Nos mudamos a Dossier Geopolítico

4 de abril de 2009

la Balcanizacion de America del Sur en el siglo XIX




Una guerra compleja, la del Mariscal Santa Cruz
Por Cecilia González Espul (*)

Luego de concluídas las guerras por la emancipación en 1824 , que fueron en realidad guerras civiles entre españoles metropolitanos y españoles americanos, se sucedieron otras guerras, también civiles, entre hermanos americanos, y que fueron tan prolongadas y crueles como las anteriores. En estas últimas se fueron formando y delimitando los estados nacionales. Fue así que pasamos a ser no ya americanos, o "indianetes", sino argentinos, paraguayos, chilenos, peruanos, bolivianos etc.


Las grandes unidades político- administrativas creadas por España, los virreinatos, se fueron fragmentando en un sinnúmero de pequeños países. El Virreinato del Río de la Plata es el caso más emblemático, pues quedó dividido en cuatro estados y ninguno conservó el carácter bioceánico que poseía el mismo.


Bolivia nació en 1825 por la defección de Rivadavia y su grupo (1), Uruguay nació en 1828 como consecuencia de la Guerra del Brasil, en 1831 nació la Confederación Argentina, que logró retener las provincias norteñas, luego de la derrota de la Confederación Perú-boliviana en 1839, Paraguay se mantuvo aislado y proclamó su independencia en 1840 que recién fue reconocida por la Argentina en 1852. Sus límites actuales fueron el resultado de dos guerra, la de la Triple Alianza (1865-1870) y la Guerra del Chaco 1932-1935. Bolivia perdió su salida al mar en la Guerra del Pacífico 1879-1883.


O sea que la fragmentación del Virreinato del Río de la Plata y delimitación de los nuevos estados se produjo entre 1825 y 1935, exactamente un siglo, en lo que tuvo mucho que ver la potencia rival de España, Inglaterra.


La estrategia de Inglaterra, a través de su diplomacia, en la América española, fue la de "divide et impera". Así lo expresó el mediador inglés, Lord Ponsonby, al referirse a la creación del Uruguay:
"La Gran Bretaña podrá con facilidad y sin dar motivo de queja a otra nación cualquiera, contribuir rápido al progreso de este estado, en cuyo establecimiento firme yo creo se halla la fuente segura de un interés y un poder para perpetuar, una división geográfica de estados, que beneficiaría a Inglaterra y al mundo.(2)"


Por eso se presenta mucho más compleja la Guerra contra el Mariscal Santa Cruz, (1836-1839), en donde Inglaterra apoyó abiertamente la creación de la Confederación Peruano-boliviana, que podía extenderse a Chile, Argentina e incluso Ecuador, en contradicción aparentemente con su anterior estrategia de "divide et impera".


La Confederación Argentina y Chile se opusieron por distintas razones a la creación de esta nueva entidad política que ponía en peligro su integridad nacional.
Y aquí se presenta otra contradicción. Por qué Juan Manuel de Rosas, el Gran Americano, se opuso a la creación de una unidad política más amplia, que respondía a los ideales de unidad hispanoamericana de San Martín y Bolívar, y en cambio sí la apoyaron sus acérrimos enemigos, los unitarios.


Éstas son las dos cuestiones que intentaré responder a continuación. Con respecto a la primera cuestión, sostengo que Inglaterra como así también Francia, las dos potencias colonialistas de la época, apoyaron el proyecto de Santa Cruz, porque en realidad estaba condenado al fracaso, y a provocar exactamente lo contrario, es decir una mayor división geográfica de los estados, en concordancia con la estrategia británica inaugurada por Lord Ponsonby en el Río de la Plata diez años antes.


La Confederación Perú - boliviana se estableció el 20 de octubre de 1836, luego de la derrota de los peruanos Gamarra y Salaverry. El Pacto fundamental se firmó en Tacna el 1 de mayo de 1837. Estaba compuesta por tres estados independientes. Perú quedaba dividido en dos , en el estado Norperuano y en el Surperuano. El tercer estado era Bolivia. Cada uno tenía su gobierno propio, su moneda propia, en igualdad de derecho entre los tres, pero sujetos a la autoridad del gobierno general, es decir del Supremo Protector que tenía facultades omnímodas. Aunque el hecho de que no tuviera una capital fija y cada uno su propia moneda atentaba contra la unidad de dicha Confederación.


