La escasez del Pensamiento Creativo y Crítico
por alfredo Terzaga Moreyra(*)
Atendiendo a la desmedida difusión de noticias sobre el sentido del Área de Pensamiento Latinoamericano, de la que estoy a cargo en la Secretaria de Cultura de la Provincia, quiero dar a conocer algunas consideraciones críticas al respecto.-
Se ha repetido, que esta dependencia parece insólita y llamativa, con la presunción de una existencia su-perflua. Pero no se explicita donde está lo llamativo, si en que se fomente y difunda el Patrimonio Intelectual de Córdoba, o bien, de que se aluda a su proyección continental como pareciendo una cuestión ajena a la provincia. Años atrás se denominaba Dirección de Historia, Letras y Ciencias, luego Dir. de Letras y Pro moción del Pensamiento, y por último Observatorio del Pensamiento Iberoamericano, pero, curiosamente, en los años pasados, jamás había despertado asombro o extrañeza por su labor. Tampoco se menciona en esta campaña, que existe una cátedra de Pensamiento Latinoamericano en la Escuela de Letras de nuestra Universidad Nacional y decenas de Laboratorios Culturales en toda América Latina (Univ. de Río Cuarto: Laboratorio de Etnohistoria y Arqueología, Buenos Aires: Laboratorio del Pensamiento Argentino y Laboratorio Cultural, Cultura Nación: Laboratorio de Industrias Culturales, Colombia: Corporación Laboratorio Cultural. ref.: consultar la Web)
Parece que difundir a pensadores de América Latina, desde el estado, fuera “llamativo” e “insólito”, cuan do arrecian las pujas políticas, campañas de opiniones y juicios de muy bajo vuelo ideático, donde precisa -mente el diálogo, el pensamiento crítico y la pregunta inteligente, que se fomentan en los Seminarios que dictamos, se hallan ausentes en muchos espacios públicos. Si ello es cotidiano en los tironeos gremiales, debido a la primacía de la acción por sobre la reflexión, es lamentable que ello suceda en otros ámbitos de di- fusión cultural, inclusive en el periodismo de nuestra ciudad, con 3 ó 4 escuelas universitarias de formación.
Otros desaparecidos: los Pensadores cordobeses
¿Quien puede andar dudando de la difusión y revalorización de muchos intelectuales cordobeses? ¿Acaso no son “desaparecidos” de las industrias editoriales, y del gran mercado del libro nacional, pensadores como Saúl Taborda, Carlos Astrada, Enrique Martinez Paz, Antonio Sobral, Nimio De Anquín, Roberto Peña, Luis R. Altamira, los Orgaz, José Aricó, Mariano Fragueiro, P. Del Corro, el mismo Capdevila, o actual- mente Roberto Ferrero y Enrique Lacolla? Muchos de los cuales armonizaron con gran “dignidad intelectual”, su labor de periodistas, o políticos, con la hondura de sus ideas de proyección.
Salvo esfuerzos casi marginales de editoras que no pasan de los límites provinciales, ¿quien sino el estado se ocupará de difundir a lo más representativo del ideario genuinamente cordobés? ¿Tan difícil es reconocerse y ser por “pensamientos propios” que constantemente nos estamos asumiendo y definiendo según “lo que dice de nosotros” algún escritor porteño, europeo, o norteamericano ( V/ R. Potash y recientemente dando cátedra por nuestra ciudad, un tal N. Shumway )
Parece que suena “rara”, la existencia de un espacio que invita a descubrir y a polemizar civilizadamente sobre el legado de estos maestros cordobeses tan latinoamericanos como Rodó, Ugarte, Vasconcellos, A. Jauretche, O. Paz, L. Zea, Mariátegui, J. Spílimbergo, Perez Amuchástegui, Haya de la Torre, Arguedas. Methol Ferre y Jorge A. Ramos.-
Pienso que ha llegado el momento de elevar el nivel de contenidos cultural en lo mediático, y no tener que bajar el mismo, para llegar de modo facilista al público, a riesgo de contraer el mismo populismo que se critica en los políticos.
La Ajenidad de lo latinoamericano: Vergonzoso etnocentrismo
¿O el asombro será porque nos ocupamos de lo sudamericano? No quisiera pensar que la mentalidad aldeana ha ganado a nuestros “opinadores” al punto de considerar que Latinoamérica queda allá, y que parezca una extravagancia que acá nos dediquemos a buscar idearios culturales continentales. Por ejemplo, la fiesta religiosa de Urkupiña en nuestra Villa Libertador ¿es ajena a la cordobesía por su origen boliviano? ¿No es acaso, ya, una fiesta nuestra? ¿Acaso no tenemos decenas de fiestas patronales y religiosas en nuestro norte cordobés con un origen común y semejanza marcada con las de Bolivia y Perú? ¿Los hijos y nietos de peruanos, bolivianos y paraguayos que habitan en nuestra ciudad, ¿tienen prácticas culturales acaso tan distintas a nosotros, que los debemos seguir tratándolos como extranjeros aún ? ¿Son extranjeros o cordobeses? ¿Hasta cuándo seguiremos nadando en el etnocentrismo de ciudadanos doctos provincianos elitistas, rodeados de una aureola de superioridad, cuando Córdoba ya esta preñada felizmente de diversidad étnica y cultural latinoamericanista?
