Nos mudamos a Dossier Geopolítico

4 de febrero de 2008

Los Separatismos en Suramerica

El fantasma de las autonomías
recorre Bolivia, Perú y Ecuador

Bernardo Quagliotti de Bellis


En algunos países de América del Sur se ha desatado un movimiento de secesión o autonomía regional . Santa Cruz de la Sierra en Bolivia y Guayaquil en Ecuador desde hace tres años han abierto la “caja de Pandora del separatismo”, lo que ha dado lugar a una crisis, por ahora interminable.


En actitud desafiante a las advertencias del presidente Evo Morales, cuatro Estados (Departamentos) de Bolivia han anunciado sus intenciones de lograr la autonomía, cuestionando de tal manera la nueva Constitución Política que fuera aprobada en una asamblea que no constó con la presencia de la fuerza política de oposición.
Los gobernadores y dirigentes cívicos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, organizaron concentraciones populares para la entrega de los nuevos estatutos que otorgan a los gobiernos locales amplias facultades de legislación, administración de sus recursos y elección de sus autoridades . Los estatutos fueron elaborados por asambleas inter-institucionales que luego de ser sometidos a referéndum locales podrán entrar en vigor, aunque los mismos han sido calificados como ilegales por el presidente Evo Morales.
La realidad económica de Bolivia señala que tan sólo dos departamentos de territorio se pueden auto-sostener: La Paz y Santa Cruz de la Sierra, dado que ambos disponen de recursos económicos para financiar sus propios gobiernos departamentales. Según estadísticas oficiales, en La Paz y Santa Cruz se concentra el 89,9% de las recaudaciones tirbutarias. Cochabamba, la tercera región de Bolivia,aporta el 17,6%.

Santa Cruz de la Sierra

A juicio del analista boliviano Andrés Piera Rico, en Santa Cruz de la Sierra -el departamento más rico y desarrollado de Bolivia- es donde tiene lugar el reclamo autonomista más promocionado del continente sudamericano. Pero los cruceños distan de estar solos en sus pretensiones. Tarija , Pando y Beni en Bolivia, Puno en Perú y Guayaquil en Ecuador, son algunos de los más claros ejemplos de regiones que también buscan emanciparse.
Desde un tiempo atrás, una gran mayoría de los habitantes de Santa Cruz de la Sierra, dio el puntapié para lograr la autonomía de ese departamento. Desde la independencia de Bolivia (1825) y durante muchas décadas, el oriente boliviano estuvo librado a su suerte, lejos de la fastuosidad del poder minero de los Aramayo, Patiño y Hoschild y, de los ires y venires de las dictaduras de turno que asolaron y retrasaron el desarrollo del país. Las praderas del oriente boliviano parecían no tener ninguna perspectiva de futuro. Bolivia era sólo andina, con muy escasos contactos con las tierras bajas. No se oían demandas autonómicas, quejas contra el centralismo de La Paz. A lo sumo algunos esporádicos lamentos contra el aislamiento y la distancia.
A partir de 1871 -ya considerada como una realidad el aislamiento del oriente boliviano- la revolución federalista de Andrés Ibáñez permitió que la “Junta Superior Federal del Oriente”, proclamara el 27 de diciembre de 1876 su principios de “paz, igualdad y fraternidad, que se vararía a través de cuantos obstáculos le presente la centralizadora y tiránica forma de gobierno unitario”. “La Federación, nuevo mesías de los pueblos oprimidos, cierne ya en medio del espacio nacional”.
Según opinión del economista y planificador regional boliviano Carlos Rodrigo Zapata, “aunque las proclamas federalistas de Ibáñez tenían por finalidad aparente plantear algunas demandas al Estado nacional, estaban aún lejos de convertirse en una fuerza aglutinadora capaz de movilizare a amplios sectores de la población para apropiarse de una porción del poder de decisiones descentralizado, de igual modo las posteriores demandas de descentralización tampoco lograron ganar el corazón de la sociedad cruceña, pues aun faltaba la fuerza suficiente que le brinde sustento creíble a la promesa de la autonomía”.