Además suscitó descontento tanto en Bolivia como en Perú. En Bolivia fue rechazado el pacto por unanimidad. Las razones: la igualdad de derechos de las tres repúblicas, y la mayoría que entonces lograrían en el senado y en la cámara de representantes las repúblicas peruanas. En Perú se consideraba excesivo el poder autocrático otorgado a Santa Cruz, e intolerable la división del país en dos estados.
Por lo tanto era muy probable que el proyecto de Santa Cruz terminara en la fragmentación y no en la unión.
Proyecto similar al de Santa Cruz fue el de las Provincias Unidas de Centroamérica, que concluyó con su desintegración en cinco repúblicas, cuando fue derrotado su presidente, Francisco Morazán, en 1838. Gran oposición halló en los grupos conservadores y el clero, apoyado por las masas indígenas. Esto se debió a que Morazán llevó adelante una política liberal y anticlerical a ultranza, expulsando órdenes religiosas, clausurando monasterios, estableciendo la libertad de cultos.
Esta política liberal ilustrada coincidía con la sustentada por Santa Cruz en la Confederación y por Rivadavia y los grupos unitarios en Argentina, ambos vinculados a las logias masónicas.
Una manera de dominación de Hispanoamérica fue la de combatir y negar por oscurantista la tradición española. Inglaterra apoyando a Santa Cruz lograba dos objetivos: beneficios económicos al ser tratada como la nación más favorecida en las transacciones comerciales, lo mismo que Francia, y lograba imponer en el ámbito ideológico el liberalismo racionalista, agnóstico e ilustrado, opuesto a la tradición hispano-criolla, propiamente americana.


De esta manera "el Cholo Santa Cruz", como lo llamaban los peruanos y el mismo Rosas, que se propuso absorber a los estados vecinos a través de la intriga, y del crimen, eligió el camino equivocado para lograr la ansiada meta de San Martín y Bolívar de unidad hispanoamericana, porque fue funcional a los intereses de las potencias colonialistas de la época, y porque respondió a las secretas decisiones de la masonería inglesa. (3)

La segunda cuestión es por qué Rosas, el Gran Americano, se opuso a la creación de la Confederación Perú-boliviana. Rosas se encargó expresamente de dejar bien aclarado este tema, en un valioso documento editado por la imprenta del Estado en 1837, para que no quedaran dudas acerca de la justicia de su declaración de guerra a Santa Cruz. Máxime que Inglaterra buscó intervenir tanto en Chile como en la Confederación Argentina a favor de Santa Cruz, bajo el eufemismo de "mediación", aseverando que la guerra era "impolítica e injusta".


En dicho documento titulado "Manifiesto de las razones que legitiman la declaración de guerra contra el gobierno del General D. Andrés Santa Cruz, titulado presidente de la Confederación Perú-boliviana", firmado por Rosas y Felipe Arana, enumera las siguientes causas:
1) El amparo brindado por Santa Cruz a los unitarios emigrados y el auxilio a las expediciones militares al territorio argentino, organizadas desde Bolivia.
2) El que estas circunstancias impidieran obtener por medio de una negociación pacífica la devolución del territorio de Tarija.
3) La creación de la Confederación peruano -boliviana, que atenta contra el principio de soberanía popular y la independencia de los estados americanos.
4) Haber promovido el desmembramiento de las provincias del norte para ponerlas bajo su mando.
5) Existencia de un plan político para subordinar a los intereses del usurpador la independencia y honor de los estados limítrofes al Perú y Bolivia.
Consideramos el punto 5 como el más significativo, pues nos prueba las conexiones que existían entre Santa Cruz y los unitarios argentinos, así como existían también con los "pipiolos" chilenos.
Los unitarios, cuyo centro de operaciones era Montevideo, estaban vinculados entre sí a través de logias masónicas, como la Logia de los Caballeros Liberales, cuyo principal mentor era Valentín Alsina, y otra del mismo nombre en Buenos Aires cuyo Venerable era Alvear.
La Logia, según cartas probatorias, estaba en conexión con Santa Cruz. Una de ellas fue una carta dirigida al Mariscal, incautada por Salaverry, que se la hizo conocer al gobierno de Chile y éste al de Buenos Aires, estaba fechada en Colonia, el 20 de agosto de 1835, y firmaba "el amigo". Iriarte en sus memorias afirmó que era Alvear. En ella se hacía referencia al "Gran Plan que habéis formulado y que tan acertadamente ejecutáis. ..General repito vuestra voluntad será la nuestra. Vos representáis, General, el tribunal de las naciones americanas; pronunciad vuestra sentencia y sabremos si hemos de ser de vida o muerte."


Los emigrados unitarios en su lucha contra Rosas no trepidaron en ofrecer parte del territorio de su patria a los países vecinos. Estaban con Santa Cruz porque compartían su plan o por coincidencia ideológica, o ambas cosas? Rosas emitió su juicio acerca del plan de Santa Cruz en el Manifiesto. Dice así: "Sabíase que estaba destinada (la Confederación Perú-boliviana) a servir de base a un vasto plan político, por el que se sometiese a su influencia el destino de la Confederación, el de Ecuador y el de Chile. Sabíase también que, pretendiendo seguir las huellas del afamado Capitán de Colombia, intentaba Santa Cruz en los delirios de su insensato orgullo, resucitar el pensamiento atrevido de la Confederación Sud-Americana. Y como si de los derechos del genio pudieran usurparse, como si la elevación y magnanimidad del héroe le pertenecieran, sabíase que osaba el caudillo acometer la empresa que el inmortal y malogrado General Bolívar vio fracasar ante la opinión de América."