Precisamente en La Voz del Interior (11 de julio de 2010), N. Shumway, con una soltura llamativa, afirma que “El término Latinoamérica es muy engañoso, si uno lo interpreta como una unidad. En realidad abarca a muchas naciones diferentes… Se pretende considerar a América Latina como una unidad política, histórica. Eso no es así, unidad es mucho mas que proximidad geográfica” (!!) Además del desconocimiento y la deformación intencionada sobre nuestro continente, este estadounidense nos recuerda peligrosamente a la mentalidad muy propia de la última dictadura militar. Felizmente la mayoría de las dirigencias políticas actuales van por otros caminos, sobre todo, desde la afirmación democrática de 1983: “felizmente somos un país predominantemente blanco”.
Aunque a muchos les gusta mas parecerse a europeos, o a los “americanos”, no perciben la importancia de asumirse como sureños, sin pretender ser algo distinto de lo que somos. (Inteligencia de colonizados, decía Jauretche ) Y ello no implica para nada identificarse con las políticas actuales, ni ser chavista, castrista, o “k”.
Los Federalismos Geoculturales en la integración política
Las nuevas emergencias del Federalismo no se refieren solo a una cuestión tributaria o política, sino también a identidades geoculturales, donde los provincianos podamos no solo afirmarnos ante los capitalinos, sino también integrarnos con los otros “interiores” de países hermanos, como ya viene sucediendo con el co mercio, el turismo, las inversiones y el arte popular.
Debe difundirse más a los pensadores, y no solamente a lo popular de nuestra cultura. Muchas veces, propicia a la cómoda difusión y aptos para la inmediata “tinnelización” de nuestra identidad. No todo lo popular es lo mas valioso de nuestra cultura, ni lo mas profundo de nuestra identidad, suele ser lo mas difundido y conocido. El mundo intelectual seguirá cargando con el estigma de elitismo en la medida que siga divorciado del pueblo y que el pensamiento autóctono siga “desaparecido” de la difusión y del interés de las industrias culturales.
Si nos parece una extravagancia difundir la cultura continental, entonces estamos subalternando, y mezquinando la única política de estado permanente que ha tendido el país desde 1982 hasta el presente.. La integración suramericana ha sido asumida por todos los gobiernos, desde Alfonsín al presente. Y debe hacer se notar que las políticas internacionales no las concretan solo las cancillerías o los puertos, desde ejes-geo políticos coyunturales, sino también los “Interiores” nacionales así como sus pueblos que comparten zonas culturales comunes que trascienden las fronteras formales.
La Identidad cordobesa sobreactuada: el corazón o la cáscara
A modo de conclusión pregunto ¿ Cuando dejaremos de sobreactuar como cordobeses con el regodeo de la exhibición de íconos culturales superficiales como el choripán, el ferné mezclado, el dogo, el alfajor, la guarangada cómica, los piropos floridos, o la queja catártica sin propuesta, para asumir de una vez por todas, esos rasgos mas trascendentes de nuestra identidad, como son la Rebeldía, el Mestizaje musical y étnico, la Originalidad Política, el Federalismo Constitucionalista, el Inconformismo social, o la Hospitalidad generosa para con los visitantes e inmigrantes.- Si es cierto que mitificamos lo doctoral, debemos entonces resaltar con mayor énfasis la herencia de las personalidades mas que de los personajes.
La faz conservadora de nuestra identidad, y el abuso de la ideología de “mercado cultural” gustan de manosear estos íconos que tienen que ver mas con la cáscara que con el meollo de nuestro ser. Pero es gracias a los ímpetus reformadores es que pudimos trascender la identificación exclusiva que teníamos con las campanas, los doctores, el poleo, el “sagrado linaje” de los apellidos, el cu-cu, los burros. Hace mucho ya, felizmente, que superamos a los burros, al “machismo docteño” y a la figuración social de vacío y de formalismo banal, patológicamente narcisista.
¿Es una extravagancia que Córdoba cultive un pensamiento de proyección o solo debe reiterarse en sus íconos culturales regionales y urbanos que no pasen mas allá de la Cañada ? Se trata de producir ideas críticas, y transformadoras y no solo de consumir aquellas de notable vulgaridad.
Basta de instalar como “opinión pública” prejuicios sociales que necesitan disolverse, antes que amplificarlos y provocar nuevas discriminaciones. Elevar el nivel de conciencia del pueblo no es solo cosa de civilización sino de autoreconocimiento en la herencia de nuestros mejores idearios.
Lic. Alfredo Terzaga Moreyra (*)
Laboratorio del Pensamiento Latinoamericano
SECRETARIA de CULTURA de la PROVINCIA de CORDOBA
(*) Jefe del Área, psicólogo clínico, artista plástico,
Ensayista, e investigador histórico
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