Nos mudamos a Dossier Geopolítico

22 de junio de 2010

Historia Argentina: "Todo en su medida y armoniosamente"



ROCA Y EL ULTRA INDIGENISMO



El General Julio Argentino Roca, dos veces Presidente de La Nación, es una figura controversial, sin duda alguna; pero de ningún modo su inserción y actuación histórica es merecedora de la demonización suprema a la cual está siendo sometido por cierta corriente pseudo “progre”, en la cual se amontonan indigenistas ultras, intelectuales fuera de foco o cargados de odios anarquistas, periodistas “modernosos” subidos a la cresta de la ola, determinados medios de difusión manejados por el establishment –siempre fogonero de conflictos inconducentes-, y los infaltables sociólogos, filósofos y psicólogos filo marxistas o anarquistas.



Sin duda la vida política de Roca y su accionar están enmarcados en “el régimen”, como se denomina al casi medio siglo que transcurre desde el gobierno de Mitre (1862) al primer gobierno de Yrigoyen (1916).



Más aún, ese período tuvo su gestación a partir del derrocamiento de Juan Manuel de Rosas (1852) en Caseros, concretado por Urquiza con activa participación del Imperio del Brasil y las colaboraciones relativamente solapadas pero visibles de Gran Bretaña y Francia.



Pero fue a partir de Mitre que se consolidó el modelo político portuario (centralizador del poder en el puerto), de hecho oligárquico con apariencias de pseudo democracia del voto cantado, excluyentemente liberal en lo económico –anti industrial por antonomasia- y basado en el muy limitado esquema del país – estancia atado a los designios del Imperio Británico.



El modelo agroexportador tuvo su auge mientras se mantenían favorables las condiciones mundiales para exportar materias primas con poco o ningún proceso incorporado, pero no aprovechó esas circunstancias para industrializar la economía argentina, favorecer el desarrollo tecnológico autónomo, ni tampoco para integrar social y económicamente al vasto territorio continental argentino, centrándose únicamente en la Pampa Húmeda y volcando las riquezas en la fastuosa capital, mientras se relegaba con desdén al vasto interior de más allá de las verdes pampas. Además fue cerradamente elitista, excluyendo de la riqueza a las grandes mayorías nacionales.



En lo social, no solo excluyó a los criollosdespojando a los gauchos de sus parcelas de tierras ancestrales condenándolos a ser parias en su propia tierra, sino que incluso los despreció como supuestos “seres inferiores” según las prosas hirientes de Sarmiento o finamente sutiles de Alberdi-, actuando “el régimen” en consecuencia con esos curiosos racistas despectivos de la propia gente.



Pero incluso “el régimen” del mitrismo y sus continuadores, fue excluyente respecto a la gran mayoría de los gringos y europeos del sur que en tropel llegaban a poblar Argentina, atraídos por las promesas de riquezas y oportunidades, muchas veces trastocadas en conventillos o en costosos arrendamientos de los mejores campos, previamente repartidos en grandes lonjas entre “la gente decente” (léase los vinculados al poder portuario, y en algunas provincias a las viejas familias asentadas desde tiempos coloniales).



No obstante, la alfabetización masiva –hecho positivo sin duda- integró al gringo y otros tipos de inmigrantes con el criollo, sintiéndose todos unidos en esa argentinidad que estaba en proceso de construcción, con gruesos errores pero también con aciertos destacables.



En ese marco lleno de conflictos propios, más algunos fuera de contexto introducidos por el europeísta anarquismo plagado de odios; cabe ubicar al accionar de quienes tuvieron roles preponderantes –para bien y para mal-, y en tal sentido cabe expresar que las actuaciones de Carlos Pellegrini y de Julio Argentino Roca, dejaron profundas huellas, siendo posiblemente los más destacados positivamente –más allá de sus errores-, de todo “el régimen”.



Haciendo una comparación, durante el muy nefasto “proceso” (1976-1983) Carlos Castro Madero dejó su marca muy positiva impulsando decidida y valientemente al Sector Nuclear aún en contra de las presiones de los figurones del poder económico internacional; lo cual demuestra que aún en períodos muy oscuros deben destacarse las excepciones positivas.