Por lo tanto Rosas consideraba el proyecto de una confederación Sud-americana era un pensamiento atrevido, fruto del insensato orgullo de Santa Cruz, y empresa del malogrado Bolívar que ya había fracasado. Sosteniendo además en su declaración de guerra que "no abriga pretensión alguna territorial fuera de sus límites naturales".
Su único reclamo territorial fue por Tarija. Lamentablemente el jefe del ejército contra Santa Cruz, el general Alejandro Heredia, gobernador de Tucumán, luego de batallas en que ambos contendientes se atribuían la victoria, sufrió una grave derrota en la cuesta de Cayambuyo, combate de Montenegro, en Tarija, el 24 de junio de 1838. Luego de lo cual, el 28 de agosto Heredia ordenó la retirada de las fuerzas nacionales.
Heredia recibió proposiciones de paz por parte de Santa Cruz que ponían como condición que se desligara del gobernador de Buenos Aires, pero permaneció fiel a Rosas.


Llamativo fue también el ofrecimiento en tono conminatorio de la mediación inglesa tanto en Argentina como en Chile. El embajador inglés en Buenos Aires, Mandeville, presentó un memorandum en el que manifestaba que la guerra contra la confederación peruano-boliviana era impolítica e injusta y advertía sobre la conveniencia de celebrar un armisticio de un año para negociar las condiciones de paz. La mediación fue rechazada. Esto ocurría en marzo de 1838, pocos días después se iniciaba el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires.


La simultaneidad de la intervención francesa muestra a las claras el entendimiento entre las dos potencias. De este modo, se le creó a Rosas un segundo frente de lucha, lo cual le impidió concentrar toda su atención en la guerra contra Santa Cruz.


Tanto Inglaterra como Francia intervinieron en la guerra a favor de Santa Cruz, que las beneficiaba en su trato comercial como las naciones más favorecidas, dejando de lado la producción chilena hacia los puertos del Perú y las producciones argentinas hacia el altiplano.
La derrota de Santa Cruz se produjo en Yungay en enero de 1839, ante las fuerzas chilenas con el auxilio de fuerzas peruanas.


Si bien Rosas consideró inviable la creación de una Confederación Sudamericana fue defensor de la formación de un sistema americano. En qué consistía esto? En la Gaceta Mercantil se sostenía lo siguiente: "El sistema americano existe bajo la administración del general Rozas. La independencia de un Estado interesa a los demás: el libre uso de sus derechos, de su comercio, de su navegación interesa a todos. La repulsa de la intervención europea garantiza la seguridad general; y en esta y otras relaciones vitales hay comunidad de principios e intereses que constituyen el sistema americano y que precisamente defiende el gobierno en esta contienda." (4)
Si bien el texto corresponde a 1845, es también aplicable a estos hechos. Se refiere Rosas a la existencia de una ecúmene hispanoamericana, con principios e intereses comunes, que importa a todos defender. El sistema americano no admite la injerencia europea en sus asuntos, su repulsa garantiza la seguridad general.


El ideal de unidad hispanoamericano sigue vigente y se lo considera como la única posibilidad de constituirnos en pueblos verdaderamente libres e independientes. Pero no era sirviendo a los intereses coloniales de Francia e Inglaterra que se podía lograr, como creyeron los unitarios logistas y europeizantes que vieron en Santa Cruz el tribunal de las naciones americanas.
Rosas en cambio representó una mentalidad pre-moderna, hispano-criolla, telúrica y verdaderamente americana. En su lucha ciclópea contra enemigos encubiertos, contra Santa Cruz y Francia simultáneamente, logró impedir una mayor desmembramiento de nuestro territorio, contribuyendo a la formación de un Estado nacional y a la construcción de nuestra propia identidad.


Notas:
(1) Bolívar consideraba que el Alto Perú pertenecía de derecho al Río de la Plata, pero el Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata no defendió sus derechos y resolvió dejar en libertad a las provincias del Alto Perú para que dispongan de su destino. Las que optaron por la independencia, quedó pendiente la cuestión de Tarija.
(2) Herrera, L.A.: La misión Ponsonby, Eudeba, 1974, Tomo II, pp. 190
(3) Santa Cruz ingresó a la masonería después de pasar de las filas realistas a las patriotas. Fundó en 1829, la logia masónica "Independencia Peruana", de la que era Gran Maestre bajo el nombre de Arístides, y que tenía por objeto trabajar por la creación de una Confederación entre Perú y Bolivia.
(4) Cit. en Adolfo Saldías: Historia de la Confederación Argentina, tomo III, Eudeba, 1968, pág. 182.
(*) Profesora de Historia de la UBA, de la escuela de Antonio Pérez Amuchástegui.

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