Se suman Tarija, Beni y Pando

A partir del año 2000 a las aspiraciones autonómicas se sumaron los habitantes de Tarija -el segundo departamento en importancia de Bolivia, donde se almacena el 85,3% de los 53 trillones de metros cúbicos de gas que hacen de Bolivia el depósito más importante de este mineral energético.
El 6 de julio de 2005, mediante SDecreto Supremo Nº 28.229 -promulado por el entonces presidente Eduardo Rodríguez Veltzé- por primera vez el pueblo boliviano pudo elegir sus máximas autoridades departamentales por voto directo y simple mayoría.
La población del departamento de Pando -uno de los departamentos más hermosos y con mayor biodiversidad de Bolivia, con capital en Cobija -“la perla del Acre”- el 2 de julio de 2006, con el 57,7% de los 20.732 válidos alcanza el “sí” al referéndum autonómico nacional, afirmando “su esperanza de progreso y de recursos para explotar las enormes riquezas naturales y turísticas de la región” .
Siguiendo los pasos cívicos de Santa Cruz, Tarija y Pando, doscientos ochenta parlamentarios, concejales, constituyentes y referentes de otros sectores han comenzado recientemente a sesionar en asamblea para discutir y aprobar el Estatuto Autonómico de la región, que según en opinión mayoritaria “no significa una separación del país, sino que mantendrá la relación con el Gobierno Nacional y con las demás instituciones estatales.”
¿Qué motivaciones impulsan a establecer autonomías?. Para algunos analistas bolivianos, el movimiento no es el resultado de un anhelo ancestral como en el país vasco, ni por las desigualdades sociales que se presentan en dichas regiones. Según Saúl Escalera, “Se trata de una operación metódicamente montada por las transnacionales petroleras después de la ley de hidrocarburos, aprobada en el plebiscito de julio/2004”.
Hay consenso en la opinión pública de Santa Cruz de la Sierra y en Tarija -fundamentalmente- en sostener que todo se debe a una razón mucho más simple: “No queremos seguir siendo los patos de la bobada. Aportamos mucho más al tesoro nacional de lo que recibimos. No podemos seguir financiando al altiplano pobre y que el gobierno no reconozca nuestras diferencias económicas. Pero nunca hemos planteado la separación de Bolivia de ninguna cuestión de esas”, me escribe el empresario Roberto Ruiz, presidente del Comité Cívico de Tarija.





Ecuador: autonomías sí; descentralización no

Si bien Ecuador es, por ley, un Estado descentralizado desde 1997, en la realidad el proceso se ha aplicado en algunos cantones y relacionado a algunas áreas. Es opinión generalizada que el presidente Correa debe encarar una reforma hacia el modelo del Estado, encarando con certeza el alcance de los términos descentralización y lo más avanzado que es la autonomía.
En enero de 2005, el alcalde de Guayaquil Jaime Nebot convocó a la que se denominó “marcha blanca” demandando la autonomía para la ciudad, creando un año después la Corporación Guayas, integrada por quinces profesionales y expertos en diversos temas con el fin de implementar los mecanismos necesarios para concretarla.
En Ecuador se percibe un agotamiento del Estado rentista, sustentado en la sobre explotación de la naturaleza (café,. Banano, petróleo, etc.) y en los ventajosos términos del intercambio comercial y, por otro lado, en la inadecuación del Estado unitario a la diversidad del país. (Fernando Carrión).
En el fondo, además de los deseos de autogobierno, subyace una histórica rivalidad entre la región costera ecuatoriana -con Guayaquil al frente- y la de la sierra donde se encuentra Quito, capital política y administrativa del país.
Tal situación ha conducido a discutir respecto a “centralización-descentralización”, tema que se viene planteando desde la formación del Estado ecuatoriano situación que reclama un actualizado debate político que ofrezca la posibilidad de lograr un cambio radical: desde el actual Estado unitario-centralista a uno descentralizado-autonómico.

Perú: Puno a lo Cataluña

En febrero de 2005, el presidente regional de Puno -David Jiménez Sardón- presentó un proyecto para la constitución de un gobierno autónomo similar al aprobado en Santa Cruz de la Sierra. La decisión ha sorprendió por cuando Puno concentra tan sólo el 2,2% del PBI nacional , aunque la verdadera razón radica en lograr la autonomía regional quechua-aymará que, según Jiménez Sardón, “ Tenemos un aprecio muy grande por el desarrollo de las autonomías españolas, en especial por la de Cataluña, es decir, no separadas del Estado sino que se desarrollen dentro de él. Queremos desarrollarnos por lo que somos: una nación quechua-aymará”.
La petición de autonomía se dirige a instalar en Puno una zona franca para formalizar el comercio que ingresa de Bolivia y Chile y lograr un trato preferente en la agricultura productiva, para poder cubrir las necesidades básicas de las cuales carecen el 71% de las familias de Puno.
Si la autonomía se logra dentro del marco constitucional, puede resultar beneficiosa en el proceso de descentralización democrático del país. Si se logra en base a un enfrentamiento con el poder central del Estado puede convertirse en un factor de inestabilidad.