La presidenta de gobierno de la provincia de Madrid se llama Esperanza Aguirre (buena comunicadora, de gran carisma, franquista incombustible, liberal de manual, también conservadora, ultra católica, anglófila declarada, belicista de pro y otros títulos legítimamente logrados, probados y publicados). Sin lugar a dudas, es la súper estrella de la derecha española y una de las más brillantes en Europa. Se le augura larga vida en poder.
En mayo del 2011 se celebrarán elecciones provinciales. El socialismo no gana en Madrid desde hace 15 años. Dentro de ese contexto, el pasado domingo 3 de Octubre se celebraron elecciones internas (primarias) en el Partido Socialista de Madrid, para la elección del candidato/a a esas elecciones.
La sola realización de los comicios, significó una nueva derrota de Zapatero ya que él mismo descartó las primarias y, para ello, había nombrado a dedo a su ministra de Salud Pública, Trinidad Jiménez, como única candidata del partido, en la misión de arrebatar el gobierno a Esperanza Aguirre.
Y como a Zapatero le llueven sapos y culebras por doquier, el socialismo madrileño le desobedeció la orden y forzó las elecciones primarias al nombrar candidato a su secretario general, Tomás Gómez. Un personaje sin ningún mérito por publicar, salvo el hecho de haber ganado siempre todas las elecciones en las que participó. En su contra tiene dos graves problemas: los medios no gustan de él. Y, segundo y más grave aún, él aborrece a los medios.
La insubordinación de los afiliados de la principal ciudad del estado, obligó al presidente del gobierno a entrar en la lucha interna y poner toda la carne en el asador a favor de la muy mediática "Trini", mujer moderna, de buena presencia, feminista, ejemplo para la prensa "progre-mediática" y símbolo de la España moderna, rica y del primer mundo. Todo el aparato del partido se volcó en la tarea de poner las cosas en su sitio y neutralizar la sedición. Zapatero salió a la palestra y pidió explícitamente el voto por su ministra. Así fue como Trini y el poder-progre saturaron con sus proclamas, durante las últimas cuatro semanas, a los atribulados españoles, cada día más angustiados y empobrecidos por la crisis.
Tomás es un hombre del sur madrileño. Región de populosos municipios de trabajadores humildes, históricamente de izquierdas y fortín de los votos socialistas. Allí, y desde joven, entró en política mientras terminaba sus estudios de Licenciado en Economía. Fue alcalde durante 13 años de su ciudad, Parla, para luego asumir la dirección provincial del partido en 2007. A su nueva labor, Tomás llevó consigo una visión de España muy diferente a la España de Trini. Quiso hablar de la España pobre que está pagando la crisis financiera, que está perdida en el desempleo y hundida en la desilusión. Pero no fue escuchado, la España oficial (... la de Trini, Zapatero y toda la derecha) solo está disponible para calmar a los mercados, ayudar a los bancos y rebajar el déficit.
Todo estaba decantado a favor de la candidata. El diario El País y la Cadena SER se volcaron con la ministra. Las encuestas eran la garantía del éxito. El triunfo estaba asegurado y solo existía una mínima preocupación ante el malestar de la vieja guardia. Son sexagenarios dirigentes de la transición que acompañaron a Felipe González en sus gobiernos de lo '80 y '90 y que llegaron a conocer a su partido cuando aún lucía las siglas del marxismo. Gentes de pelo blanco y cuellos abiertos. Mujeres y hombres del otro siglo. Personas raras que todavía hablan de ideologías. Que andan revueltas porque su gobierno se somete al mundo financiero, dolidas porque han proscrito al pueblo y molestas porque no escuchan a sus bases.
Cuando faltaban dos semanas para los comicios internos, Zapatero se marcó una agenda de vértigo:
1º) Respaldó a Sarkosy, luego de que éste expulsara de Francia a gitanos europeos.
2º) Ignoró indolente la huelga general contra sus rebajas salariales, congelación de las pensiones y jubilaciones y reforma laboral.
3º) Viajó a Nueva York para someter, ante los banqueros de Wall Street, su política económica y solicitar su ayuda.
Dos días después, los mercados reventaron nuevamente la credibilidad de la deuda externa española.
El sábado 2 de Octubre, la ministra Trinidad Jiménez anunció que tenía encuestas que le daban una ventaja de 30 puntos. Dijo que no mostraba los datos de ese estudio por respeto a su contrincante.