Roca es hoy demonizado hasta el paroxismo, a consecuencia de sus Campañas al Desierto, en las que –con dudosa certeza- se lo presenta como genocida y masacrador de indios. Como “tiro por elevación” se ataca con ello a las Fuerzas Armadas –de las que formó parte Roca- con lo cual se fomenta el enfermizo antimilitarismo que ciertos sectores anarquistas y marxistas fomentan, siendo con ello –paradójicamente- muy funcionales a los centros del poder globalizante, a los que les conveniente una Argentina inerme, desarmada y sin capacidad de autodefensa. Nada “inocente” todo ello, si se analiza que el indigenismo a ultranza es activamente fomentado y financiado desde Gran Bretaña y otras potencias del G 7; como lo demuestran ciertas ONGs (Mapuche Nation, con sede en Bristol y otras) y los apoyos a otros grupos similares.



Cortado de cuajo el accionar de integración de las tribus amigas asimilándolas al Poder Nacional, realizado principalmente en base a la persuasión, por el -respetado por los indígenas- “gaucho rubio” Rosas; persistía el accionar de los malones, que asolaban la “frontera” al sur de Buenos Aires y La Pampa, dejando sus secuelas de muertes, destrucciones, y de mujeres blancas cautivas (¿eso no era atentatorio contra los “derechos humanos”, Sres. “humanistas” e “indigenistas”?).



Tribus invasoras trasandinas como los mapuchesque habían exterminado a los nativos tehuelches-, eran provistas de armas en una clara tarea de expansionismo chileno (que antes había sido fomentado por el contradictorio Sarmiento, pero esa es otra historia).



En tal sentido, la Campaña al Desierto realizada por el Ejército Argentino bajo la conducción de Roca, posibilitó ejercer plenamente actos de legítima soberanía en la Patagonia Argentina.



Después, ya en ejercicio de su Primera Presidencia, ordenó una campaña militar similar en el Gran Chaco Argentino, comenzada desde el oeste rumbo al Paraná, tomando posesión efectiva de esas vastedades selváticas.



Es casi totalmente ignorado que en esos años envió como Gobernador del Territorio Nacional de Misiones, a su hermano Rudecindo, para tomar posesión efectiva y poblar la posterior Provincia de Misiones, seriamente afectada por el expansionismo lusitano. Entre otras muchas acciones, Rudecindo Roca hizo construir la Casa de Gobierno, aún en uso en Posadas, llamada localmente “la Rosadita”.


Ya en su Segunda Presidencia, enfrentó al expansionismo chileno que antes había agredido a Bolivia y Perú, estando muy próximos a una guerra evitada por mediación papal.



Por esos años, bajo el mando de Roca, el General Ricchieri estableció el Servicio Militar Obligatorio; institución que muchos pensamos que debe resurgir, pero adaptada a los requerimientos del siglo XXI.



Resulta interesante constatar que diversos autores del Pensamiento Nacional, como Jauretche, Scalabrini Ortiz, J.M. Rosa, y otros muchos revisionistas, e incluso los contradictorios Irazusta; han tratado con respeto la figura del General Julio Argentino Roca. Y ese gran difusor masivo de La Historia que fue Félix Luna, fue muy claro al expresar conceptualmente que “el patriotismo de Rosas incluía la Patria Grande de Las Provincias Unidas, mientras que el patriotismo de Roca ya se ceñía a los actuales límites de la República Argentina”.




C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ


Ex Investigador y Docente = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM


Especialista en Gestión de la Producción y Ambiente – Fac. de Ing. = UNaM


Tesista de la Maestría en Gestión de la Energía = UNLa – CNEA


Docente de Economía – Esc. Normal 10 – Nivel Terciario

Docente de la Diplomatura en Geopolítica – I

1 comentario:

Hanni-ba'al dijo...

Muy bueno su discurso! Totalmente de acuerdo, salvo un pequeño punto acerca de los "gauchos" endiosados por Jose Hernández respondiendo a intereses del momento. De que tierra eran "ancestrales"?
Los pseudointelectualoides "progre" hablan y analizan desde hoy y no se ubican en ese contexto en el cual mansos indios con una pluma en la mano se acercaban a los invasores cristianos para integrarse. jajaja