nos debilitaba interna y externamente.
Bolívar y Sucre no pudieron o no quisieron evitar la disgregación del Alto Perú. Rivadavia abandonaba a su suerte a las Provincias Altoperuanas. El empréstito Baring Brothers es la culminación de esta situación. Es el origen de nuestra deuda eterna. Es la ley implantada por el vencedor oculto: el imperio Británico. Las logias masónicas cumplieron el plan propuesto por la dirigencia inglesa: dividir para reinar.
Epílogo para Suramericanos: La prolongación del esfuerzo regional - tras la muerte del Caudillo - el consiguiente costo en vidas y bienes, la disgregación territorial, es el punto de partida de la pobreza actual de nuestro Noroeste y de Bolivia. Ingresamos demorados, divididos y endeudados a la arena de la política mundial. Gran parte del siglo XIX fue de encierro y pobreza para el norte argentino, el actual norte chileno y el sur Boliviano. La casualidad no existe en la historia de los pueblos y de las naciones, existe la causalidad. El debe y haber de las cuentas públicas de la historia es la razón fundamental que puede explicarnos desde el ayer, los males de hoy. Las masas ignaras no son culpables del subdesarrollo.
Con la muerte de Belgrano (20.06.1820), de Güemes (17 de Junio de 1821), la renuncia y exilio de San Martín (1822) y la acción de la pequeña Gran logia que libertó a Bolivia entre 1823 y 1825, se frustra la posibilidad de concluir el Plan Sanmartiniano y de lograr la constitución de los Estados Unidos de la América del Sur.
Una historia común, una lengua que unifica nuestra alma y una religión aglutinante de nuestra fe, problemas afines, nos informan de la posibilidad de unidad regional y continental, que sin perder identidad nacional, nos permita afrontar los desafíos del Siglo XXI. Recordar es etimológica y existencialmente despertar lo que está dormido, el pensamiento y la acción del Gral. Martín Miguel de Güemes se encuentra en el subsuelo cultural de nuestra Patria Grande, volverlo a la conciencia del pueblo y de sus conductores, es proyectarnos a un destino común de unidad y de grandeza.