Domingo 3 de octubre, 21hs, con la más alta participación de la historia:
Gómez 52.5% Trini 47%
En el palacio de La Moncloa, a esa hora, apagaron las luces y se fueron a la cama sin cenar. Tomás Gómez hizo una declaración pública sobria y sin algarabías. Sabedor de que la izquierda no tiene nada que festejar, optó por la moderación y el nivel bajo. Su victoria se diluiría en la debacle de su partido a nivel nacional y europeo. Formuló los agradecimientos de rigor, prometió la unión del partido, ninguna mención a Zapatero y ....... buenas noches.
En el lujoso hotel de Trini las cosas eran diferentes. El pesado tren mediático no pudo detenerse. La perdedora hizo un largo y repetitivo discurso de seudo ganadora. "...ha ganado Gómez y por ello ha ganado el socialismo...ha ganado la izquierda y por ello a ganado Zapatero..." Ruido, abrazos, lágrimas....
Las gentes asentadas dentro de los intrincados laberintos del poder, cuando ocurren tragedias, tienen dificultades para encontrar las salidas de emergencias.
El lunes, los medios afines se empeñaban en salvar el cuero del presidente. Se volcaron con Trini, quién a su vez alababa a Zapatero. A la tarde, otra vez Trini hablando en la tele de su gran líder Zapatero. El martes Trini con Zapatero, en el congreso y también en la tele. El miércoles Trini en el ministerio en conferencia de prensa. Todo el mundo estaba harto de esta perdedora mediática. Zapatero seguía en la tesitura de que el asunto no iba con él. La vieja guardia socialista echaba humo.
El que fuera vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, una gloria histórica de la izquierda, azote permanente del franquismo y núcleo ideológico del "felipismo" no pudo contenerse más. Parecía que iba a estallar una de sus bombas verborrágicas. Sin embargo declaró con mucha contención:
"......el señor Gómez ha ganado y con él ha ganado quienes le apoyaban....
..la señorita Trini ha perdido y con ella han perdido quienes la apoyaban.."
Pero Trini todavía tenía otros defensores, que en teoría no estaban invitados a la fiesta. Es entonces cuando aparece el feminismo radical acusando a Alfonso Guerra de ¡MACHISTA! Una acusación pública de ese calibre y en esta España "progre" puede ser fatal para cualquier personaje conocido. Independiente si es verdad o no. El debate de las elecciones internas quedó fulminado. Diarios, radios y televisiones cambiaron de tema para hablar solo del ataque perpetrado a todas las mujeres del mundo, por parte de este peligroso maltratador. El feminismo progre, tan bien situado en todos los medios, independientes de su ideología, encontró un nuevo filón para mantener viva la demagogia hembrista.
¿Por qué le acusan de MACHISTA?
¿En qué palabras, de esas frases, está la ofensa?
Unos argumentos dicen que la palabra "señorita" es peyorativa porque a Gómez le dio el trato de "señor". Sin embargo en ningún caso es ofensiva y además muchas mujeres se sienten alagadas cuando se les dice esa palabra, sinónimo de juventud y futuro. Durante la campaña, cientos de personas la trataron de “señorita” y nadie se quejó.
Otros, aseguran que el machismo está en la palabra "Trini" ya que al otro candidato lo nombró como "Gómez". Sin embargo fue la ministra y todo su equipo quienes empapelaron Madrid con su apodo y que, además, fue la sigla oficial de su campaña.
Ante el pánico general, algunos organizaciones humanistas han rogado, inútilmente, al Tribunal de la Santa Inquisición Hembrista que publique una lista de las palabras que están prohibidas (Ejemplo: macho, pueblo, pene,,, señorita, etc.) para que los hombres no caigan en el pecado machista. No han logrado una respuesta oficial pero ha trascendido que. El Santo Oficio, de ninguna manera publicaría tal lista y recuerdan que, como todo movimiento "progre-mediático", el feminismo no lucha para eliminar las injusticias contra las mujeres. Muy por el contrario. Su labor está en denunciarlas y castigarlas, nunca en evitarlas. La vigencia del poder hembrista depende de que, colgados sobre sus hogueras mediáticas, los machos ardan hasta la eternidad.
Mientras tanto, en España (donde la libertad de expresión está solo al alcance de los propietarios de los medios) el desempleo aumenta, los cierres de comercios se multiplican, la inflación avanza, los impuestos suben, la producción cae, la asistencia social entra en crisis, el estado incumple a sus proveedores.
Mientras la izquierda pide protección al FMI, la derecha mira al cielo y clama para que la crisis aumente, para que los fondos buitres consuman al estado, y para que Zapatero siga metiendo la pata. Es su manera de “hacer patria” y ganar votos. Y es la única forma de esconder la podredumbre, cierta y probada, que emerge -vía judicial- de los corruptos gobiernos de Aznar.
Eduardo Bonugli
Madrid, 10 de Octubre de 2010
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